Hola Horacio:
Eso depende, sobre todo, de la densidad de la madera que empleemos y de su grado de estabilidad. Por lo general, a menor densidad mayor grosor, en una horquilla que oscilaría entre los 1,8 y 2,2 mm. Así, por ejemplo, hablando de grosores mínimos, los fondos de ciprés, tilo, abedul, chopo o cedro del Líbano no deberían bajar de los 2 mm. Maderas más duras como el arce, algunas caobas, los palosantos, el pau-ferro, el cocobolo o vuestro algarrobo pueden permitir grosores menores, sobre todo si se quiere construir instrumentos de poco peso.
En Argentina tenéis buenos ejemplos de ello, pues tanto José Yacopi como Dionisio Gracia construyeron guitarras con fondos muy finos, sobre todo este último con sus modelos de doble fondo (1,6 mm).
El factor de estabilidad también cuenta, porque una madera dura pero poco estable también exigirá mayor grosor si no queremos que se nos agriete ante los mínimos cambios bruscos de temperatura y humedad ambiente.
Finalmente, otro factor a tener en cuenta son los refuerzos estructurales internos de la guitarra. A más refuerzos, el conjunto estructural del instrumento es más estable, puede tener más cohesión y permitir, tanto en fondos como en aros, tablillas de menor grosor aunque utilicemos maderas más ligeras.
Saludos