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Parte 2ª - Como empezar a improvisar con nuestro instrumento de una forma sencilla, fácil y divertida.
Estimados amigos,
Me gustaría empezar tratando el detalle de que para aprender a improvisar con nuestro instrumento lo fundamental en principio seria que ya tuviéramos un nivel mas o menos aceptable de técnica, digitación e interpretación y que hubiéramos escuchado hasta la saciedad bastantes y diversos estilos musicales siempre de calidad, lo que se traduciría en nuestro interior como los recursos mas valiosos para poder llegar alguna vez a improvisar sin salirse del estilo definido por la formación o por la pieza musical encima de la cual se pretenda añadir una improvisación o un solo.
Otra cosa para mi fundamental en la improvisación es el respeto y la dosificación inteligente, dependiendo del momento podremos empezar a improvisar y hacer un solo muy largo siempre que los otros músicos nos estén respaldando y animando y para ello que duda cabe que esa noche tendremos que estar verdaderamente inspirados y tener la capacidad de estar llevando las riendas hasta el infinito, porque si no es así lo que estará ocurriendo es que estaremos estropeando ese mágico momento con nuestro empeño en alargar una improvisación no demasiado afortunada, hay que saber dosificarse y nunca olvidarse de que tus compañeros también pueden querer hacerse algún solo, antes de subirse a un escenario a improvisar nunca sabrás si ese día estas inspirado o no, a veces un día malo se puede traducir en una noche de improvisaciones irrepetibles y un día bueno donde hasta pudiste practicar mucho en casa se puede traducir en una noche totalmente vacía de ideas y desarrollos.
Si nuestro temperamento y nuestras desmesuradas ganas de tocar nos hace difícil la dosificación y el respeto por los demás compañeros en el escenario siempre podemos pasar a un segundo plano con nuestras improvisaciones e ideas y fundirnos con la base rítmica o armónica a un bajo volumen haciendo ritmos, contrapuntos, percusiones, ruiditos, etc... Se puede seguir improvisando e inventando sin ser el protagonista nunca lo olvidéis.
Ser una persona tímida o una persona lanzada, da igual, las dos podrían improvisar igual de bien y la única diferencia seria la de su actitud personal y física en el momento del solo, los hay lanzados que son unos pesados y los hay tímidos que aunque toquen escondidos en su instrumento son capaces de volvernos locos con su lenguaje interior.
Si nos gustaría o nos llama la atención aprender a improvisar y si nunca lo hemos ni siquiera intentado o si nunca se nos había ni siquiera ocurrido tendríamos un test y un análisis inicial que debiéramos de hacernos para ver si merece la pena el intentarlo, os voy a desgranar aquí abajo los síntomas del posible buen improvisador en potencia:
1º-Ser muy tocón y muy pesado con el instrumento y tener esa ligera tendencia a salirnos un poco de nuestro repertorio sin darnos cuenta y a juguetear de vez en cuando con notitas y cositas que no están en las partituras.
2º-Sentir a veces aburrimiento y cierta desgana al tocar siempre la música de los demás con la sensación de estar siendo un eterno copista de los cuadros de otros pintores.
Si tienes alguno de estos síntomas estate seguro de que podrás llegar a improvisar.
¿Como podríamos empezar a aprender a improvisar? Tendremos que empezar desde cero pues no hay otro camino, y os aseguro que el camino es largísimo y lleno de etapas, aunque existe un atajo que por desgracia lo toman demasiados instrumentistas, ese atajo es el de escucharse hasta la saciedad a los buenos improvisadores consagrados y sacarse nota a nota, acento a acento, ligadura a ligadura todos sus solos de los discos, pero amigos para mi eso no es improvisar, es engañar, sobre todo si nos quedamos toda la vida haciéndolo y siendo un improvisador construido y formado exclusivamente por las frases y patrones mas bonitos de otros instrumentistas, seremos un collage furtivo y pícaro de los recursos de otros.
Para aprender honradamente a improvisar de verdad en el amplio y verdadero sentido de la palabra tendremos que ir construyéndonos nosotros mismos nuestro propio lenguaje musical, nuestras propias frases y patrones, nuestras propias melodías, nuestras propias progresiones armónicas, etc…
Quiero explicar antes de seguir que cuando escuchemos hablar en el argot de los improvisadores de que si tal o cual músico tiene o no un buen fraseo se estarán refiriendo principalmente a la capacidad de resolver una melodía de una forma lógica y musical, porque empezar a desarrollar o a inventarse una melodía es muy fácil pero acabarla de una forma definitiva es muy difícil, también se están refiriendo a como articula y liga, a como se dosifica y a muchísimas cosas mas, yo lo definiría mas fácilmente con la palabra tener personalidad y estilo propio.
1º-Yo empezaría a aprender a improvisar haciendo sonar un acorde mayor o menor en la guitarra y dejándolo sonar mucho tiempo intentándonos unir con esa vibración tonal y armónica en nuestro interior. Después de hacerlo varias veces en la mas absoluta quietud nos tendría que empezar a surgir un principio de melodía en nuestra garganta, repitámoslo en voz alta y después intentemos tocar esa misma melodía en la guitarra, analicemos la melodía y sigamos desarrollando la melodía un ratito dándole forma y sentido hasta convertirla en una frase con final, ese será nuestro primer patrón melódico, volvamos a dar el acorde y a cantar la melodía encima, volvamos a repetir la frase esta vez tocada y estudiémosla un poquito a ser posible enriqueciéndola con algún adorno o ligadura, etc… una vez dominada la frase podremos ir transportándola a otras tonalidades y dando de vez en cuando su acorde correspondiente.
2º-Daremos otra vez un acorde dejándolo sonar y después toquemos sus escalas correspondientes varias veces y en diferentes lugares del mástil, demos otra vez el acorde dejándolo sonar y después toquemos sus arpegios correspondientes varias veces y en diferentes lugares del mástil, demos otra vez el acorde dejándolo sonar y después intentemos tocar esas mismas escalas y arpegios varias veces y en diferentes lugares del mástil pero esta vez no de una manera ascendente y descendente y continuada si no intentando dar solo parte de la sucesión de notas y con distancias de intervalos considerable, estaremos desgranando nuestra rutina y estaremos dando pie a posibles melodías, tendremos que intentar romper nuestro molde interior técnico de subidas y bajadas, con estos inocentes juegos también estaremos desarrollando sin darnos casi cuenta nuestra respuesta melódica inmediata al sonido de ciertas armonías, estaremos empezando ya a improvisar.
3º-Pongamos un CD de una música sencilla y fácil que nos guste y templemos nuestra guitarra con la pieza a la perfección, empecemos a tocar simplemente desde una nota que nos suene fundamental con la tonalidad de la pieza y a partir de hay sin ningún tipo de prisas ni abandonos tendremos que empezar a construir una melodía o simplemente unos adornos que no estén para nada en esa pieza, no repitamos las melodías de la canción, saquemos otras que no están hay, ya estamos improvisando.
4º-Después de una temporada de soltarnos y de inventarnos frases, escalas y adornitos en solitario podríamos quedar con otro guitarrista amigo y colega de nuestro mismo nivel o incluso inferior para entre los dos poner en practica los recién nacidos descubrimientos de nuestra propia cosecha.
5º-Si ese mismo amigo guitarrista se divirtió con la sesión ya tendremos un compañero para improvisar con el de ahora en adelante, si ese amigo sabe tocar la guitarra clásica le podríamos decir por ejemplo que nos toque el Romance Anónimo si se lo sabe y encima del Romance podremos improvisar en dos tipos de tonalidades, primero en Mi menor y en la segunda parte en Mi mayor, la primera parte es la mas fácil para improvisar libremente y la segunda quizás un poquito mas cerrada pero también tendremos que conseguir desarrollar y fluir en ella, sin darnos cuenta y riéndonos de nuestros fallos estamos improvisando y comenzando a andar un camino inacabable que siempre nos hará sentirnos libres.
Yo llevo desde los 17 años improvisando sin parar de forma autodidacta, me encanta, la improvisación para mi es como el aire que respiro, si no improvisara me ahogaría.
Espero que algunos de vosotros retoméis este tema de la improvisación con vuestras experiencias, opiniones y dudas para que todos podamos aprender de todos y ayudarnos, yo simplemente he intentado aportar mi granito de arena pues no soy un entendido ni muchísimo menos si no simplemente un aficionado.
Un saludo,
César Fornés Berlanga
Estimados amigos,
Me gustaría empezar tratando el detalle de que para aprender a improvisar con nuestro instrumento lo fundamental en principio seria que ya tuviéramos un nivel mas o menos aceptable de técnica, digitación e interpretación y que hubiéramos escuchado hasta la saciedad bastantes y diversos estilos musicales siempre de calidad, lo que se traduciría en nuestro interior como los recursos mas valiosos para poder llegar alguna vez a improvisar sin salirse del estilo definido por la formación o por la pieza musical encima de la cual se pretenda añadir una improvisación o un solo.
Otra cosa para mi fundamental en la improvisación es el respeto y la dosificación inteligente, dependiendo del momento podremos empezar a improvisar y hacer un solo muy largo siempre que los otros músicos nos estén respaldando y animando y para ello que duda cabe que esa noche tendremos que estar verdaderamente inspirados y tener la capacidad de estar llevando las riendas hasta el infinito, porque si no es así lo que estará ocurriendo es que estaremos estropeando ese mágico momento con nuestro empeño en alargar una improvisación no demasiado afortunada, hay que saber dosificarse y nunca olvidarse de que tus compañeros también pueden querer hacerse algún solo, antes de subirse a un escenario a improvisar nunca sabrás si ese día estas inspirado o no, a veces un día malo se puede traducir en una noche de improvisaciones irrepetibles y un día bueno donde hasta pudiste practicar mucho en casa se puede traducir en una noche totalmente vacía de ideas y desarrollos.
Si nuestro temperamento y nuestras desmesuradas ganas de tocar nos hace difícil la dosificación y el respeto por los demás compañeros en el escenario siempre podemos pasar a un segundo plano con nuestras improvisaciones e ideas y fundirnos con la base rítmica o armónica a un bajo volumen haciendo ritmos, contrapuntos, percusiones, ruiditos, etc... Se puede seguir improvisando e inventando sin ser el protagonista nunca lo olvidéis.
Ser una persona tímida o una persona lanzada, da igual, las dos podrían improvisar igual de bien y la única diferencia seria la de su actitud personal y física en el momento del solo, los hay lanzados que son unos pesados y los hay tímidos que aunque toquen escondidos en su instrumento son capaces de volvernos locos con su lenguaje interior.
Si nos gustaría o nos llama la atención aprender a improvisar y si nunca lo hemos ni siquiera intentado o si nunca se nos había ni siquiera ocurrido tendríamos un test y un análisis inicial que debiéramos de hacernos para ver si merece la pena el intentarlo, os voy a desgranar aquí abajo los síntomas del posible buen improvisador en potencia:
1º-Ser muy tocón y muy pesado con el instrumento y tener esa ligera tendencia a salirnos un poco de nuestro repertorio sin darnos cuenta y a juguetear de vez en cuando con notitas y cositas que no están en las partituras.
2º-Sentir a veces aburrimiento y cierta desgana al tocar siempre la música de los demás con la sensación de estar siendo un eterno copista de los cuadros de otros pintores.
Si tienes alguno de estos síntomas estate seguro de que podrás llegar a improvisar.
¿Como podríamos empezar a aprender a improvisar? Tendremos que empezar desde cero pues no hay otro camino, y os aseguro que el camino es largísimo y lleno de etapas, aunque existe un atajo que por desgracia lo toman demasiados instrumentistas, ese atajo es el de escucharse hasta la saciedad a los buenos improvisadores consagrados y sacarse nota a nota, acento a acento, ligadura a ligadura todos sus solos de los discos, pero amigos para mi eso no es improvisar, es engañar, sobre todo si nos quedamos toda la vida haciéndolo y siendo un improvisador construido y formado exclusivamente por las frases y patrones mas bonitos de otros instrumentistas, seremos un collage furtivo y pícaro de los recursos de otros.
Para aprender honradamente a improvisar de verdad en el amplio y verdadero sentido de la palabra tendremos que ir construyéndonos nosotros mismos nuestro propio lenguaje musical, nuestras propias frases y patrones, nuestras propias melodías, nuestras propias progresiones armónicas, etc…
Quiero explicar antes de seguir que cuando escuchemos hablar en el argot de los improvisadores de que si tal o cual músico tiene o no un buen fraseo se estarán refiriendo principalmente a la capacidad de resolver una melodía de una forma lógica y musical, porque empezar a desarrollar o a inventarse una melodía es muy fácil pero acabarla de una forma definitiva es muy difícil, también se están refiriendo a como articula y liga, a como se dosifica y a muchísimas cosas mas, yo lo definiría mas fácilmente con la palabra tener personalidad y estilo propio.
1º-Yo empezaría a aprender a improvisar haciendo sonar un acorde mayor o menor en la guitarra y dejándolo sonar mucho tiempo intentándonos unir con esa vibración tonal y armónica en nuestro interior. Después de hacerlo varias veces en la mas absoluta quietud nos tendría que empezar a surgir un principio de melodía en nuestra garganta, repitámoslo en voz alta y después intentemos tocar esa misma melodía en la guitarra, analicemos la melodía y sigamos desarrollando la melodía un ratito dándole forma y sentido hasta convertirla en una frase con final, ese será nuestro primer patrón melódico, volvamos a dar el acorde y a cantar la melodía encima, volvamos a repetir la frase esta vez tocada y estudiémosla un poquito a ser posible enriqueciéndola con algún adorno o ligadura, etc… una vez dominada la frase podremos ir transportándola a otras tonalidades y dando de vez en cuando su acorde correspondiente.
2º-Daremos otra vez un acorde dejándolo sonar y después toquemos sus escalas correspondientes varias veces y en diferentes lugares del mástil, demos otra vez el acorde dejándolo sonar y después toquemos sus arpegios correspondientes varias veces y en diferentes lugares del mástil, demos otra vez el acorde dejándolo sonar y después intentemos tocar esas mismas escalas y arpegios varias veces y en diferentes lugares del mástil pero esta vez no de una manera ascendente y descendente y continuada si no intentando dar solo parte de la sucesión de notas y con distancias de intervalos considerable, estaremos desgranando nuestra rutina y estaremos dando pie a posibles melodías, tendremos que intentar romper nuestro molde interior técnico de subidas y bajadas, con estos inocentes juegos también estaremos desarrollando sin darnos casi cuenta nuestra respuesta melódica inmediata al sonido de ciertas armonías, estaremos empezando ya a improvisar.
3º-Pongamos un CD de una música sencilla y fácil que nos guste y templemos nuestra guitarra con la pieza a la perfección, empecemos a tocar simplemente desde una nota que nos suene fundamental con la tonalidad de la pieza y a partir de hay sin ningún tipo de prisas ni abandonos tendremos que empezar a construir una melodía o simplemente unos adornos que no estén para nada en esa pieza, no repitamos las melodías de la canción, saquemos otras que no están hay, ya estamos improvisando.
4º-Después de una temporada de soltarnos y de inventarnos frases, escalas y adornitos en solitario podríamos quedar con otro guitarrista amigo y colega de nuestro mismo nivel o incluso inferior para entre los dos poner en practica los recién nacidos descubrimientos de nuestra propia cosecha.
5º-Si ese mismo amigo guitarrista se divirtió con la sesión ya tendremos un compañero para improvisar con el de ahora en adelante, si ese amigo sabe tocar la guitarra clásica le podríamos decir por ejemplo que nos toque el Romance Anónimo si se lo sabe y encima del Romance podremos improvisar en dos tipos de tonalidades, primero en Mi menor y en la segunda parte en Mi mayor, la primera parte es la mas fácil para improvisar libremente y la segunda quizás un poquito mas cerrada pero también tendremos que conseguir desarrollar y fluir en ella, sin darnos cuenta y riéndonos de nuestros fallos estamos improvisando y comenzando a andar un camino inacabable que siempre nos hará sentirnos libres.
Yo llevo desde los 17 años improvisando sin parar de forma autodidacta, me encanta, la improvisación para mi es como el aire que respiro, si no improvisara me ahogaría.
Espero que algunos de vosotros retoméis este tema de la improvisación con vuestras experiencias, opiniones y dudas para que todos podamos aprender de todos y ayudarnos, yo simplemente he intentado aportar mi granito de arena pues no soy un entendido ni muchísimo menos si no simplemente un aficionado.
Un saludo,
César Fornés Berlanga
