Silvestre Peña Ortega
Socio de la AGA
Hola, Luis,
Lejos de insistir en mi acuerdo o desacuerdo con lo que dices, voy a explicar brevemente "por qué dije qué" (que parece que no se me ha entendido o, quizá con mayor probabilidad, no he sabido explicarme) y a matizar desde mi experiencia algunas de las cosas que dices:
¿Pero sí que hablaste de memorización, o recuerdo yo mal...?
¿Qué mejor manera de analizar las dificultades impuestas a la memorización por parámetros propios de la música a memorizar que cuando estamos analizando lo que ocurre con obras de un mismo autor que además es intérprete del instrumento al que se dirigen, y que tiene una misma y única (la suya) capacidad interpretativa (que le permitía escribir pasajes de una determinada dificultad según sus propios criterios de interpretación con el instrumento, algunos de los cuales podemos imaginar y tratar de reproducir)?...
Mudarra era él y tocaba como él... como Cristo (que era quien era y venía de donde viniese)...
Elegir dos obras suyas (del hijo del padre de Mudarra, no del hijo de dios) es para mí una forma de eliminar variables de un campo donde la experimentación, en cuanto a que las experiencias no son reproducibles y analizables desde la objetividad, está bastante limitada.
¿No había una frase que decía "Mudarra me guarde de los críticos que de mis enemigos me guardo yo"?... si no la hay alguien debería inventarla... pero (ahora un poco más en serio) lo que sí que hay es un buen filón con opiniones de músicos sobre la labor y la autoridad de los críticos...
Por cierto, una opinión que no es inamovible y que las distintas generaciones de críticos se encargan de cambiar, sin que la música deje de estar escrita igual que antes: ¿sabía Vd. que, según el Dr. Thomas Heck es muy probable que Giuliani (ese desconocido guitarrista en el panorama musical actual en su sentido más amplio) tuviese más éxito en u época con sus lieder que un contemporáneo suyo encumbrado ahora a las máximas alturas del arte musical, el Sr. Schubert?
[Las negritas son mías]
No veo tal evidencia... la objetividad me parece que está dejando fuera muchas facetas de la producción de sonido en cada instrumento, algo que un mero oyente no está interesado en entender (ni en tolerar...).
Para empezar en el clarinete hay que soplar... y eso no es moco de pavo, amigo...
La producción de sonido a un nivel elemental en el piano, o en un arpa (sin pedales), o en la percusión, es el mecanismo del chupachups... y en el resto de los instrumentos, no lo es tanto... Carl Orff lo sabía, o lo intuía, creo yo...
En cuanto a lo de poner un dedo o varios, puedo decirle que en ciertos momentos creo que se llega a asociar respuestas complejas compuestas de varios movimientos en un sólo acto de voluntad... en ese sentido me parece que podría dar igual que se tratase de leer un acorde que de leer una nota... para tocar una sola línea de notas sucesivas también hay que pensar en varias cosas, y a veces tocar una línea de acordes sucesivos resulta más sencillo, incluso hablando de ambas cosas en el contexto de la guitarra...
Muchas veces esa asociación de movimientos en bloque o en paquetes, esas respuestas encadenadas de movimientos son para mí la bendición y la maldición de tocar la guitarra... permítame, por cuestiones de tiempo, dejarlo ahí...
Que la música es un lenguaje no es una elucubración mía... yo tampoco voy a tratar de cansar ni a invertir más tiempo del necesario en este asunto, pero hay varios autores más cualificados que yo que defienden el modelo de la música como lenguaje como forma de explicar varios fenómenos asociados con ella...
Eso sí, un lenguaje en el que el signo es en sí mismo el significado... espero haber manejado la terminología usada en el estudio de la Semántica (signo, significado, significante, símbolo... todo eso...) con propiedad...
Así que, en cuanto a lenguaje en el que el propio acto desencadenado con la emisión del sonido es en sí el significado de lo que se dice, tocar cualquier instrumento en concreto es un acto que por definición no puede ser sustituido por la interpretación en otro instrumento... en el símil de los idiomas y las lenguas habladas, tocar cualquier instrumento concreto es un idioma que expresa ideas que otro idioma no puede expresar... no habría traducción, en teoría... así que, no hay sentido en eliminar un idioma por el número de hablantes o la dificultad de su toque
Obviamente esto no es una crítica (Mudarra me libre) al acto de transcripción de un medio musical a otro... como el propio Mudarra sabía, "transcribir os hará libres"...
y además, en esta argumentación, estoy pasando por alto todo el contexto más terrenal de la práctica musical y la recepción de la música... todos los aspectos relacionados con la función social de la música
quiero hacer algún comentario sobre lo escrito respecto a la dificultad que presentan diferentes instrumentos en su aprendizaje y ejecución.
Lejos de insistir en mi acuerdo o desacuerdo con lo que dices, voy a explicar brevemente "por qué dije qué" (que parece que no se me ha entendido o, quizá con mayor probabilidad, no he sabido explicarme) y a matizar desde mi experiencia algunas de las cosas que dices:
Yo no he planteado en mis intervenciones ninguna cuestión sobre la mayor o menor dificultad de memorización entre obras de un mismo autor (o de diferentes autores) en un mismo instrumento;
¿Pero sí que hablaste de memorización, o recuerdo yo mal...?
Está muy claro que hay instrumentos más difíciles que otros. Por poner un ejemplo, es evidente que el esfuerzo necesario para tocar la bandurria con respecto a la guitarra es mucho mayor en el caso de esta última; sin ir mas lejos, cuesta mucho más memorizar lo escrito para guitarra que lo escrito para bandurria.
¿Qué mejor manera de analizar las dificultades impuestas a la memorización por parámetros propios de la música a memorizar que cuando estamos analizando lo que ocurre con obras de un mismo autor que además es intérprete del instrumento al que se dirigen, y que tiene una misma y única (la suya) capacidad interpretativa (que le permitía escribir pasajes de una determinada dificultad según sus propios criterios de interpretación con el instrumento, algunos de los cuales podemos imaginar y tratar de reproducir)?...
Mudarra era él y tocaba como él... como Cristo (que era quien era y venía de donde viniese)...
Elegir dos obras suyas (del hijo del padre de Mudarra, no del hijo de dios) es para mí una forma de eliminar variables de un campo donde la experimentación, en cuanto a que las experiencias no son reproducibles y analizables desde la objetividad, está bastante limitada.
yo me he referido a las dificultades de instrumentos dispares entre sí.
Quiero también manifestar que no hace falta tocar otro instrumento aparte de la guitarra para opinar si la misma es más o menos difícil de tocar que otro, u otros instrumentos, ni incluso saber tocar la guitarra, me atrevería a decir. Por lo mismo que uno puede opinar sobre tal o cual obra de teatro sin ser dramaturgo, o ser crítico taurino sin ser torero o haber estado alguna vez delante de un toro, etc..
¿No había una frase que decía "Mudarra me guarde de los críticos que de mis enemigos me guardo yo"?... si no la hay alguien debería inventarla... pero (ahora un poco más en serio) lo que sí que hay es un buen filón con opiniones de músicos sobre la labor y la autoridad de los críticos...
Por cierto, una opinión que no es inamovible y que las distintas generaciones de críticos se encargan de cambiar, sin que la música deje de estar escrita igual que antes: ¿sabía Vd. que, según el Dr. Thomas Heck es muy probable que Giuliani (ese desconocido guitarrista en el panorama musical actual en su sentido más amplio) tuviese más éxito en u época con sus lieder que un contemporáneo suyo encumbrado ahora a las máximas alturas del arte musical, el Sr. Schubert?
Al hablar de las dificultades el factor subjetivo es lógicamente importante, pues uno puede estar más o menos dotado para tocar tal o cual instrumento o atraerle uno más que otro. Pero el factor objetivo, ajeno de por sí a nuestro particular modo de sentir, muestra tana evidencia sobre todo en algunos casos que ….. Y es que no es lo mismo que el cerebro tenga que memorizar y ejecutar la acción de un solo dedo, caso del clarinete (por poner un ejemplo) a que sean varios al mismo tiempo como ocurre en el piano. Más aún si se tiene en cuenta que el tocar el piano implica la disociación del cerebro en dos parte para dirigir ambas manos al mismo tiempo y de forma independiente – una seria dificultad, ¿o no?. Más todavía aún, en el clarinete las notas están al alcance de los dedos sin tener que cambiar la posición de las manos, mientras que en el piano con frecuencia tienen que andar dando saltos.
[Las negritas son mías]
No veo tal evidencia... la objetividad me parece que está dejando fuera muchas facetas de la producción de sonido en cada instrumento, algo que un mero oyente no está interesado en entender (ni en tolerar...).
Para empezar en el clarinete hay que soplar... y eso no es moco de pavo, amigo...
La producción de sonido a un nivel elemental en el piano, o en un arpa (sin pedales), o en la percusión, es el mecanismo del chupachups... y en el resto de los instrumentos, no lo es tanto... Carl Orff lo sabía, o lo intuía, creo yo...
En cuanto a lo de poner un dedo o varios, puedo decirle que en ciertos momentos creo que se llega a asociar respuestas complejas compuestas de varios movimientos en un sólo acto de voluntad... en ese sentido me parece que podría dar igual que se tratase de leer un acorde que de leer una nota... para tocar una sola línea de notas sucesivas también hay que pensar en varias cosas, y a veces tocar una línea de acordes sucesivos resulta más sencillo, incluso hablando de ambas cosas en el contexto de la guitarra...
Muchas veces esa asociación de movimientos en bloque o en paquetes, esas respuestas encadenadas de movimientos son para mí la bendición y la maldición de tocar la guitarra... permítame, por cuestiones de tiempo, dejarlo ahí...
No voy a citar más ejemplos para no cansar, pero sí decir que el aporte de algunos argumentos aparecidos en esta especie de controversia podrían llevar a preguntarse en algún otro orden de cosas, por ejemplo en lo referente al aprendizaje de idiomas si tiene cabida el hablar de lenguas de mayor o menor dificultad.
Que la música es un lenguaje no es una elucubración mía... yo tampoco voy a tratar de cansar ni a invertir más tiempo del necesario en este asunto, pero hay varios autores más cualificados que yo que defienden el modelo de la música como lenguaje como forma de explicar varios fenómenos asociados con ella...
Eso sí, un lenguaje en el que el signo es en sí mismo el significado... espero haber manejado la terminología usada en el estudio de la Semántica (signo, significado, significante, símbolo... todo eso...) con propiedad...
Así que, en cuanto a lenguaje en el que el propio acto desencadenado con la emisión del sonido es en sí el significado de lo que se dice, tocar cualquier instrumento en concreto es un acto que por definición no puede ser sustituido por la interpretación en otro instrumento... en el símil de los idiomas y las lenguas habladas, tocar cualquier instrumento concreto es un idioma que expresa ideas que otro idioma no puede expresar... no habría traducción, en teoría... así que, no hay sentido en eliminar un idioma por el número de hablantes o la dificultad de su toque
Obviamente esto no es una crítica (Mudarra me libre) al acto de transcripción de un medio musical a otro... como el propio Mudarra sabía, "transcribir os hará libres"...
y además, en esta argumentación, estoy pasando por alto todo el contexto más terrenal de la práctica musical y la recepción de la música... todos los aspectos relacionados con la función social de la música