Por un contraste maravilloso [los españoles] reunen á este carácter indómito una naturaleza apática, floja y jactanciosa sobremanera. Cuando una horda alcanza un triunfo durante la guerra civil, no se crea que en seguida va á perseguir al enemigo. Nada menos que eso : se detiene y permanece en el mismo sitio echando baladronadas, celebrando la victoria, tocando la guitarra y calentándose al sol. El vencido se retira sosegadamente y hace lo mismo que el vencedor cuando llega á triunfar. Así se suceden unos á otros los encuentros sin ningun resultado. Si los combatientes no toman hoy esta ciudad, la tomarán mañana, pasado mañana, dentro de diez años ó nunca. ¿Qué se les da á ellos? Los hidalgos dicen que tardaron seiscientos años en echar á los moros.
(Chateaubriand, François-René, vicomte de: El Congreso de Verona. Guerra de España. Negociaciones. Colonías Españolas. Tomo I, cuaderno I. Traducción de Cayetano Cortés. Madrid: Fuentenebro (Alejandro Gómez), 1839, pp. 14-15.)
Parece que los españoles preferían 'hacer la guitarra' que proseguir con 'la guerra'...