
Originalmente escrito por
Alejandro González
Otra cuestión, como ha apuntado Restaurador, es la cantidad de piedra y aceite; y otra, casi siempre olvidada, es la presión con la que se aplica.
Yo primero doy tres capas puras a pincel de pelo fino (de cabra, que es más barato que el de marta, je, je). Esto es base suficiente para una lijada suave y empezar a estirar con piedra. Nunca echo la piedra sobre la superficie, sino que unto la muñeca suavemente con un montón de piedra sobre un papel. Sacudo el exceso, y paso rápidamente por pieza mientras suena cómo raspa. Cuando deja de sonar, vuelvo a untar. Cuando tengo toda la superficie de la pieza untada, pongo una gota de alcohol en la muñeca y doy una pasada rápida. Al principio será necesario poner también una gota de aceite, pero poco a poco ya no hará falta. Se repite esto hasta que el poro esté tapado al gusto. Después, hacer lo mismo pero sin piedra, y espaciando la recarga de gomalaca con unas tres manos de alcohol con muñeca usada después de cada recarga. Y este proceso hasta que tenga el brillo deeado. Como final, si se desea, se puede lustrar con micromesh y agua.
Lo del punto de dureza, creo que, en gran medida, lo da la presión con la que damos las manos. Al principio de la carga rápido y sin apretar demasiado, y conforme se va secando la muñeca ir aumentando la presión y bajando la velocidad hasta que se convierta en un trapo pulidor (te tiene que doler el brazo y los dedos, je, je).
Sobretodo, NO TODO ES EL BRILLO. Lo importante es tener una capa fina y razonablemnete resistente. No hay que tener prisa, ya que, dependiendo del clima tarda en secar realmente bastantes dias. Pero si todo está bien, al final seca. Entonces, se puede pulir al agua.
Bookmarks