"Nikelao", nuevo disco de Pedro Sierra

Javier Maíz

New member
Interesantísimo trabajo de este guitarrista flamenco, que explora y da vida a nuevas formas de entender la guitarra flamenca. Técnica depuradísima, clásico y revolucionario al mismo tiempo a la hora de tratar los diversos estilos y palos flamencos. Es original y magistral su idea de acompañar a grandes leyendas del flamenco comio Mairena, Pavón, etc, con la inestimable ayuda de la técnología, ha sustituido las guitarras de las grabaciones originales, manteniendo el cante, y añadiendo jaleos y palmas.
Aquí os dejo una enriquecedora entrevista publicada en flamenco.word.com.

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Pedro Sierra, guitarrista flamenco. Entrevista

“No se puede construir presente ni mirar
hacia el futuro, sin pasar por el pasado”

Carlos Sánchez. Sevilla, enero de 2006

A pesar de las dificultades que impone el mercado discográfico, Pedro Sierra es uno de esos artistas emprendedores que van más allá de la mera labor compositiva o interpretativa. El guitarrista se lanza a autogestionar y autofinanciar su producción en su propio estudio y con su propio sello. ‘Nikelao’, el segundo disco del músico catalán, es producto del deseo personal de hacer algo diferente. Una propuesta arriesgada en la que combina las tres disciplinas básicas del toque, en la que rescata cantes antiguos y en la que incluye el baile del excepcional artista sevillano Israel Galván. Todo ello construye una fórmula novedosa que pretende crear una línea a seguir en el futuro más inmediato.

‘Nikelao’, ¿así de brillante te ha quedado este nuevo trabajo discográfico?

El título lo dice todo. Cuando se adelantó este trabajo el 13 de enero de 2005 en los Jueves Flamencos de Sevilla se llamaba ‘Fragua Sonora’. Pero a raíz de lo que sucedió ese día, retomé este trabajo y comenzaron a surgir nuevas ideas, nuevos conceptos. Resulta que a esa misma hora tuvo lugar la presentación de la Agencia Andaluza del Flamenco -organismo dependiente del gobierno regional andaluz- y, por ese motivo, asistió muy poca gente a ver mi espectáculo. La verdad es que estaba un poco mareado con los títulos. En un folio iba apuntando todos los que se me iban ocurriendo. Y al final me acordé de una letra de Duquende que hablaba del “niquelao de la silla” y me gustó.

¿Qué te gustaría que aportara este disco?

Me gustaría que fuera un punto de reflexión para que los guitarristas empiecen a pensar que los discos de guitarra tienen que ser distintos a lo que hasta ahora se ha hecho. La idea de incluir cantes antiguos puede abrir un poco la brecha a otros jóvenes que empiezan a escuchar el cante. No se puede construir presente ni mirar hacia el futuro, sin pasar por el pasado.

¿Es un disco arriesgado?

Se podría calificar de arriesgado en el sentido de que quito a los guitarristas antiguos para meter mi guitarra a esos grandes cantaores. También lo veo arriesgado en la seguiriya que hago con Israel Galván. Hacer un baile sonoro, sin audiovisual, no es algo típico. En cambio, se siente claro y tiene muchos matices.

Hasta él mismo se ha quedado sorprendido del resultado final de la seguiriya, ¿no?

Él mismo se ha sorprendido. Hace unos días le comentaba Israel a un amigo lo mucho que le había gustado porque tenía muchos matices. Estamos muy contentos con el resultado. Es un trabajo que hicimos los dos a la vez. Lo creamos sobre la marcha.

¿Qué surge del triángulo Sierra-Galván-Pavón?

Lo de Tomás Pavón es muy curioso porque cuando lo estábamos haciendo, el cante de Tomás encajaba en cualquier sitio que lo pusiéramos. Esto quiere decir que Pavón estaba pasado de ritmo. Cantaba cuadradísimo.

¿Tiene que estar siempre el guitarrista al borde del precipicio?

Está feo decirlo, pero el guitarrista es el primero de la fila, es el que está más preparado. Tiene que saber de cante, de baile, de su faceta como solista, de otras músicas… Tiene que estar al día de todo. El guitarrista es el intelectual del flamenco.


"El guitarrista es el intelectual del flamenco"

¿Se os exige demasiado?

Se nos exige mucho para el poco pago que tiene. Es el menos gratificado. Sentados en una silla tenemos que demostrar muchas cosas. No podemos jugar ni con la estética del baile, ni con el mensaje del cante.

¿Os sentís infravalorados?

Por supuesto. Somos los inmigrantes del flamenco porque siempre tenemos que estar fuera de nuestra región o de nuestro país. Tienes que ir a dar conciertos o cursillos a otros países. No es que estemos mendigando, pero tienes que estar inventándote fórmulas para que la guitarra tenga aceptación.

¿Existe un flamenco sin guitarra?

Yo no lo concibo. De hecho, existía la teoría de que el flamenco salía de la fragua. Pero se ha demostrado que esto no ha sido así. Las primeras pruebas de la existencia del flamenco son con un hombre con una guitarra en la mano. El flamenco sin guitarra no podría existir. De hecho, la guitarra es el instrumento que define a España.

En el disco se aprecian las tres disciplinas que conciernen al toque: como solista, acompañando al cante y acompañando al baile. ¿Debe pasar obligatoriamente el guitarrista por todas estas vertientes?

Es obligatorio bajo mi punto de vista. A un guitarrista que está dando su concierto se le ve, de momento, si sabe acompañar al baile o al cante. La inspiración del guitarrista viene del cante. De ahí se han sacado la mayoría de las melodías. Hay que combinar las tres vertientes. Si yo me dedicara a trabajar de guitarrista solista, tal y como está el panorama hoy, estaría pasando hambre.

¿Por qué el guitarrista flamenco, a diferencia de otras músicas como podría ser la clásica, tiene que estar continuamente creando?


"Nos hemos metido en una dinámica de componer obligatoriamente sin tener necesidad"

Es algo curioso en lo que he estado indagando. Un clásico se puede llevar treinta años estudiando una pieza de Manuel de Falla. En cambio, un guitarrista flamenco tiene que hacer sus falsetas. No sé si esto se debe al modelo que impuso Paco de Lucía. Desde entonces, la gente quiere tener su propio sello. Antes, los guitarristas antiguos no tenían más remedio que sacar sus propias falsetas porque no tenían influencias de otros guitarristas flamencos. Por ejemplo, Diego del Gastor que vivía en Morón, y Niño Ricardo que estaba en Sevilla. En tan sólo sesenta kilómetros puedes apreciar la gran diferencia que había en el toque de uno con respecto al otro. No había ni las comunicaciones ni los medios que hay ahora. Hoy todos queremos crear nuestras propias composiciones. Nos hemos metido en una dinámica de componer obligatoriamente sin tener necesidad. Podíamos estar tocando cosas de Sabicas, de Niño Ricardo o del mismo Paco de Lucía. En ‘Nikelao’, aparte de mis propias composiciones, me he querido fijar en cosas antiguas. Es el caso de la seguiriya. Ahí me baso en el clasicismo de los antiguos.

¿En qué momento se encuentra la guitarra flamenca?

Está en la época dorada. Das una patada y salen cien guitarristas que, además, tocan bien. Lo que pasa es que hay que inculcarle a estos nuevos valores la afición por lo viejo, por lo antiguo. Hay mucho que escuchar. Este es uno de los defectos de la guitarra actual junto al de querer crear. Todo el mundo quiere crear y eso no puede ser.

Cada día cuesta más identificar los toques…

Ese es otro mal endémico del flamenco. Hemos tenido mucha influencia de otros estilos musicales como el jazz, la bossa nova, la música clásica... Sin embargo, no se ha sabido conservar el carácter de los toques. La guitarra si está tocando por soleá, tiene que sonar y guardar la expresión de la soleá.

En este disco rescatas cantes antiguos de Pavón, Mairena, Morente y Marchena. ¿Por qué estos cantaores?

Ha sido una cosa casual porque tenía más. Tampoco quería que este trabajo fuera un disco de diez cantes. Si esto tiene aceptación y se abre una línea, ya tengo más cosas preparadas. Tengo algo por ahí con Fosforito y con Chocolate.

¿Qué has sentido al acompañar a estos maestros?

Pues ha sido un sentimiento de satisfacción total. Es una emoción muy grande haber podido acompañar a estas grandes figuras del cante. He disfrutado mucho con Mairena y con Marchena. Ahí me di cuenta de la calidad que tiene cada uno, pese a ser dos extremos totalmente distintos. Ahí te das cuenta de que no debe existir ni el ‘mairenismo’ ni el ‘marchenismo’. Ser de uno o ser de otro es perjudicial para el flamenco.

¿Qué destacarías de Mairena y de Marchena?

De Mairena, la personalidad. Escuchándolo fríamente, uno se pone a pensar que si saliera ahora un cantaor con sus cualidades sería una bomba. En cuanto a Marchena, destacaría una afinación que roza la perfección. En aquella época no había toda esa información que tenemos ahora para llegar a esos extremos.

Siendo Morente un cantaor en activo, ¿por qué has escogido una grabación antigua de él?

Esa misma pregunta me la hizo él (sonríe). Cuando me llamó me dijo que me fuera para Granada para grabar lo que quisiera. Yo no sabía cómo decirle que no, porque yo quería una cosa antigua. Yo lo considero un gran maestro. Pedirle una colaboración sería algo normal que hace todo el mundo en todos los discos. Esa no era mi idea. Cuando aceptó mi propuesta, él fue el que eligió el cante que quería que incluyera en el disco. Yo quería la petenera, pero él se decantó por la malagueña de Chacón.

¿Cantaba mejor antes?

No, era un timbre distinto. Morente tiene unas facultades tremendas.

¿Cómo ha sido el trabajo técnico para extraer todos esos cantes?

Muy laborioso. He empleado mucho tiempo, casi seis meses de trabajo. Para hacer esto tienes que escucharte todas las discografías de todos estos artistas. Porque había cantes a los que no podía quitarle la guitarra. Si dejaba la voz sola, había ruidos que eliminar. Después tienes que mover la voz para que encaje en los sitios correctos y cuadrarla con la claqueta. Es un trabajo muy cuidadoso. Pero gracias a esto, me he nutrido de cante. He ganado en conocimiento.

Desenvolverse en un estudio es complicado, ¿no?

A mí siempre me ha gustado esta faceta. De hecho, con quince años ya tenía un cuatro pistas. A nadie se le hubiera ocurrido comprárselo. Me acuerdo de que me lo trajeron de Londres porque aquí no lo vendían. Yo siempre he tenido afición por la grabación. Fui de los primeros en tener un estudio de grabación.

¿No hay cantaores jóvenes que te inspiren de la manera que lo hacen los antiguos?

Claro que sí los hay. Hay jóvenes que están apuntando bien y que van a dar mucho que hablar en el futuro. Por ejemplo, José Valencia va a ser un puntal muy importante. Tiene unas facultades tremendas. Es el cantaor más preparado del momento.

El hecho de haber acompañado a estos artistas, ¿no puede traer como consecuencia que no se preste atención a la otra parte del disco en la que tocas como solista?


"Yo no me puedo comparar con un Paco de Lucía, por eso he buscado otras fórmulas"

La verdad es que no me molesta. Para eso lo he hecho. La primera parte son mis composiciones que he creado para este disco. Todas son nuevas. De hecho estoy muy contento con lo que he hecho. Los discos de hoy en día traen sus ocho o nueve temas. Yo no me puedo comparar con un Paco de Lucía, por eso he buscado otras fórmulas. De hecho, sin salir el disco ya he tenido ofertas de aplicar esta idea con otros cantaores, incluso con uno que sigue vivo.

¿Tienes pensado hacer un espectáculo con este disco?

Pues sí. Este disco está pensado para trabajar. Es mi carta de presentación. Ya sabemos todos que los discos de flamenco no son éxitos de venta. A la hora de grabar siempre pienso en el directo. De hecho, he grabado los temas como si fuera en directo. Con este trabajo queremos dar un formato de concierto de guitarra totalmente distinto a lo que hay. Yo no me puedo mover en los circuitos de Paco de Lucía o de Vicente Amigo. A ver si lo podemos llevar a Barcelona, a Córdoba y a la Bienal de Sevilla.

Si no me equivoco, ¿has creado tu propio sello discográfico?

En efecto. He creado un sello con el que pretendo seguir una línea que diga algo, que aporte algo. Quiero apoyar a los jóvenes y a gente no tan joven. Te puedo adelantar que le estoy haciendo un disco a Manuel de Paula, que hace veinticinco años que no graba. También tengo en proyecto hacerle el disco a José Valencia y a Antonio Villar.

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