Informe de una empresa consultora tras de una visita a la Filarmónica de Berlín
Durante mucho tiempo los cuatro oboes no tienen nada que hacer. Se debe reducir la obra así que se distribuirá el trabajo de manera uniforme sobre toda la orquesta, evitando los picos de trabajo.
Todos los doce violines están tocando lo mismo. Se trata de una redundancia innecesaria. Este grupo debe ser reducido drásticamente. Si se desea un volumen más fuerte se lo puede conseguir con un sistema de amplificación electrónico.
La reproducción de fusas requiere demasiado esfuerzo. Se recomienda combinar todas estas notas a las más cercanas semicorcheas. Así se podría emplear a estudiantes de música y a músicos menos calificados, ahorrándose salarios altos.
En algunas partes hay demasiadas repeticiones. Entonces se debe revisar y arreglar la partitura a fondo. No sirve a ningún propósito si el cuerno repite lo que ya ha tocado el violín.
Si se elimina todos los pasajes redundantes el concierto que ahora dura dos horas ya solamente durará unos veinte minutos, por lo que la pausa puede ser omitida.
El director de la orquesta no está negando la validez de estas recomendaciones, pero tiene temores que los ingresos podrían disminuir. En este caso improbable debe ser posible de cerrar algunas partes de la sala de concierto completamente, lo que permitiría no solamente reducir los costos de iluminación sino también ahorrar personal. En el peor de los casos se podría cerrar la sala por completo y mandar el público al bar de la casa.
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