Escuela de guitarrería. Rafael López Porras.

Saludos a todos los miembros de este maravilloso espacio dedicado al mundo de la guitarra. Al ser esta mi primera intervención esperaba encontrar algún tema que me pareciese importante compartir y es por eso que les contaré mi experiencia con el maestro guitarrero Rafael López Porras y el tiempo que dedique, para mí demasiado breve, en su escuela de guitarrería.
Yo desde hace mucho tiempo tenía la inquietud de aprender el oficio de guitarrero y mi primer acercamiento fue al conocer a Nicolás Volpe y a Ramón Blanco, el primero venezolano y dedicado principalmente a instrumentos eléctricos y el segundo español cuyo trabajo es impresionante. En andratx y muy cerca de mi casa se encuentra el taller de Fernando Rubín quien me habló de este espacio, tengo un par de guitarras suyas, y buscando encontré al maestro Rafael López Porras y a Sthephen Hill, las dos opciones más atractivas para mí dado lo cercano de sus talleres. Los dos fueron muy receptivos con mi idea pero Stephen solo ofrece un taller de 20 días 1 vez al año!!! y Rafael se encuentra disponible de forma continua y en un horario muy flexible, por lo que en solo 3 días hablamos por teléfono, concretamos los días y la cantidad de horas, materiales y hospedaje, y fui a cádiz para iniciar mi aventura. El primer día, al llegar a su taller me di cuenta de inmediato que estaba ante una persona muy especial, su tono amable y su bienvenida, su espacio de trabajo muy bien organizado y equipado, y el ambiente relajado y fresco, con mozart de fondo, me hicieron sentir muy comodo. Había otro alumno con nosotros de nombre David al que le pregunte acerca de su experiencia en la escuela y no pudo ser más claro, me dijo: rafael es un gran profesor tiene una manera de enseñarte fantástica, y no podía tener más razón el amigo David. Nos pusimos manos a la obra y que experiencia, pues no solo es necesario saber el oficio y ser un artista, para enseñar hace falta algo más, esa facilidad para explicar algo de forma sencilla y hacer cada proceso y cada trabajo interesante; Rafael cubrió todas mis expectativas, es una persona extremadamente versada en todos los temas relacionados con el proceso de construcción del instrumento, es muy estricto en cuanto a la fluidez y la metodología a seguir para lograrlo, y con una cultura general enorme; en su compañía no solo he logrado una base sólida para el momento en que me embarque de nuevo a hacer una guitarra sino también he aprendido sobre historia del instrumento, sus características estéticas, las maderas y como tratarlas, el correcto uso de las herramientas y su mantenimiento y un sinfín de temas guitarrísticos y humanos de intérpretes y anecdóticos que me han enrriquecido enormemente. Por su taller pasaban los días y las personas, de todo tipo, desde cantaores y guitarristas, colegas guitarreros y amigos a personas con preguntas o dudas y todos con algo en común, el profundo respeto y admiración hacia el maestro; de nuestras manos empezó a surgir poco a poco una guitarra y no podía creerlo, para todas mis preguntas, una respuesta acertada y para mis errores mucha paciencia y soluciones eficaces (he aprendido una barbaridad con las soluciones dadas por rafael a un error provocado por mi inexperiencia).Y mención especial a Pilar, su compañera y cómplice en este maravilloso proyecto de quien recibí también mucho apoyo y calidez y a quien agradezco tantos detalles. Para concluir, les digo a todos los que como yo desean desentrañar los secretos de nuestro instrumento y embarcarse en la empresa de construírlos que no duden en visitar la escuela de guitarrería pues será una experiencia inolvidable, un alimento para el intelecto, la creatividad y sobretodo para el espíritu. Rafael, a tu proyecto todos mis mejores deseos y quiero decirte que espero verte pronto y compartir contigo nuevos proyectos y tertulias, un saludo y un abrazo. julio felce.
 
Hola Julio:

Yo también fui alumno de Rfael el verano pasado en Cádiz y para mí es algo inolvidable a todos los niveles. Suscribo tus plabras y animo a todo el que quiera aprender ese oficio diciéndole que tenemos en este país a uno de los grandes maestros. Por cierto,aquella mañana tomando café frente a la plaza de toros de Cádiz y la visita al parque de las especies botánicas de la ciudad frente al mar son cosa que uno de tierra adentro como yo, no olvida fácilmente.

un saludo
 
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