Me uno a los comentarios sobre el maestro José Tomás animado por Oscar López, que ha conseguido que finalmente venza mis reticencias hacia los medios electrónicos. Os comentaré primero el punto de vista emocional, en cuyo dominio el maestro destacaba tanto como en su aspecto intelectual. Para mi fue mi padre musical, en el sentido de que sin él con toda seguridad mi destino en el mundo de la música hubiera sido inexistente o muy diferente del actual.
Todavía recuerdo como me recibió en su casa (muy pocos metros cuadrados por donde su entrañable mujer, lolita, acogía a guitarristas de todo el mundo), hace casi veinte años ya, sin conocerme de nada, para escucharme tocar tras mi solicitud verbal para estudiar con él. No le importó que mi conocimiento sobre la interpretación guitarrística en aquél momento fuera, no solo parco sino que se podría decir incluso desviado, sino que me indicó el camino más adecuado para mi personalidad y características (eso lo entendí con el tiempo) y apenas me conocía de unas horas. Afortunadamente segúi sus consejos y despertó en mí el "criterio" de una carrera artística basada en el rigor, el respeto y el conocimiento. Además me transmitió muchos conocimientos, pero sin duda lo esencial fue lo anterior. Para un chiquito de provincias desinformado como yo, su acogida fue un gesto que siempre me pareció inmerecido, pero que me hizo tratar de superarme continuamente para de alguna manera hacer honor a tal regalo.
José Tomás era un hombre extraordinariamente pulcro y cuidadoso, que emanaba tranquilidad de la inteligencia, y un lengüaje cuidado que denotaba su interés por aprender. Un hombre de terminos absolutos, y que buscaba una calidad absoluta que algunas veces se veía frustada por el lógico devenir de los tiempos, que hacía que cada vez se descubrieran nuevas fuentes, nuevos criteros interpretativos o nuevos estilos de interpretación que podrían considerarse válidos. Y efectivamente, el sonido de cada una de sus notas era asolutamente bello e irrepetible, y la economía de movimientos que se traslucía al verle tocar emanaba de un exahustivo análisis de la partitura y su relación con el discurso musical y el instrumento.
Su aprendizaje inicial, de la mano de personajes de la talla de Vicente Asencio , su contacto con Oscar Esplá, estar alejado en su etapa formativa musical inicial de los ambientes guitarristicos donde las figuras de Andrés Segovia y Regino Sainz de la Maza eran dos polos de irresistible atracción en la época, sin duda le aportó lo que en mi opinión es el legado histórico del maestro: contextualizado en los años 70 y 80 del pasado siglo, el mensaje de trasceder la música de la guitarra para buscar con CRITERIO el DISCURSO MUSICAL que encierra "encriptado" los simbolos de la partitura, era un mensaje innovador e irresistible para los cientos de alumnos de todo el mundo que deseaban venir a estudiar con él. En definitiva, usar la guitarra para expresar la música, y no la música para tocar la guitarra, es un mensaje que la mayoría damos hoy por sobreentendido pero que hace 20 ó 30 años seguramente no lo era tanto.
Esta continua busqueda de la calidad absoluta unida a su incansable interés por conocer y actualizarse, es lo que en mi opinión desanimó al maestro a publicar de forma regular un inmenso trabajo de transcripciones de proyección pedagógica en un principio, que quedó de esta manera formando parte del patrimonio familiar en su mejor opción, o deformado por manos conscientes o inconscientes, lo que lógicamente enfurecía al maestro.
Fué precisamente la claridad a la hora de transmitirnos a sus alumnos la importancia primordial de buscar siempre las fuentes del repertorio, lo que a la postre me llevó a interpretar cada repertorio con su instrumento original. En este sentido, él tenía muy claro que no era lo más importante el resultado momentáneo de una transcripción o interpretación en concreto (de ahí su reticencia a realizar publicaciones o editar grabaciones propias), que en cualquier caso siempre debía ser honesta, sino la actitud veraz y honesta del artista ante el hecho musical. La mayoría de sus alumnos recordarán su insistencia en que realizaramos nuestras propias transcripciones de Bach bajo su supervisión, y así cada uno tocaba una transcripción igualmente válida en una versión ligeramente distinta, para ser tocada por cada uno de nosotros.
Hablando de escuelas de guitarra, debemos reconocer que España es para el resto del mundo fuente y origen del desarrollo de este instrumento a lo largo de la historia. En mis viajes por América, he sido preguntado en varias ocasiones por las actuales escuelas de guitarra en España, y tras mi habitual descripción del variado panorama de la pedagogía guitarrística en España, he podido descubrir que muchos de ellos tienen asumido que tras las aportaciones de Tárrega y Pujol, las ideas de José Tomás y su aplicación práctica por parte de David Russell constituyen para muchos de ellos un hito en la historia guitarristica, y reconocen en algunos lugares esta particular manera de tocar como la moderna "escuela española" de guitarra . Carles Trepat, Ignacio Rodes, Ricardo Gallén y tantos otros continúan contribuyendo para hacer evolucionar la interpretación guitarrística con resultados que sin duda sorprenderían y estoy seguro que agradablemente al entrañable Pepe Tomás
Aprovecho para saludar a Carles, Susi, Alberto, Chema, y tantos otros que tuvimos la suerte de estar en contacto de una u otra manera con él y que tratamos de continuar su mensaje de respeto y calidad que tanto ha ayudado a la guitarra en todo el mundo.
Saludos. Pedro Jesús Gómez