Courtnall explica dos variantes (la que he negreado en la cita textual es lo que ha practicado y enseñado Rafael).
La variante que aparentemente le pareció mejor a Courtnall (esta de dejar los bordes de la tapa sin curvatura) tiene el inconveniente de que la tapa prensada en la solera tiene la curvatura que se parece a una curva gaussiana que, una vez sacado de la solera cambiará su forma. En teoría este cambio se manifiesta en una curvatura total más pronunciada, es decir el centro de la tapa (el puente) queda "más alto" de lo que uno ha pensado, diseñado o calculado - antes de descontar la pérdida de curvatura, una pérdida que tiene cualquier laminado que se ha quitado del molde (en este caso, el "laminado" consiste en tapa y varetas de abanico). En el mejor caso esos dos cambios serían exactamente iguales y la altura del domado de la tapa quedaría exáctamenmte la misma como la profundidad de la solera. Por un lado, el efecto final depende de la rigidez de la tapa, y por otro lado del ancho de la franja horizontal donde van los peones. Si esta franja es demasiado ancha puede ocurrir que al final quedan muy altas las cuerdas (a un amigo se las han quedado a unos casi 6mm sobre el traste 12, sin poder bajar más la selleta - la culpa tenía ese borde horizontal demasiado ancho).
(Todavía) no tengo el libro de Jose Villar Rodriguez, pero me imagino (no me queda muy clara tu descripción) que el autor sugiere un domado más pronunciado en la zona del puente, y menos pronunciado hacia la boca. Es lo que uno automáticamente hace con un ahuecado en "forma de pera", no circular.
En fin, yo pienso que cualquier de los métodos que has mencionado es válido.