Sergio Gasca
Usuario Baneado
Hola amigos
En esta ocasión este bicho muy raro, mezcla de Químico Farmacéutico Biólogo y sobatrastes (o rascatripas) tiene la intención de platicarles de una memorable noche (al menos para mí) en la que me "solté el pelo" y me puse a tocar para el respetable algo de mi repertorio. Va la historia:
Después de haberme echado uno que otro palomazo para un reducido público de cuates, profesores y colegas en mi "alma mater", la Facultad de Quimica de la UNAM y de que se corrió la voz de que me gustaba mucho eso de la guitarreada clásica mi buen amigo, profe y estudiante del doctorado en química Don Jesús Recillas le contó a su hermana Thalía de que yo no era tan malo en eso de "rascar la lira". Thalía, entonces confiando en su hermanito contactó a las autoriades de la honorable Universidad Autónoma de Chapingo para programar mi participación dentro del marco de la "IXa Feria Nacional de la Cultura rural Chapingo 2004" Feria en la que se exponen diversas expresiones del arte y la cultura de diversas étnias de nuestro país.
Después de algunas negociaciones y burocrácias tan comunes en esta nación y con cierta reserva de las autoridades culturales de esta universidad, (ya que no me habían escuchado tocar) me dieron un horario "estelar" para mi presentación: Un viernes de Octubre a las 20:30 hrs. (Como dice la canción: De las Lunas la de Octubre es más hermosa...) Entonces comencé a preparar mi lira con sonoras cuerdas y a darle "shine" pa' que quedara bien brillosita y bonita y comencé a estudiar y desde luego invitar a mis queridos amigos y hasta a una amiguita que cuando se enteró de la tocada,...perdón del recital se invitó solita y yo muy animado pues no le negué la invitación porque podía ser presagio de mejores relaciones... Ustedes saben
Muy ilusionado estaba, aunque con el natural escépticismo paterno del doctor Don Sergio Gasca I quién hasta entonces no estaba muy de acuerdo con que su hijo el científico anduviera perdiendo el tiempo en eso de la "rascada de las tripas". Fue hasta el día del recital en el que a "regañadientes" decidió llevarnos a mi, a mi madre, a mi hermana y a uno de mis hermanos hasta la universidad que, por cierto no está muy cerca de mi casita. Y es que lo confieso: Manejar un auto es algo dificilísimo para mí.
Tarde lluviosa y mucho tráfico pero al fin llegamos y después de probar algunos antojitos, ver las hermosas artesanías de nuestras culturas indígenas y luego de calentar mis manitas en un saloncito que nos prestó mi amiga Thalía llegó el "momento de la verdad", caminé hasta el escenario en la explanada de la universidad y ya con mi lira en la mano esperé a que ese buen grupo de interpretes de música jarocha concluyera sus huapangos; la gente estaba muy animada y tuvieron que "echarse" como bis, otro son. Yo en mis adentros me preguntaba: ¿Cómo recibirá la gente a un serio guitarrista clásico después de haber escuchado esta música tan viva y tan bailable? A ver si no se duermen o se aburren. Hay que decir que en efecto, el sitio estaba totalmente lleno de gente y de muy variada edad: señoras con niños y sus esposos, gente de edad avanzada y muchos jovenes estudiantes de la universidad.
y a todo esto: ¿Qué seleccioné esa noche para tocar? A, pues lo siguiente:
Comencé a tocar y sin nervios ni titubeos y luego del Soneto el aplauso del respetable me resultó muy cálido lo cual me animó más a tocar. Las dudas sobre el interés de la gente se disiparon y por el contrario me sorprendió el ánimo creciente del público cada vez que tocaba. Es muy lindo ver a la gente moviendose al ritmo de la música, cerrar sus ojos y dejarse llevar por la guitarra, verlos mover sus dedos como si ellos estuvieran tocando o ver que no apartan la mirada de tus manos. Platicar durante el concierto con el público fue algo que me hizo sentir más seguridad y rompió el hielo entre nosotros. Entonces podía recordar las veces que yo como oyente había escuchado a Los Romero o A Alfonso Moreno y como disfruto de el sonido de la guitarra tan especial tocada con buenas manos: No digo que lo haga como ellos, pero me daba gusto que a la gente le agradara el sonido de la guitarra.
Recuerdo que tan animado me sentía que a la hora del vals de Tárrega yo mismo comencé a bailar con la guitarra en mi asiento y tuve que detener mi movimiento pues mi trasero estaba cada vez más cerca del aire que de la silla... no me hubiera gustado caer al piso a media pieza: ¿o a alguien sí? Al final me pidieron otra y pues no me pude negar a tocar: "recuerdos de la Alhambra" del gran Tárrega como bis.
Bien, a pesar del frio y la mala amplificación el recital resultó muy bueno para mí y lo mejor fue que mucha gente pudo escuchar otra cara de la guitarra y música que no conocía y que a fin de cuentas todos nos la pasamos bien con la música. Recuerdo un curioso comentario del coordinador de difusión cultural de la Universidad: "hubiera sido un gravísimo error no haber invitado a Sergio esta noche" (Me sentí halagado, no me lo creía) Al final yo tenía una hambre de león y el susodicho funcionario iba a invitarme a cenar, pero pues me tuve que aguantar pues mi padre ya estaba cansado y con ganas de dormir y había que regresar a casita así que: "A aguantar el hambre". Lo que si puedo decirles es que después de esto mi padre ya no es tan tajante en su opinión acerca de mí y de la guitarra. Después de todo, el de vez en cuando se echaba una que otra rolita cantada y me enseñó un poquito cuando era yo un chavito imberbe.
Aunque eso de que: "Todos nos la pasamos bien".... ni mis amigos, ni mis alumnos y mucho menos mi amiguita estuvieron ahí y lo peor.... ella me resultó con novio y pues.... ni modo: "No se puede tener todo en la vida".
Bien, espero que los que tocan profesionalmente puedan estar de acuerdo conmigo en sus sensaciones a la hora de tocar y que les haya resultado de interés la reflexión de un guitarrista no profesional pero muy clavado en el instrumento.
Ah, y ustedes se preguntarán: ¿Porqué hasta ahora relata algo que ocurrió hace ya bastantes mesecitos? La respuesta es muy sencilla: Como no quería parecer un embustro y mentiroso y como dicen que dijo Santo Tomás: Hasta no ver no creer... preferí escribir esto hasta tener las fotos que prueben mis afirmaciones así que:
¡Oscaaaaaaaaaaaar Ahi estáaaaaaaaaaa ahora: "las fotos please"
Muchas gracias por su atención a este relato.
les Saluda:
Sergio Gasca
En esta ocasión este bicho muy raro, mezcla de Químico Farmacéutico Biólogo y sobatrastes (o rascatripas) tiene la intención de platicarles de una memorable noche (al menos para mí) en la que me "solté el pelo" y me puse a tocar para el respetable algo de mi repertorio. Va la historia:
Después de haberme echado uno que otro palomazo para un reducido público de cuates, profesores y colegas en mi "alma mater", la Facultad de Quimica de la UNAM y de que se corrió la voz de que me gustaba mucho eso de la guitarreada clásica mi buen amigo, profe y estudiante del doctorado en química Don Jesús Recillas le contó a su hermana Thalía de que yo no era tan malo en eso de "rascar la lira". Thalía, entonces confiando en su hermanito contactó a las autoriades de la honorable Universidad Autónoma de Chapingo para programar mi participación dentro del marco de la "IXa Feria Nacional de la Cultura rural Chapingo 2004" Feria en la que se exponen diversas expresiones del arte y la cultura de diversas étnias de nuestro país.
Después de algunas negociaciones y burocrácias tan comunes en esta nación y con cierta reserva de las autoridades culturales de esta universidad, (ya que no me habían escuchado tocar) me dieron un horario "estelar" para mi presentación: Un viernes de Octubre a las 20:30 hrs. (Como dice la canción: De las Lunas la de Octubre es más hermosa...) Entonces comencé a preparar mi lira con sonoras cuerdas y a darle "shine" pa' que quedara bien brillosita y bonita y comencé a estudiar y desde luego invitar a mis queridos amigos y hasta a una amiguita que cuando se enteró de la tocada,...perdón del recital se invitó solita y yo muy animado pues no le negué la invitación porque podía ser presagio de mejores relaciones... Ustedes saben
Muy ilusionado estaba, aunque con el natural escépticismo paterno del doctor Don Sergio Gasca I quién hasta entonces no estaba muy de acuerdo con que su hijo el científico anduviera perdiendo el tiempo en eso de la "rascada de las tripas". Fue hasta el día del recital en el que a "regañadientes" decidió llevarnos a mi, a mi madre, a mi hermana y a uno de mis hermanos hasta la universidad que, por cierto no está muy cerca de mi casita. Y es que lo confieso: Manejar un auto es algo dificilísimo para mí.
Tarde lluviosa y mucho tráfico pero al fin llegamos y después de probar algunos antojitos, ver las hermosas artesanías de nuestras culturas indígenas y luego de calentar mis manitas en un saloncito que nos prestó mi amiga Thalía llegó el "momento de la verdad", caminé hasta el escenario en la explanada de la universidad y ya con mi lira en la mano esperé a que ese buen grupo de interpretes de música jarocha concluyera sus huapangos; la gente estaba muy animada y tuvieron que "echarse" como bis, otro son. Yo en mis adentros me preguntaba: ¿Cómo recibirá la gente a un serio guitarrista clásico después de haber escuchado esta música tan viva y tan bailable? A ver si no se duermen o se aburren. Hay que decir que en efecto, el sitio estaba totalmente lleno de gente y de muy variada edad: señoras con niños y sus esposos, gente de edad avanzada y muchos jovenes estudiantes de la universidad.
y a todo esto: ¿Qué seleccioné esa noche para tocar? A, pues lo siguiente:
Soneto: Enriquez de Valderrábano
Canción del Emperador- Guárdame las Vacas- Luys de Narváez
Irish March- Anónimo arr. Yepes
Jesús Alegría de los hombres- J.S. Bach
Estudio opus 35 no 22 - minueto en do- Sor
Mi favorita - Anonimo
Vals en Re mayor- F. Tárrega
Carnavalito de la Suite del Recuerdo - Merlín
Choros- D. Semenzato
Ay, ay ay - Pérez Freyre Arr. Barrios "Mangoré"
Rondalla , A. esparza Oteo-Peregrina, R. Palmerín- No se tú, A. Manzanero arr. J.C. Oliva
Waiting for dawn- A. York
Jota- G. Gómez
Canción del Emperador- Guárdame las Vacas- Luys de Narváez
Irish March- Anónimo arr. Yepes
Jesús Alegría de los hombres- J.S. Bach
Estudio opus 35 no 22 - minueto en do- Sor
Mi favorita - Anonimo
Vals en Re mayor- F. Tárrega
Carnavalito de la Suite del Recuerdo - Merlín
Choros- D. Semenzato
Ay, ay ay - Pérez Freyre Arr. Barrios "Mangoré"
Rondalla , A. esparza Oteo-Peregrina, R. Palmerín- No se tú, A. Manzanero arr. J.C. Oliva
Waiting for dawn- A. York
Jota- G. Gómez
Comencé a tocar y sin nervios ni titubeos y luego del Soneto el aplauso del respetable me resultó muy cálido lo cual me animó más a tocar. Las dudas sobre el interés de la gente se disiparon y por el contrario me sorprendió el ánimo creciente del público cada vez que tocaba. Es muy lindo ver a la gente moviendose al ritmo de la música, cerrar sus ojos y dejarse llevar por la guitarra, verlos mover sus dedos como si ellos estuvieran tocando o ver que no apartan la mirada de tus manos. Platicar durante el concierto con el público fue algo que me hizo sentir más seguridad y rompió el hielo entre nosotros. Entonces podía recordar las veces que yo como oyente había escuchado a Los Romero o A Alfonso Moreno y como disfruto de el sonido de la guitarra tan especial tocada con buenas manos: No digo que lo haga como ellos, pero me daba gusto que a la gente le agradara el sonido de la guitarra.
Recuerdo que tan animado me sentía que a la hora del vals de Tárrega yo mismo comencé a bailar con la guitarra en mi asiento y tuve que detener mi movimiento pues mi trasero estaba cada vez más cerca del aire que de la silla... no me hubiera gustado caer al piso a media pieza: ¿o a alguien sí? Al final me pidieron otra y pues no me pude negar a tocar: "recuerdos de la Alhambra" del gran Tárrega como bis.
Bien, a pesar del frio y la mala amplificación el recital resultó muy bueno para mí y lo mejor fue que mucha gente pudo escuchar otra cara de la guitarra y música que no conocía y que a fin de cuentas todos nos la pasamos bien con la música. Recuerdo un curioso comentario del coordinador de difusión cultural de la Universidad: "hubiera sido un gravísimo error no haber invitado a Sergio esta noche" (Me sentí halagado, no me lo creía) Al final yo tenía una hambre de león y el susodicho funcionario iba a invitarme a cenar, pero pues me tuve que aguantar pues mi padre ya estaba cansado y con ganas de dormir y había que regresar a casita así que: "A aguantar el hambre". Lo que si puedo decirles es que después de esto mi padre ya no es tan tajante en su opinión acerca de mí y de la guitarra. Después de todo, el de vez en cuando se echaba una que otra rolita cantada y me enseñó un poquito cuando era yo un chavito imberbe.
Aunque eso de que: "Todos nos la pasamos bien".... ni mis amigos, ni mis alumnos y mucho menos mi amiguita estuvieron ahí y lo peor.... ella me resultó con novio y pues.... ni modo: "No se puede tener todo en la vida".
Bien, espero que los que tocan profesionalmente puedan estar de acuerdo conmigo en sus sensaciones a la hora de tocar y que les haya resultado de interés la reflexión de un guitarrista no profesional pero muy clavado en el instrumento.
Ah, y ustedes se preguntarán: ¿Porqué hasta ahora relata algo que ocurrió hace ya bastantes mesecitos? La respuesta es muy sencilla: Como no quería parecer un embustro y mentiroso y como dicen que dijo Santo Tomás: Hasta no ver no creer... preferí escribir esto hasta tener las fotos que prueben mis afirmaciones así que:
¡Oscaaaaaaaaaaaar Ahi estáaaaaaaaaaa ahora: "las fotos please"
Muchas gracias por su atención a este relato.
les Saluda:
Sergio Gasca