Es verdad que algunas Fleta tienen la tapa de mayor grosor y que no por ello suenan menos, sino por el contrario, algunas de ellas suenan una barbaridad, pero ello no ha sido exclusivo del maestro Fleta, pues guitarras de guitarreros antiguos, como Arias o Modesto Borreguero también las tenían.
Yo, después de muchas observaciones y de darle muchas vueltas al asunto, tengo mi teoría sobre ello. Las tapas pierden mucha capacidad de vibración por cuestión del ensamblaje, pues todo lo que constriñe la tapa, sobre todo en su contorno, quita capacidad de vibración, y por tanto resta potencia. Por ello se intentaba mejorar la capacidad vibracional rebajando el grosor de las tapas, aunque ello luego comportara aumentar los refuerzos internos (peonaje, barraje y varetaje).
Sucede como con las campanas. Como mejor suenan es colgadas al aire. El apoyar simplemente una mano en su borde libre, elimina una gran cantidad de vibración y por ende, de sonido. Es más, en una campana pequeña, es decir "de mano", es mucho mejor que el mango sea de madera que de metal al ser aquélla más aíslante, pues a través del metal del mango, por su gran propiedad de conducción, la mano amortigua más el sonido que cuando éste es de madera.
Pero claro, las tapas no pueden ir al aire sobre el instrumento. Hay que ensamblarlas a la caja o no tendríamos guitarra. Y de lo que se trata, es de que esa unión obligada, que sabemos que va a constreñir de algún modo la capacidad de vibración de la tapa, se haga de tal manera que sea un mal menor, pues la disminución de la tensión de esa zona nos dejaría las tapas más libres, permitiendonos utilizar tapas más robustas.
El resto todo viene ligado: a tapas más robustas (siempre que sean de buen material y ofrezcan una buena respuesta vibratoria), mayor resistencia de éstas a la deformidad y menos necesidad de refuerzo interno, lo que permite, como sucede en esas guitarras que antes he citado, un varetaje mas sutil y delicado y unas barras armónicas más ligeras, sin resentirse para nada la robustez del instrumento.
Por ello pienso que el secreto de estos constructores, especialmente de Ignacio Fleta, debía andar por ahí. Y que eso sólo se puede hacer cuando se sabe mucho de construcción, se tiene una gran capacidad de análisis de los materiales y sus respuestas y una imaginación que permita buscar la solución de montaje más idónea para cada tapa. Es decir, cuando se es un genio.
En cuanto a ese tipo de tapa labrada del maestro Chacón, si es como lo he entendido o por lo menos como lo he imáginado, dudo que vaya a tener mejor respuesta que una tapa de las tradicionales, ya que con los cambios de grosor en a tapa no se puede ser brusco.
De todos modos, mucho me gustaría equivocarme, y que la guitarra fuera un éxito, pues ello significaría que con el Maestro Chacón habríamos dado un gran paso en el progreso de la construcción de la guitarra.
Saludos.