A propósito del Romance Anónimo
Lo primero de todo dar las gracias a Santiago por su magnífico artículo, y a Oscar por difundirlo, ya que me lo pasé muy bien leyéndolo una cálida tarde de sábado en que ya se intuye la primavera, y me he enterado de muchas cosas que desconocía.
A pesar de que quedan muchas preguntas en el aire, creo que se pueden sacar muchas conclusiones interesantes con sólo aplicar un poco de lógica; y aunque al principio me parecía un poco pretencioso, como veo que mucha gente está escribiendo sobre el tema, voy a exponer parte de mi punto de vista, por si a alguien le sugiere alguna idea o simplemente quiere entretenerse leyéndolo.
Para realizar un trabajo serio sólo se debería tener en cuenta las pruebas físicas, es decir, los documentos históricos, y no hacer tanto caso de esas historias y suposiciones que algunos, cual si de consejas o falsos cronicones se tratase, se encargan de divulgar, jugando a despistar y a sembrar pistas falsas por aquí y por allá.
Hasta ahora lo que tenemos es lo siguiente:
1. Un anónimo guitarrista, realiza, a fines del XIX o principios del XX una sencilla obra, bien a partir de elementos propios, bien como arreglo, armonización o reelaboración de material ya existente, siendo esta obra, más o menos, la que figura en el manuscrito que perteneció a Daniel Fortea y que lleva por título "Melodía de Sor". Hasta que no se pruebe científicamente lo contrario, esta es la fuente más antigua con la que contamos.
2. Hacia 1930 Fortea pone la primera piedra en la historia que nos ocupa al editar el manuscrito, dando así comienzo a su difusión, al tiempo que realiza los cambios que después serán fundamentales: invierte el arpegio, y lo titula como "Romance Anónimo".
3. En 1941, el guitarrista Vicente Gómez, que conoce el Romance por la edición de Fortea, lo emplea en la banda sonora de la película "Sangre y arena". Como la película no tiene éxito por diferentes motivos, el Romance pasa desapercibido.
4. En 1952, Narciso Yepes interpreta el Romance Anónimo en la película de René Clement "Juegos prohibidos". Ahora sí se da el caldo de cultivo necesario para que nuestra pequeña pieza se convierta en uno de los mayores hitos en la historia de la música popular. El nombre de Yepes queda ya indisolublemente asociado al Romance hasta el fin de los tiempos.
Esto es lo que tenemos palpablemente. Ahora voy a dar mi opinión personal, fundamentada ante todo en la lógica más sencilla sobre algunos puntos tratados en el artículo de Santiago:
1. No creo que la melodía del romance tenga por base ninguna canción popular; ni española, ni ucraniana, ni letona, ni turca. Si existiese tal canción, con una melodía tan seductora, sería universalmente conocida, como tantas y tantas hermosas canciones que son hoy patrimonio mundial, al mismo nivel que la tarara, el cant dels ocells, ojos negros, Allouette... y más después del éxito internacional del Romance, conoceríamos la canción aunque estuviera en el último rincón del mundo. Habrá cientos de canciones con giros melódicos similares, pero esto no quiere decir que se trate de la misma canción.
2. Lo mismo digo de la posibilidad de que se trate de una melodía de un compositor medianamente conocido, llámese Glinka o llámese X. Si formara parte de su catálogo, en el día de hoy lo sabríamos de sobra, tendríamos hasta estudios monográficos sobre el tema. Para aceptar esta posibilidad tendríamos que admitir que se trata de una composición desconocida de un músico también desconocido, y esto entra dentro del terreno de la especulación; algo similar a esperar que aparezca una ópera de Bach sobre el mito de Orfeo o una sinfonía de Mozart que use el tema de la folía. Como posible, todo es posible; pero de ahí a que lo sea...
3. Sobre la edición de Llobet tendríamos que preguntarnos ¿Existió un manuscrito como base de la edición? ¿Fue una treta editorial para editar una partitura de éxito comercial asegurado, salvando el tener que pagar derechos al atribuírsela a un guitarrista fallecido en 1938?. Si se dio el primer caso, no probaría nada, pues podía ser una copia manuscrita para uso personal que tendría como origen, directa o indirectamente la edición Fortea (en los años 30 no había fotocopiadoras y era muy frecuente copiar a mano partituras que no se podían obtener impresas, más tratándose de una composición tan breve). Si lo cierto fue la segunda opción, quedaría explicado por qué es prácticamente idéntica a la versión de Yepes.
4. Sobre lo de David del Castillo, ¿Cómo te vas a fiar de alguien que empieza el escrito diciendo que Juegos Prohibidos es una película de Renoir?.
5. Todos esos que especulan con manuscritos, extrañas ediciones, etc., si de verdad las tienen harían muy bien de sacarlas a la luz para acabar de una vez con el tema. Por supuesto que abría que autentificar científicamente las pruebas; en el caso de los manuscritos analizar el papel, escritura; y en el caso de los impresos hay que tomarlos con muchas precauciones, ya que podría tratarse de ediciones fraudulentas que para evitar pagar derechos falsean la fecha de edición. (No deja de ser curioso que haya muchas copias de la edición de Rubira a partir de los años 40 y ninguna anterior; yo, lo de la edición de 1900 no me lo creo, si es que existe, puesto que la fecha puede ser falsa).
El final nos remite al principio, a don Daniel Fortea y su "Escuela de la Guitarra". Él tenía el manuscrito y él lo editó, lo rebautizó y tuvo la idea, por lo que se ha visto después genial, de invertir el arpegio. Parte del secreto se lo llevó a la tumba, ya que sólo él podría haber dado noticia sobre en qué circunstancias (cómo, dónde o a través de quién) llegó a sus manos el manuscrito. Seguramente nunca tuvo idea de la importancia y la trascendencia que iba generar el día que decidió dar a la imprenta el Romance. También es de remarcar en la picaresca que comenzó al añadir de buena fe el adjetivo "anónimo". Pensemos en que hubiera editado la obra simplemente como "Romance" de Daniel Fortea y que el antiguo manuscrito nos fuera desconocido. ¿Pasaría hoy como una obra suya?. Fijémonos en que la factura del Romance guarda similitud con otras composiciones de Fortea, por ej. su famoso Vals en Sol, donde también muestra su gusto por el arpegio descendente al modo del Estudio en mi m. de su querido Tárrega.
El admitir que la pieza era anónima daba pie a poder realizar una edición bajo otro nombre, a pesar de que Fortea la tuviera registrada, y evitar pagarle los derechos empleando algún truco más o menos legal. Y llegamos aquí a las variantes entre la edición Fortea y la de Yepes. Estoy casi convencido de que dichos cambios no obedecen ni a la intención de facilitar la ejecución, absurdo en una pieza tan asequible; ni a ninguna sutileza armónica. Obedecen a una razón mucho más prosaica, tras la cual se esconde gran parte de la historia del romance (y por extensión de la historia de la música): la económica. Con estos mínimos cambios todo el mundo salía ganando: Gómez y Yepes podían registrar la obra a su nombre y por lo tanto editarla como tal y cobrar los derechos de autor, ya que obviamente no hubieran podido editar una obra que coincidiera nota por nota con la de Fortea; y por otro lado, los productores de las películas evitaban pagar derechos a Fortea por una obra que éste tenía registrada.
Porque ahora pensemos: Si Fortea no hubiera incluido la palabra "anónimo" en el título, y hubiera pasado, aunque sólo fuera al principio como obra suya, ¿la habría escogido Yepes para incluirla en el film?. Seguramente no, ya que habrían tenido que pagarle sus derechos a Fortea. Fijémonos en las otras piezas que emplea: a de Visée y a Coste no había que pagarles nada; pero ¿y la pieza restante?. Se trata de El testament d´Amelia, que por cierto, creo que era la única canción catalana de las armonizadas por Llobet que estaba editada, y precisamente por Fortea. ¿Y qué hace Yepes?. La rebautiza como Chanson populaire y la edita y registra como si de un arreglo suyo se tratase. No hace falta ser musicólogo para darse cuenta de que se trata del arreglo de Llobet, lo único que ha hecho es quitar la frase de los armónicos octavados. Es decir, un caso de apropiación idéntico al del Romance.
No creo que antes de la edición de Fortea el Romance fuera muy conocido, ya que siendo una obrita tan grata y asequible a los aficionados y principiantes, pienso que lo lógico es que corriera como la espuma, con lo cual existiría un número considerable de versiones manuscritas, y por otra parte habría sido editado una y otra vez prácticamente desde el momento de su existencia, más cuanto que parece coincidir estéticamente con el periodo de auge guitarrístico que culmina en Tárrega y su escuela. (Fijémonos en que, por ejemplo, de muchas obras de Tárrega contamos, aparte de edición impresa, con diversas versiones manuscritas de la época, realizadas por el propio Tárrega o bien por otros instrumentistas para su propio uso, y que a veces presentan subjetivas variantes).
A modo personal se me ocurren tres ideas:
1. El manuscrito de la melodía de Sor, ¿no podría ser de mano del propio Fortea?; si datara de principios del XX, Fortea ya tendría más de 20 años.
2. Sería interesante comparar la grafía de dicho manuscrito con otros de la misma época, tanto de los que pertenecieron a Fortea como otros que figuran en otras colecciones, puesto que podría suministrar alguna noticia interesante acerca de la mano que, al menos, lo copió.
marzo de 2003