Gran_adino
Socio de la AGA
En aquella época, anterior a mí, dicen que había
en Jerez uno que le decían Antoñito Sol, que fue
maestro de Javier Molina, ¡y con lo que llegó a ser
Javier Molina a la guitarra!, algunas veces -según me
contaba Chacón-, creo que le decía:Ay! ¡Ay,
Javié de mi arma! ¡Qué gachoncito eres tocando,
coño!De manera que quién sería el otro...Este
Javier Molina tenía un toque extraordinario y fue quien
compuso el toque de alegrías en "sol", y la forma que se
toca hoy por bulerías también la arregló él en Jerez,
y no digamos por seguiriyas lo extenso que
era.Luego estaba en Cádiz el maestro Patiño, en la época de
Silverio, que estuvo tocando mucho tiempo en el café que
este cantaor tenía en Sevilla. Que este Patiño fue
quien lo reconoció cuando volvió de América con las
barbas, cuando aquello de María Borrico, que la única
falta que pudo ponerle es que tenía los pies muy
grandes.Y Paco de Lucena fue otro gran tocaor, de las
máximas figuras de su época, que le puso a la caña una
entonación que le faltaba y compuso el toque por "rosas". A
este hombre, cuando salió, le llamaban Paco el
Lentejo, pero luego ya le cambiaron el nombre y le
pusieron el de su pueblo. El se fue a Málaga a trabajar de
barbero, y de ahí, de Málaga, fue de donde salió ya
tocando con fama, y empezó sustituyendo a un tocaor del
cuadro que cayó malo y lo llamaron a él, pa ver cómo se
desenvolvía tocando pa bailar, y como les pareció bien, pues
ya de ahí p'alante hasta llegar a ser la clase de
tocaor que fue. Luego ya empezó a dar conciertos de
guitarra flamenca él solo, tocando falsetas por soleá, por
seguiriya, y las composiciones suyas.
Y en Sevilla estaba Pérez, que fue el maestro que estuvo más tiempo en el café del Burrero, que le tocaba al Lamparilla,
al Pintor, a la Cuenca, en fin, a tós los artistas
que pasaron por el cuadro del café del
Burrero.Y Habichuela el Viejo, que fue discípulo de Patiño,
se llamaba Juan Gandulla, de Cádiz, como su maestro,
los dos hijos de gallegos. Y Pepe el Ecijano, de
Ecija, que estuvo tocando en el café
Novedades.Aquí en Madrid estaba Canito, uno que murió muy joven
y que dicen que hubiera sido toda una eminencia.
Luego vino Rafael Marín y Angel Baeza, y luego
empezaron a tocar la guitarra Montoya y Luis Molina, que se
reunían en la calle Arlabán en el taller de guitarras de
Manuel Ramírez, y allá por las tardes se reunían estos
tocaores, y el uno y el otro iban practicando y estudiando
de esa escuela, cogiendo el mecanismo de la forma de
tocar nueva, arpegiando y picando. En la época
anterior, del maestro Patiño y de Lucena, no se conocían
esas cosas, porque entonces lo que se utilizaba era el
rasgueo y el dedo pulgar, hasta que ya después de Rafael
Marín se empezó a utilizar la escuela clásica,
arpegiando, tremolando. Y luego ya vino el de Huelva, Manolo
el de Huelva, que tocaba con la nueva escuela, con
pureza, pero con la nueva escuela que introdujeron Rafael
Marín y Angel Baeza, porque el mismo Montoya tomó
muchas cosas de Angel Baeza, aunque luego él las
perfeccionara mucho más.PEPE EL DE LA MATRONA
(Recuerdos de un cantaor sevillano, 1975)
en Jerez uno que le decían Antoñito Sol, que fue
maestro de Javier Molina, ¡y con lo que llegó a ser
Javier Molina a la guitarra!, algunas veces -según me
contaba Chacón-, creo que le decía:Ay! ¡Ay,
Javié de mi arma! ¡Qué gachoncito eres tocando,
coño!De manera que quién sería el otro...Este
Javier Molina tenía un toque extraordinario y fue quien
compuso el toque de alegrías en "sol", y la forma que se
toca hoy por bulerías también la arregló él en Jerez,
y no digamos por seguiriyas lo extenso que
era.Luego estaba en Cádiz el maestro Patiño, en la época de
Silverio, que estuvo tocando mucho tiempo en el café que
este cantaor tenía en Sevilla. Que este Patiño fue
quien lo reconoció cuando volvió de América con las
barbas, cuando aquello de María Borrico, que la única
falta que pudo ponerle es que tenía los pies muy
grandes.Y Paco de Lucena fue otro gran tocaor, de las
máximas figuras de su época, que le puso a la caña una
entonación que le faltaba y compuso el toque por "rosas". A
este hombre, cuando salió, le llamaban Paco el
Lentejo, pero luego ya le cambiaron el nombre y le
pusieron el de su pueblo. El se fue a Málaga a trabajar de
barbero, y de ahí, de Málaga, fue de donde salió ya
tocando con fama, y empezó sustituyendo a un tocaor del
cuadro que cayó malo y lo llamaron a él, pa ver cómo se
desenvolvía tocando pa bailar, y como les pareció bien, pues
ya de ahí p'alante hasta llegar a ser la clase de
tocaor que fue. Luego ya empezó a dar conciertos de
guitarra flamenca él solo, tocando falsetas por soleá, por
seguiriya, y las composiciones suyas.
Y en Sevilla estaba Pérez, que fue el maestro que estuvo más tiempo en el café del Burrero, que le tocaba al Lamparilla,
al Pintor, a la Cuenca, en fin, a tós los artistas
que pasaron por el cuadro del café del
Burrero.Y Habichuela el Viejo, que fue discípulo de Patiño,
se llamaba Juan Gandulla, de Cádiz, como su maestro,
los dos hijos de gallegos. Y Pepe el Ecijano, de
Ecija, que estuvo tocando en el café
Novedades.Aquí en Madrid estaba Canito, uno que murió muy joven
y que dicen que hubiera sido toda una eminencia.
Luego vino Rafael Marín y Angel Baeza, y luego
empezaron a tocar la guitarra Montoya y Luis Molina, que se
reunían en la calle Arlabán en el taller de guitarras de
Manuel Ramírez, y allá por las tardes se reunían estos
tocaores, y el uno y el otro iban practicando y estudiando
de esa escuela, cogiendo el mecanismo de la forma de
tocar nueva, arpegiando y picando. En la época
anterior, del maestro Patiño y de Lucena, no se conocían
esas cosas, porque entonces lo que se utilizaba era el
rasgueo y el dedo pulgar, hasta que ya después de Rafael
Marín se empezó a utilizar la escuela clásica,
arpegiando, tremolando. Y luego ya vino el de Huelva, Manolo
el de Huelva, que tocaba con la nueva escuela, con
pureza, pero con la nueva escuela que introdujeron Rafael
Marín y Angel Baeza, porque el mismo Montoya tomó
muchas cosas de Angel Baeza, aunque luego él las
perfeccionara mucho más.PEPE EL DE LA MATRONA
(Recuerdos de un cantaor sevillano, 1975)