¡Hola a todos!
Tengo la suerte de tener algunos amigos que poseen marcas de guitarras de alta gama. Ello me ha dado la oportunidad de tocar, en diferentes ocasiones, entre otras las siguientes:
• Bellucci
• Antonio Marín Montero, 1987.
• José Marín Plazuelo, 1995.
• José Ramírez, 1980.
• Juan Ramón Padilla, 1994.
• Julio Malarino, 2003.
• M. Contreras, 1989.
• Morales y Garrido, 1963.
• Tomás Leal, etc..
Pues bien, también suelo tocar dos guitarras del laudero Abel García López, Paracho (Méjico), una con tapa de cedro, año 2003, y la otra de pino-abeto, 1996. De estas dos guitarras diré que no destacan por su fina artesanía, adolecen un poco de un esmerado acabado y apenas si tienen una capa de barniz , la cual deja al descubierto poros; tal vez sea así por pensarse que de esta manera la madera queda más suelta y consecuentemente facilita sus vibración.
Hace ya unos años, en su paso por diferentes lugares de España, este laudero mejicano al construir algunas guitarras llamó fuertemente la atención por el hecho de que casi toda la elaboración la realizaba con la ayuda de una sola herramienta: un cuchillo; una labor de artesanía que al haber sido realizada de forma tan rudimentaria y primitiva escasamente podremos encontrar en guitarreros de estos tiempos. Pero, ¡ay¡, a pesar de “esa artesanía”, en lo referente a la sonoridad de estas dos guitarras la cosa es otro cantar; esa aparente pobreza visual encierra una fuerte sonoridad y una gran riqueza de matices, y es que D. Abel es un artífice del sonido. Ambas tienen además proyección, buen equilibrio y buena afinación. Si bien tengo que decir que al ser la anchura del diapasón junto a la cejuela, de 54 mm. y el grosor del mástil en consonancia, no me resultan muy cómodas, prefiero unas medidas más reducidas. En el traste 12 el ancho es de 62 mm.; el tiro de 650 mm.; la caja de largo 479 mm,; el ancho del lóbulo inferior 355 mm., el superior 273 mm. Un puente de doce agujeros en la de pino abeto, mientras que en la de cedro el puente tiene seis. El timbre en esta última es ligeramente más denso que en la anterior (abeto) que desprende un sonido un poco más claro. Tengo especial interés en que algún día pueda pulsar una de estas guitarras con auténticas cuerdas de intestino. Y aquí me viene a la mente una pregunta que se hizo W. Shakespeare: “¿No es extraordinario que unas tripas de carnero hagan salir a las almas de su envoltura humana?”. Tengo gran curiosidad en oír cómo suenan estas cuerdas.
En fin, puedo decir que ninguna de estas Abel García desmerecen ante cualquiera de las guitarras citadas al principio, en mi opinión. Y ya, añadir que ambas guitarras fueron adquiridas por un total de 500.000 ptas..
Cambiando de guitarras, pero sin salirnos de Paracho. Traigo a colación, una vez más en este foro, un análisis de la Organización de Consumidores y Usuarios (O.C.U.), de hace unos años, sobre guitarras clásicas y flamencas. En las clásicas el informe dictaminaba: “Sólo dos guitarras clásicas han sido valoradas finalmente como muy buenas: La Española ARI Clásico y la Española AR2 Studio, ambas mejicanas”. “La ARI Clásico (1.100 dólares, a los que habría que añadir, en pesetas, el 16% de IVA y el 1,3% de arancel) sería la Mejor del Análisis”. Dice también en otro lugar: “… destaca a un precio que se sitúa en la banda baja del abanico, la mejicana La Española AR2 Studio (750 dólares -más el 16% de IVA y el 1,3% de arancel- es decir unas 130.000 ptas., cuya valoración global es buena, superior, incluso a la profesional incluida a título de comparación y cuyo precio se dispara a las 613.500 ptas.”. Y en otro lugar del informe añade: “Por eso, aunque en España hay buenas guitarras, una mejicana, La Española AR2 Studio tiene una relación calidad-precio muy superior. De tal forma que podría ser su Compra Maestra si tuviera acceso a ella al mismo precio que tiene en Méjico, asumiendo las dificultades de la distancia, el plazo para conseguirla y la imposibilidad de probarla previamente”. No habiendo pulsado ninguna guitarra de esta marca mejicana, por mi parte no tengo ya nada que añadir.
¡¡Felices Fiestas!!”