El jurado del Cubadisco, evento que se celebra en
La Habana desde hace algunos años, decidió otorgar el Gran Premio, en su
versión de 2001, a dos producciones; una fue la colección La obra
guitarrística de Leo Brouwer. Vol. 1-8, y otra, Nuestra canción.
Martha Valdés y Sergio Vitier. El primero de estos fonogramas fue
producido por María Elena Mendiola, Licenciada en música, directora de
orquesta e investigadora, quien fuera especialista de la casa discográfica
cubana EGREM durante más de una década. De la importancia de este premio y
del contenido de esta colección importantísima, nos habla su productora.
Ella, nos pone en perspectiva una obra, que a partir de ahora, será la
pieza fonográfica obligada para el estudio de uno de los músicos más
importantes del siglo XX americano.
Pregunta ¿Cómo surgió el proyecto de
esta colección?
Respuesta Corría el año 1999 y yo sabía
que Leo Brouwer cumplía sesenta años de edad. Recién le habían dado el
premio Manuel de Falla, que me imagino que en los círculos musicales
españoles fue algo así como un desafío por recaer en esa ocasión en un
extranjero. Me imagino, claro, que en el caso de Leo no cabe la menor duda
porque su obra no tiene fisuras. Entonces me di cuenta que a Leo le iban y
venían homenajes por todo el mundo y en su país no pasaba nada con él. O
sea, aquí en la isla los cubanos siguen sin saber a ciencia cierta quien
es Leo Brouwer. Fue así, andando por esos caminos, que me vino la idea.
Con tantos años trabajando en la EGREM me conozco muy bien sus archivos y
en particular los de música de concierto, que ha sido mi trabajo durante
doce años de mi vida, tiempo en el que tuve que revisarlos muchas veces.
Estos factores me llevaron a concebir un proyecto que incluyera la obra de
Leo. En principio no pensé en hacerla únicamente con su obra
guitarrística, pero en cuanto me metí en el archivo con el objetivo de
hacer un trabajo de este tipo me di cuenta que tenía que dedicar la
colección a la obra para guitarra únicamente puesto que era esa obra la
que por suerte más abunda en el patrimonio de la EGREM, que por supuesto
mantiene algunas cosas de música sinfónica, obras para piano, música de
cámara y otros formatos, pero en lo guitarrístico el caudal es muy grande.
Tuve además la suerte de que algunos años antes, en la época del disco de
vinilo, el Maestro Julio Rolof trabajó en una colección similar y aunque
aquella no vio nunca la luz, quedaron masterizadas en cintas analógicas
unas cuantas obras en vivo, tomadas en los festivales de guitarra de La
Habana. Yo sabía que ahí había un buen material para comenzar mi colección
y así fue.
También me valí de los pocos volúmenes que con
la obra de Leo salieron al mercado en Cuba, entre ellos el disco titulado
De Bach a los Beatles, y otro que grabó en los años sesenta que
contenía la Sonatina meridional de Ponce y obras que tocó en su
época rutilante de virtuoso de la guitarra. También me serví de esas
grabaciones y las trabajé para incluirlas en la colección. Utilicé también
From Yesterday to Penny Lanne, y otras obras publicadas anteriormente,
pero también utilicé el Concierto Elegíaco que aun estaba inédito.
Desde el principio supe que iba a incluir en el proyecto la grabación del
concierto que hizo el grupo Irakere junto a Leo Brouwer en el teatro
Carlos Marx, por supuesto que no tenía la menor idea de cómo lo iba a
engarzarlo en el conjunto pero era un registro que no podía faltar.
Por todo esto que te digo es que cuando entré
a los archivos para comenzar el trabajo de esta colección que finalmente
resultó ganadora del Gran Premio Cubadisco 2001, ya yo tenía una idea
global de lo que iba a hacer, ya yo tenía un conjunto de obras que sabía
que no podían faltar, obras que yo quería poner, pero además, en la
investigación me fueron apareciendo otras obras que yo no tenía muy claro
que estaban ahí. En principio supe que con el material de los archivos
tenía para una colección de más de tres discos, pero no sabía exactamente
cuantos.
Después de los primeros rastreos comencé a
organizar las obras por volúmenes y decidí hacerlo por temáticas bien
diferenciadas fue así como surgieron ocho discos muy bien diferenciados,
ninguno repite la propuesta del otro, cada uno propone algo completamente
diferente, realmente es una obra total para coleccionistas. Cuando uno
mira y lee lo que contiene cada volumen se da cuenta que quiere tenerlos
todos porque cada uno encierra una vertiente distinta en la creación de
Leo Brouwer.
Yo ahora me pongo en el lugar del consumidor.
Si yo llegara a una tienda de discos y viera esa colección seguramente iba
a quererla completa, porque ningún volumen se repite, pero cada uno te
lleva al otro.
P ¿Cuánto tiempo estuviste
trabajando en esta colección?
R Cerca de dos años aproximadamente
P Me has dicho que en la colección
aparecen obras inéditas. ¿Por qué esas obras nunca antes se pusieron al
alcance del público?
R Bueno, primeramente la discográfica
EGREM tuvo un bache muy grande en la publicación de fonogramas de
conciertos en general. No solamente de Leo Brouwer, la música de
conciertos estuvo un año en cero editorial y poco a poco esto se fue
recuperando.
P ¿Dónde se venden estos discos?
R En el territorio nacional está en
todas las tiendas de discos, en los hoteles, en todas partes lo he visto.
P ¿Y fuera de Cuba dónde se pueden
comprar?
R Bueno, debe estar en el catálogo que
oferta la EGREM. Yo no manejo muy bien el asunto de la distribución en el
extranjero. Yo sé que la editora los tiene y los está distribuyendo con
cierta timidez, por eso estoy dando los primeros pasos para aproximarme a
alguna casa discográfica con mayor proyección comercial, para que se haga
cargo de licenciar esta colección que pudiera tener un amplio mercado
entre los coleccionistas, una distribuidora que lo sepa colocar en un
mercado que realmente consuma este producto, estoy moviéndome con la
intención de que esta obra fonográfica tenga la circulación internacional
que puede y debe tener. En conclusión, en estos momentos tengo el proyecto
de que este trabajo se conozca y que la obra de Leo Brouwer llegue al
público en todos los mercados y para esto es necesario un buen
distribuidor internacional.
P Aunque tú eres la madre de esta
criatura gigantesca que acaba de nacerle a la discografía cubana, quisiera
escuchar tu criterio, apasionado o racional, sobre el valor de esta
colección para conocer la obra de uno de los compositores más importantes
de la música cubana y al guitarrista más grande que ha dado la isla.
R Yo creo que marca un momento en la
historia de la cultura cubana del presente -trato de distanciarme del
hecho como si la colección la hubiera hecho otra persona claro-, viene a
llenar un vacío grande, porque el año anterior, es decir, a principio del
año 2000, apareció un libro titulado Leo Brouwer, de la musicóloga
Isabel Hernández que es un estudio sobre todas las aristas del artista que
es Leo, sobre su obra, su vanguardismo en épocas tan tempranas, su postura
post-moderna cuando nadie lo era, como todos en Cuba sabemos, al menos los
músicos, un libro que aborda la vida y la obra de Leo y que ahora se
complementa de manera justa con esta colección que pone al alcance del
público todo aquello de lo que se habla en esos textos, porque la
trascendencia mayor de Leo está en su obra para guitarra teniendo en
cuenta que él aplica las técnicas contemporáneas de composición a la
creación en ese instrumento. Ningún otro compositor antes que él aplicó
las vanguardias del siglo XX a la composición para la guitarra, él es el
primero en hacerlo, de ahí, claro aparte del valor de sus obras, del valor
como música, como factura creativa, como partitura, está ese hecho de ser
el primero en aplicar las vanguardias a la composición para la guitarra.
Es por eso que en todo el mundo sus obras se tocan, en todos los concursos
para guitarra que se realizan en el mundo se interpretan obras de Leo
Brouwer, es por eso que su música circula por todas las casas editoriales
del mundo, en los circuitos de conciertos, en las grabaciones, en todas
partes está la obra de Leo Brouwer. Es un compositor importante y es la
primera vez que se realiza un material de consulta contundente, que aunque
no lo contiene todo, es terminante para aproximarse a él, para que
cualquier estudioso de la música en el mundo consulte y se entere, con un
material de primera mano como es que suena en realidad la música de Leo,
en su interpretación y en la de muchos otros artistas de primera línea.