Hola,
Salvo que se tocase con instrumentos de viento, de afinación prácticamente "fija", como sabes, los laúdes se afinaban comenzando por el orden (1) y tensándolo tanto como pudiese soportar sin romperse.
Con este dato y teniendo en cuenta la heterogeneidad de las cuerdas y los variables tiros de los laúdes, no podemos precisar el valor absoluto de la altura del sonido.
Había instrumentos de distintos tamaños, igual que en las familias de viento o cuerda frotada (Por ejemplo, los cuartetos de Nicolas Vallet, son para cuatro laúdes de distintas tesituras). Se considera el de uso más habitual el afinado el Sol (tenor), aunque en Alemania se utilizaba uno más corto en La (alto).
No obstante, los luthiers no tenían un estándar de tiro para cada laúd de la familia.
No sé si conocerás las grabaciones de vihuela (en vinilo) del sello Hispavox, en las que Rodrigo de Zayas, utilizaba una familia completa de vihuelas. Si no recuerdo mal, tocaba las "Vacas" de Narváez con dos vihuelas diferentes, una para las cuatro primeras diferencias y otra para "las tres diferencias por otra parte". Otros discos de la colección estuvieron a cargo de Jorge Fresno, quien utilizaba una única vihuela en sol.
Una referencia son los instrumentos de viento de la época que han llegado hasta hoy.
Podemos considerar valores entre uno y medio tono por debajo del actual 440 Hz, es decir, entre 392 Hz y 415 Hz, siendo actualmente 415 Hz el valor más frecuente en las copias históricas que se fabrican, tanto en instrumentos de cuerda como de viento.
Teniendo en cuenta lo anterior, efectivamente la cejilla debería estar en los trastes I o II para "imitar" a un laúd o vihuela "en Sol".
En realidad, tocando "a solo" no hay problema en poner la cejilla en algún traste o no ponerla.
Creo que más que la altura del sonido, lo que establece más distancia entre las versiones de guitarra y laúd es el temperamento del mástil, sobre todo para la música del siglo XVI. Aquí tenemos que conformarnos forzosamente con la colocación fija de los trastes de la guitarra a temperamento igual, al que nuestro oído está acostumbrado, pero probad a escuchar la obra de Dowland en la versión de Paul O'Dette, a ver si notáis la especial resonancia y armonía del temperamento mesotónico.
Un saludo muy cordial,
JL
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