Hola J. Antonio. Una sola vez puse el refuerzo debajo del puente, y la experiencia no me gustó por diversos motivos; uno de ellos fue que no lo puse completo, o sea que no iba de aro a aro, sino que terminaba 3 ó 4cm. antes de llegar a los aros. La guitarra, por circunstancias que no vienen al caso, se quedó en Córdoba unas semanas, y cuando volvió a Cádiz, el cambio de humedad hizo que la tapa se moviera, tomando mala forma, copiando, en cierta manera, el final del refuerzo; nada demasiado importante, pero que no me gustó. Yo, como ya dije en otra ocasión, siempre hago el abanico de 7+2, modelo Torres, y este nunca puso refuerzo bajo el puente. También comenté que me considero discípulo de J.L.Romanillos, y él, aunque últimamente ha experimentado con dicho refuerzo, (ver crónica de Julio Gimeno "Un ponte di note" ) parece que lo ha desechado definitivamente.
Estoy madurando una idea que, indirectamente, me ha sugerido Julio Gimeno, consistente en un abanico radial; esto es, tomando el centro del puente como el centro de una circunferencia imaginaria,cuyo diámetro sería la medida del lóbulo mayor de la guitarra, se trazarían unos radios (aún no he decidido cuantos) que nos definirían el lugar donde irían las varetas del abanico. Esta es la teoría del ingeniero Espinós del que nos hablaba Julio, y que a mí me parece tan interesante, y que pienso poner en práctica en un futuro no muy lejano.
En definitiva, creo que el refuerzo del que hablamos, no refuerza nada, y además impide que la tapa vibre todo lo libremente que puede; o sea, no me gusta. Pero en fin, el libro de los gustos está en blanco. Si tienes correo electrónico te mando el artículo del ingeniero Espinós que Julio me mandó a mí
Saludos.
Rafael.