Un día como hoy... de 1812 - Se nombró Comisario Principal de Jerez a Fernando Sor

UN DÍA COMO HOY...

... hace doscientos diez años...

... fue nombrado Comisario Principal de la Provincia de Jerez...

... el guitarrista Fernando Sor



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Dos fueron los empleos que tuvo Fernando Sor en España como comisionado (casi podríamos decir funcionario) de la Corona. Del primero sabíamos algo porque en septiembre de 1834 la Encyclopédie Pittoresque de la Musique, una publicación que estuvo apareciendo por entregas desde noviembre de 1833 a noviembre de 1834,(1) publicó la entrada «Sor» y en ella se decía que:

Après un séjour assez long à Madrid, il fut nommé chef d'une petite administration royale, en Andalousie. Les devoirs de son emploi ne l'empêchèrent point de passer une grande partie de son temps à Malaga, il s'occupa de musique avec succès.(2)
(Tras una larga estancia en Madrid, fue nombrado jefe de una pequeña administración real en Andalucía. Las obligaciones de su trabajo no le impidieron pasar gran parte de su tiempo en Málaga, donde se dedicó con éxito a la música).​

No supimos cuál era exactamente ese empleo hasta que en 2012 Brian Jeffery publicó un artículo en la revista italiana il Fronimo en el que abordaba el descubrimiento de un expediente incoado a Sor por el tribunal de la Santa Inquisición de Toledo.(3) A lo largo de las declaraciones que se efectuaron en ese proceso, uno de los testigos, el cura párroco de Macharaviaya, una localidad a unos 27 kilómetros al este de Málaga, dijo al tribunal que Sor había trabajado como «Interventor de la Real Fábrica de Naipes» de esa localidad.(4)

Sor habría desempeñado un cargo que se cita de diversas maneras: Inspector real, Interventor (como vemos que declara el religioso) o Administrador (como escribirá de su puño y letra el mismo Sor. En definitiva, un nombramiento real para controlar la fabricación de barajas de naipes, autenticándolas y supervisando su número con el principal objeto de aplicar los correspondientes derechos reales.

Las fuentes nos dicen que Sor obtuvo este nombramiento en 1803 (por tanto, durante la administración y el reinado de Carlos IV), aunque, por causa de una enfermedad, tal vez no lo ocupase hasta agosto de 1804. Desde entonces, lo mantendría, por más de siete años, hasta la llegada de la administración francesa que lo confirmaría en el cargo.(5)

A principios de 1812, el 12 de enero de hace hoy doscientos diez años, Sor fue nombrado para otra ocupación al servicio de la administración francesa de José Bonaparte. Lo sabemos por un escrito, encontrado por Josep Mª Mangado en el que Juan Francisco de Los Heros y de la Herrán, Conde de Montarco, se dirige al Prefecto de la provincia de Jerez de la Frontera para ponerle en conocimiento del hecho, escrito que se ha reproducido al comienzo del post y que, transcrito y modernizado, dice así:

Excelentísimo Señor
En este día he nombrado para el empleo de Comisario Principal de Policía de esa Provincia, a don Fernando Sor, Administrador del Real derecho de naipes de la Provincia de Málaga, con el sueldo de reglamento a quien he expedido el correspondiente título. Y lo comunico a Vuestra Excelencia para su inteligencia y cumplimiento. Dios [guarde a a usted muchos años]. Sevilla, 12 de enero de 1812.(6)

Es muy probable que Sor recibiese este nombramiento con mucha alegría porque ya había tenido algún que otro problema con el sueldo de su desempeño en Macharaviaya, pero, por desgracia para Sor, Aunque el término «policía» no tenía hace doscientos años exactamente el mismo significado que en el presente, este cargo ya no implicaba únicamente involucrarse en cuestiones administrativas y fiscales sino conocer y tomar postura sobre otras cuestiones mucho más decisivas. Parece que no habría duda en que fue precisamente este nombramiento y el desempeño que Sor hiciese del mismo, lo que le obligó a exiliarse una vez que la balanza dejó de inclinarse del lado francés. Un párrafo de Mangado resume magníficamente esta idea:

Presentamos por primera vez este documento[7] muy importante en la vida del guitarrista, ya que marcará inexorablemente el destino de su existencia, y me atrevo a decir que en cierta medida el futuro de la guitarra. Si Sor hubiese permanecido en el cargo de inspector fiscal de la fábrica de naipes a la llegada de los franceses, durante su ocupación y a su retirada, le hubiese ocurrido lo mismo que a muchos otros que permanecieron en el mismo puesto y colaboraron con los franceses, una reprimenda y una multa. En cambio, al haber aceptado otro cargo, y de esas características, Sor se había asegurado la pena capital en caso de haber sido capturado por los españoles.​
* * *​

Notas ----------------------------------

(1) MANGADO, J. M.: Fernando Sor (1778-1839). Volumen III. La actividad guitarrística en París (1825-1839).. Edición del autor, 2020, p. 467. (Ebook en PDF distribuido por Tecla Editions).

(2) LEDHUY, A. y BERTINI, H.: Encyclopédie Pittoresque de la Musique, entrega 43, septiembre de 1834. Esta enciclopedia se ha fechado en muchos lugares como publicada en 1835, pero, en realidad, ese año corresponde a una edición posterior en la que aparecieron de forma conjunta todas las entregas que habían llegado a publicarse (Véase Mangado cit., vol III, p. 467).

(3) JEFFERY, B.: «Fernando Sor nei guai con l'Inquisizione spagnola (1803-1806) ». En il Fronimo, 159 (Julio de 2012), pp. 35-41. Hemos hablado de este artículo aquí.

(4) JEFFERY, B.: Fernando Sor, Composer and Guitarist. Third Edition 2020, p. 43 (Ebook en PDF distribuido por Tecla Editions).

(5) El responsable de esa confirmación fue Miguel de Azanza, Comisario regio de Granada. Azanza había sido durante muchos años protector y superior del guitarrista francés François de Fossa.

(6) MANGADO, J. M.: Fernando Sor (1778-1839). Volumen II. Documentos inéditos. Reflexiones e hipótesis. Edición del autor, 2018, pp. 55-56. (Ebook en PDF distribuido por Tecla Editions).

[7] Mangado se refiere al oficio del Conde de Montarco al Prefecto de Jerez de la Frontera reproducido en su libro y que aquí presentamos con el expreso permiso del autor. (Véase Mangado cit., vol II, p. 56).

 
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