Reflexiones acerca de los concursos

Óscar López

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Estimados foreros,

después del interesante "hilo" sobre los resultados de este año en el concurso internacional de guitarra Andrés Segovia el tema se desvió un poco hacia la situación de los concursos de guitarra.

En la lista de correo "gitmex" a la que pertenezco encontré este artículo escrito por Jaime Arturo Soria, que es un interesante texto en el que expone abiertamente su opinión sobre los concursos de guitarra. Son reflexiones que seguramente serán copartidas con aquellos que han vivido el ambiente, la tensión y las situaciones que se dan en este tipo de eventos.

Tanto Jaime como yo esperamos vuestras opniones. Este es el artículo:


REFLEXIONES ACERCA DE LOS CONCURSOS
Por JAIME SORIA PORTO

Competir es parte de la naturaleza del ser humano, el hombre ha inventado desde siempre competencias para comparar sus habilidades con sus semejantes.

En la música no es la excepción y desde hace ya varias décadas los concursos instrumentales han ido cobrando cada vez más importancia, y aunque en un concurso no se definen aquellos elementos más sublimes y elevados que buscamos al hacer música, no podemos negar que son útiles como medio de desarrollo en la formación de profesionales; en la guitarra, personalidades como David Russell, Denis Azabagic, Zoran Dukic, Ricardo Gallén o Marcyn Dylla, por mencionar algunos, se dieron a conocer en el plano internacional y han logrado una sólida reputación a raíz de la obtención de premios en diversos concursos.

Pero ¿Para qué sirve un concurso?

Hay quien piensa que son un absurdo, que el participante sólo va a
sufrir, que los resultados siempre son manipulados y prefieren abstenerse de participar en ellos. También hay quien cree que son el camino a seguir, que hay que participar en los más que se pueda y que ganar alguno te pone inmediatamente en un lugar preponderante o te convierte automáticamente en un gran guitarrista. Personalmente, creo que el mayor provecho a nivel personal que se obtiene de un concurso va más allá del reconocimiento público y de echarse a la bolsa una cantidad económica de premio o ganarse una guitarra, también creo que son una herramienta de mucha utilidad en el desarrollo musical de un país, pensemos a manera de ejemplo el movimiento guitarrístico en Cuba, donde constantemente surgen nuevas generaciones de
intérpretes y que por medio de los concursos celebrados en ese país caribeño se han dado a conocer fuera de él.

Participar en un concurso implica exponer las propias virtudes y
carencias frente a un público y un jurado, sometiéndonos a una presión a la que no estamos acostumbrados en nuestro estudio habitual.

En México, los concursos de guitarra año con año han ganado cada vez más adeptos, sólo basta echar un vistazo a algunos de ellos para comprobar la creciente participación de las nuevas generaciones; Paracho, Taxco, Xalapa, Chihuahua, Culiacán, Morelia, Guanajuato, Monterrey, Chiapas y la Ciudad de México han sido sedes de diversos concursos. En los últimos años, estos eventos han revelado un gran avance y el impresionante empuje de los jóvenes e incluso niños guitarristas que demuestran que prácticamente en todo el
país se estudia la guitarra de manera más o menos seria.

A pesar del avance que aportan estos concursos, me parece sin embargo que existen carencias que impiden que en muchas ocasiones se les de un adecuado enfoque, se encuentran totalmente desarticulados entre sí y se da el caso de que un mismo concurso sus características cambian completamente de un año al siguiente. Es común encontrar como resultado de un concurso a un montón de participantes inconformes, sólo a los ganadores de los tres primeros lugares contentos (en ocasiones solamente el primero), un jurado presionado y duramente cuestionado y un concurso que pierde credibilidad.

¿Por qué sucede esto con tanta frecuencia?

Solemos decir y escuchar: "...así son los concursos...", ¿no será más
bien que así los hacemos? o "...los concursos son diferentes a los conciertos..." ¿no deberían ser lo mismo? Creo que muchos de los problemas e inconformidades podrían evitarse con una adecuada planeación.

Para que exista un concurso deben existir 3 elementos indispensables:

1.- Organizadores - Patrocinadores
2.- Concursantes
3.- Jurado Calificador

De los Organizadores

Una buena organización de un concurso se debe encargar de publicar y difundir una convocatoria en la que deben estar perfectamente definidos lugar, fecha y horarios de celebración, fases de las que se compone, categorías perfectamente delimitadas, repertorio obligado especificando què edición en caso de existir varias, repertorio libre con tiempos y premios.

Es necesario que la organización defina un objetivo claro de la celebración del concurso, y que diseñe un reglamento para la celebración del evento así como un sistema de calificaciones claro y confiable, esto último suele dejarse a libre elección del jurado.

Existe la norma generalizada de que en un concurso no se debe fallar, que hay que tocar sin errores y con perfección mecánica, si se cumple este objetivo prácticamente se está del otro lado y con grandes posibilidades de obtener un premio, por el contrario, si se llega a cometer un error se suele estar descalificado.

Cuando observamos un concierto de "X" guitarrista, los comentarios van mucho más en el sentido de qué tanto nos dijo o dejó de decirnos, si
musicalmente es expresivo o no lo es y damos poca importancia a los errores; entonces ¿Por qué un error mecánico suele ser tan importante a la hora del concurso?

Se supone que se trata de un "concurso de música interpretado en guitarra" y no un "concurso de técnica guitarrística" el resultado es que a
veces se premia a aquel guitarrista que expresa muy poco musicalmente, que no está preparado para ofrecer un concierto, pero que "tocó impecable" y además de los premio en efectivo o especie se le da una serie de conciertos. Por esta razón creo que la organización del concurso debe diseñar un sistema de calificación que especifique con claridad qué, cuantos y cuales aspectos se van a calificar y cómo se van a calificar, es decir, qué porcentaje se le dará a la limpieza en la ejecución, a la presencia escénica, a la proyección y calidad de sonido, a la elección de repertorio (aspecto comúnmente ignorado o malentendido) a la afinación, a la interpretación estilísticamente correcta y a la claridad de ideas, entre otros, y es labor de los organizadores reunir a un jurado que pueda evaluar con responsabilidad dichos aspectos. Es necesario para el organizador y, por ende, para el jurado, pensar en un perfil aproximado del guitarrista que debería ser premiado y que puede ser susceptible de modificaciòn (sobretodo en aquellos concursos que cuentan con una larga tradición), y diseñar el reglamento y sistema de calificaciones que ayuden a encontrarlo.

Es claro que reunir a un jurado con personalidades y educación musical diferentes y en ocasiones opuestas no es tarea fácil, y que una elección no garantiza un resultado correcto, pero al haber un sistema de calificaciones en el que se consideran todos los aspectos, independiente de la visión de cada miembro del jurado se podrá llegar a un resultado con mayor objetividad, dejando de lado los subjetivos comentarios que suelen escucharse al finalizar el concurso y que en ocasiones demuestran muy poco o total desconocimientos de ciertos repertorios o de algún aspecto de la interpretación musical, propiciando entre los participantes la idea de que cada miembro del jurado calificó "como le vino en gana" y que los parámetros son tan diferentes como subjetivos entre todos, el participante siente que "se la hicieron" o que fue un concurso manipulado.

Dicho sistema de calificaciones obviamente debería hacérsele público
tanto a participantes como espectadores, si tomamos en cuenta que los competidores son músicos en formación, y que el asistir a un evento tal les ayudará a definir y reforzar aspectos de su educación musical, merecen, al menos una evaluación clara y objetiva de su trabajo.

Del Jurado

Es el jurado quien tiene la tarea más difícil en un concurso, creo (y me consta en algunos casos) que tratan de hacer su mejor papel, de ser justos e imparciales, sin embargo, suele haber poca o nula preparación para el concurso. Cuando se lanza una convocatoria, el organizador se compromete a conseguir los recursos necesarios para la realización del evento y supervisar y garantizar el buen desarrollo del mismo, el concursante se somete a una preparación intensa de varios meses para llegar en óptimas condiciones a la fecha indicada, en cambio la mayoría de los jurados (salvo honrosas excepciones), suelen llegar al concurso sin conocer la convocatoria, en ocasiones sin conocer el repertorio obligado (a veces no saben incluso cuales obras se deben de tocar) y ya no se diga del repertorio libre de cada participante, por supuesto, esto da resultados poco satisfactorios. Imaginemos que somos invitados a fungir como jurado para evaluar una tesis profesional, independientemente del tema que se aborde y la disciplina que se trate, lo màs sensato es leerla completamente y conocer lo màs que podamos acerca del tema para tener los elementos que nos permitan calificar y cuestionar la tesis en su justa medida; esto suele suceder muy poco en los concursos. Salvando las diferencias obvias que representa una tesis contra un concurso de música, me parece que en esencia, la preparaciòn y la actitud del jurado en ambos casos debiera ser la misma.

En ocasiones, dependiendo de la cantidad de competidores, el jurado
decide de"último momento" cortar el tiempo de participación eliminando una o varias obras, lo cual es una falta de consideración a la elección de
repertorio y a la preparación del participante, así como a las bases de la
convocatoria, de cualquier manera el jurado cuenta con la facultad de
interrumpir la ejecución si considera que no se alcance o se excede el nivel requerido (aspecto presente para el competidor que, incluso se encuentra en la mayorìa de las bases de las convocatorias); cuando se ha presentado ésta circunstancia, se crea un malestar general entre prácticamente todos los participantes.

De los Competidores

En mi experiencia he aprendido que lo mas importante de asistir a un concurso no es ganar si no hay un proyecto de continuidad, tampoco lo es el solo hecho de competir, sino el resultado del estudio minucioso y del
trabajo intenso que nos reporta al final de un proceso largo de preparación, con la consiguiente elevación de nuestro nivel.

Por otro lado, un concurso es una formidable oportunidad de mostrar lo que estás haciendo y de conocer y apreciar lo que se hace fuera de tu
entorno. Es verdad también que ganar un concurso no significa que eres el mejor, sino simplemente que en ese momento, en ese lugar y para ese jurado tuviste el mejor desempeño, existe quien la única manera de salir contentos de un concurso es ganando el primer premio, siendo común ver los clásicos "berrinches", tampoco ser eliminado en la 1ª etapa significa que eres el peor, no debemos perder de vista que hacer concursos es sólo una parte, importante y a veces necesaria de nuestra formación y desarrollo como guitarristas y como músicos, pero que no es un fin o una meta en la carrera, debemos tener un objetivo y una concepción más elevada de lo que pretendemos como profesionales de nuestro instrumento, lo importante en cada concurso nuevo que hagas es que sientas que lo que aprendiste valió la pena.

Dentro de este foro podréis encontrar información sobre consursos y cursos en España aquí y otros internacionales aquí.

JAIME SORIA[/list:u]
 
Re: asd

disculpa, cual es la direccion del foro gitmex? eske los links k pusiste no me mandaron y no encuentro el foro =( si me puedes decir te lo agradezco muchoXD. Buen articulo por cierto;)
 
Interesante artículo que pienso debería debatirse en profundidad ya que el tema aquí expuesto es de gran trascendencia para la comunidad guitarrística.

Por mi parte, quisiera expresar algunas opiniones intentando aportar alguna idea de interés al asunto concerniente.

La primera cuestión que se puede abordar será en referencia a la afirmación inicial que aparece en el texto: la necesidad (o no) de la competición en el ser humano. Comentar brevemente que no puedo estar completamente de acuerdo con esta afirmación. ¿Es un rasgo definitorio de la psique humana esta necesidad? ¿Podemos incluir a todas las personas en esta realidad?

Hago estas preguntas porque deberíamos considerar que podría haber personas que asistieran a los concursos buscando una mejora de aspectos concretos, simple diversión o ampliar experiencias.

Pretendo con esto demostrar que las expectativas de cara a un concurso pueden ser variadas y en algunas personas no necesariamente predomina el carácter de la competición en su participación.


En segundo lugar, en cuanto a la frase: "aunque en un concurso no se definen aquellos elementos más sublimes y elevados que buscamos al hacer música".

Serias dudas aparecen en torno a esta afirmación.

En primer lugar, ¿cuáles son los elementos más sublimes y elevados que buscamos al hacer música? Podrían ser: la búsqueda de un ideal de belleza, la armonía con uno mismo y con el entorno, la expresión y comunicación de sentimientos al oyente, el Arte por el Arte...

Pensemos por un momento. ¿Desaparece el Arte si está influenciado o distorsionado por condicionantes externos, ajenos a la propia creación artística? (estos "condicionantes externos" pueden ser, entre otros: percibir una prestación económica a cambio de la producción artística, la difusión mediática de la producción artística, el reconocimiento social que conlleva dicha difusión...).

Si buscamos "el Arte por el Arte", ¿dónde encontrarlo? ¿En un concierto? ¿Acaso no hay contratos importantes para los/as grandes concertistas? El elemento material en forma de prestación económica casi siempre está presente en las actuaciones de las personas que hacen de la guitarra un medio de vida.

Es verdad que se han hecho infinidad de conciertos benéficos a lo largo de los siglos, pero las personas que los protagonizan generalmente no tienen una necesidad imperiosa de percibir una prestación económica a cambio de su actuación porque suelen disfrutar de una cierta estabilidad económica. Además, hay un reconocimiento social ante estas actuaciones que es una forma de percibir una prestación más valiosa si cabe que la económica.

Puede suceder que una o varias personas que acuden a un concurso decidan abstraerse (e incluso se abstraigan inconscientemente) de los componentes más "materialistas" (premio económico, posición ocupada, reconocimiento social) y aprovechar para centrarse en comunicar y compartir su experiencia musical a todos los presentes.

Me niego a creer que los/as grandes guitarristas afronten siempre los concursos desde el plano material.

Así como en conciertos, cursos o audiciones surge la belleza y la sensibilidad interpretativa espontáneamente, también puede aflorar en los concursos.

Demos opción a que el débil espíritu humano sea capaz de crear y transmitir Arte en las condiciones más adversas, incluso rodeado de los distintos elementos materiales que ineludiblemente acompañan y empañan nuestras vidas.


Comentar a continuación algunas frases del apartado "¿Para qué sirve un concurso?"

Comencemos con la primera:

"Hay quien piensa que son un absurdo, que el participante sólo va a
sufrir, que los resultados siempre son manipulados y prefieren abstenerse de participar en ellos".


Para las personas que crean que sólo van a sufrir o que son un absurdo la solución es muy simple: no te presentes. Queda claro que nadie está obligado a participar.

Quien crea que siempre están manipulados también tiene a mano la misma solución, no presentarse. Pero en este caso estas personas basan su no participación en una causa generadora que debería evitarse: la injusticia. Conviene reflexionar, pues, sobre esta idea de la "manipulación":

- Afirmar que "siempre" están manipulados es pretender una realidad tan improbable como decir que "nunca" han sido manipulados.

- En el jurado pueden existir preferencias y afinidades en cuanto a gusto musical "a priori" hacia ciertos/as intérpretes (porque ya los conocen y les gusta cómo interpretan). Esta preferencia puede cristalizar en forma de decisión aunque sea de forma subconsciente. La persona del jurado cree firmemente que su decisión es la correcta y así lo hace saber al resto de miembros del jurado. No considero que esto sea injusto, sencillamente es la plasmación de una realidad.

-Por último, añadir que toda persona honrada tiene su propia opinión ante la posibilidad de la "manipulación" de resultados: cualquier miembro de un jurado que haya beneficiado de forma consciente e ilegítima a algún/a guitarrista para beneficio de ese/a guitarrista ha cometido una injusticia y ha actuado de forma innoble. El hecho de que vivamos en un mundo muchas veces injusto e ingrato no exime su responsabilidad.

Poco que añadir en este caso.

Quizá una última idea. Las personas que se presentan a los concursos deben asumir que algunas veces la injusticia, por una u otra razón, se produce y es inevitable su existencia. La resignación es el único antídoto en estos casos.

Sigue el artículo con otra afirmación genérica:

"También hay quien cree que son el camino a seguir, que hay que participar en los más que se pueda ".

En este punto me detengo para hacer una reflexión. Parece que el autor nos ha planteado una dicotomía con opciones contrapuestas:

a) Los concursos son algo negativo y por lo tanto no me presento.

b) Los concursos son algo positivo y me presento a todos los que puedo.

Bueno, son dos posturas respetables. No por presentarlas de forma tan exageradamante contrapuesta va a ser descabellada ninguna de las dos.

Quizá añadir otras opciones intermedias en otros posibles planteamientos ante los concursos: personas que preparan alguno cada cierto tiempo, conscientes de las dificultades que entraña que el esfuerzo fructifique en un premio, pero que valoran la experiencia que se adquiere por el simple hecho de participar.

Sigue el texto con otra afirmación que a mi juicio se debe separar convenientemente:

"y que ganar alguno te pone inmediatamente en un lugar preponderante o te convierte automáticamente en un gran guitarrista".

Pues podría ser que alguien lo pensara. ¿Por qué no? Yo mismo lo creo así.

Parece la frase dispuesta con unas connotaciones peyorativas, pero me atrevo a sugerir una reflexión que contradiga tal apreciación:

Nadie se convierte automáticamente en un gran guitarrista, pero sólo los/as grandes guitarristas son capaces de ganar un gran concurso, aunque sólo sea uno.

El/la guitarrista que consigue alzarse con un galardón importante en su vida, ha demostrado una madurez y una técnica que han brillado durante unos días sobre las del resto de participantes.

El trabajo de años se presenta transparente y sugerente al público y jurado, aunque sea por una sola vez.

Valoremos convenientemente a quien triunfa en una noche lúcida. No todos/as los/as guitarristas pueden disfrutar del honor de ganar un gran concurso.

Por supuesto que un único triunfo no convierte a nadie en leyenda ni en guitarrista ilustre. Eso todos lo sabemos. Sólo los/as más grandes consiguen estos honores, fruto de una grandísima dedicación y valía personal.


En cuanto a la frase: "son una herramienta de mucha utilidad en el desarrollo musical de un país", comparto la idea de la utilidad formativa y didáctica de los concursos. Aumentan la experiencia de los guitarristas en la práctica interpretativa en público y les ayuda a conocerse mejor y a crecer como personas y como guitarristas.

Sigamos con otra idea no menos importante:

"Es necesario que la organización diseñe un sistema de calificaciones claro y confiable, esto último suele dejarse a libre elección del jurado".

Mucho se puede hablar sobre este punto. Desenmarañemos algunos aspectos mediante diversos apuntes:

a) Por supuesto que será el jurado el que califique mediante los criterios que considere más oportunos aquello que escucha y ve.

Puede pretenderse acotar y parcelar los aspectos a valorar, pero una impresión global sobre cada actuación subyace en el subconsciente de cada miembro del jurado de forma imperturbable. Cada miembro del jurado tiene clara la interpretación que más le ha gustado y la defenderá hasta el final.

b) El componente subjetivo siempre va a estar presente en toda valoración realizada sobre una creación artística. Las personas participantes deben ser conscientes de esta realidad y asimilar las inevitables consecuencias.

c) Un jurado no es más que la suma de diferentes opiniones subjetivas, pero innegablemente estas opiniones pueden estar altamente cualificadas haciendo una adecuada selección de sus miembros.

Estoy totalmente de acuerdo en que algunas personas de un gran nivel guitarrístico formen parte de los jurados. Estas personas "ven" y "oyen" de manera distinta al resto de personas. Su punto de vista debe ser tenido siempre en cuenta.

d) Cualquier persona puede ejercer de jurado, aunque no sepa de música.

Las personas reciben impresiones y sensaciones al escuchar y tienen la capacidad de emitir un juicio propio que siempre será válido, pero cuyo mayor o menor valor lo determinarán las circunstancias (su opinión tendrá más o menos importancia en un jurado, según sean sus componentes). Un alcalde o alcaldesa que no sepa música, invitado/a a pertenecer a un jurado, opinará según su gusto y juicio musical. No podrá valorar adecuadamente los aspectos técnicos, pero sabrá qué interpretación (o interpretaciones) le ha gustado más.

Por eso considero tan importante la elección que hace el público de la mejor interpretación.

A veces ocurre que la persona con el primer premio no es la favorita del público. No se ha producido ninguna injusticia. Simplemente si el jurado hubiera estado formado por personas del público el resultado hubiera sido otro.

Podría añadir que considero al público un elemento más entre los necesarios para que exista un concurso. Es verdad que en un concurso largo, en las fases iniciales su presencia puede ser mínima e incluso inexistente. Pero en la fase final el público es elemento casi indispensable, capaz de crear todo tipo de ambientes en los que acoger a los/as guitarristas.

e) Por lo expuesto anteriormente (apartado "d") se deduce que no considero necesario que todos los miembros del jurado conozcan las obras, pero sí que haya miembros conocedores de las mismas y de las dificultades técnicas que entrañan.

f) Comparto la idea de que el jurado haga público el sistema de calificaciones y las mismas.



Sobre la creación de un sistema de calificación lo más justo posible.

La primera cuestión a tratar será: ¿es necesario cambiar los actuales sistemas de calificaciones de los concursos?

Quien crea que no, porque considera que la organización de los concursos funciona perfectamente, entonces no necesita pensar en mejoras. También puede ocurrir que se piense que algunos concursos necesitan mejoras y otros no.

En todo caso, una de las formas de mejorar los sistemas existentes es la realización de propuestas que sirvan de punto de partida hacia un consenso.

Dejo una propuesta de cambio sin más ánimo que ofrecer una opción a aquellas persona que busquen alternativas a los sistemas de calificación actuales.

El supuesto inicial será el siguiente: un jurado compuesto por 15 miembros, divididos en 3 grupos de 5 componentes. Cada grupo seguirá las evoluciones del concurso desde tres lugares diferentes y sin contacto visual ni auditivo entre ellos.

El sistema de funcionamiento es el siguiente: cada jurado emite su veredicto de forma aislada y luego se comparan los tres resultados.

A grandes rasgos, prontamente se descubren las bondades de este sistema de calificación. Si los tres jurados coinciden ya no hay duda, se ha emitido el veredicto más justo en esas condiciones.

Evidente que se deberían perfilar los aspectos a valorar y la importancia de cada uno en el cómputo global, pero pueden ser tantas las fórmulas que no me aventuraré en este terreno.

A continuación voy a utilizar algunas situaciones hipotéticas para intentar explicar alguna de las muchas situaciones que pueden darse y presentar parte del razonamiento que me lleva a considerar la posibilidad de este sistema con tres jurados.

a) Se nos presenta la lista definitiva de los premios de un gran evento, con un orden determinado. Podríamos preguntarnos ¿sería este orden el mismo si un jurado totalmente diferente con miembros de una cualificación similar al anterior emitiera su veredicto?

Si la respuesta es sí, entonces podríamos empezar a pensar que el orden establecido ha sido justo.

Si además pudiéramos hacer que un tercer jurado igualmente cualificado emitiera su veredicto y coincidiera con los dos anteriores, entonces ya no cabría duda, la justicia ha imperado en gran medida.

b) Pensemos otra situación:

Un jurado emite un orden y este queda como definitivo, pero si hubiéramos consultado a dos jurados igualmente cualificados, hubieran emitido otro orden diferente en el que, además, coinciden. ¿Sería entonces injusto el primer orden emitido?

Esta es la clave de la cuestión.

Sí podríamos decir que ha habido una injusticia, pues ha vencido quien no lo merecía, pero el primer jurado no ha sido injusto, simplemente ha expresado su opinión. Tan sólo se ha demostrado que la subjetividad se ha impuesto y cada jurado ha enjuiciado noblemente según sus capacidades y percepciones. Merecía ganar la persona que hubieran elegido los dos últimos jurados consultados, pues hay mayoría de opiniones en ese sentido.

Aquí se demuestra que si en vez de un único jurado hubiera habido tres, el resultado hubiera sido otro.

Lo que intento decir con todo este complejo entramado es que la dificultad del jurado suele ser alta, así como su responsabilidad. Por no hablar de las posibles consecuencias de sus decisiones. Un gran premio puede representar mucho tiempo de estudio sin preocupaciones económicas para cualquier persona que aspire a ser concertista, por ejemplo.

No hace falta ser muy perspicaz para darse cuenta de que el sistema no presenta problemas si los tres jurados coinciden. Si esto sucediera, este hecho deberia ser suficiente para dejar las suspicacias apartadas por parte de toda persona interesada.

También debe hacerse así si dos jurados coinciden y otro no. La mayoría de opiniones debe imperar.

c) Pero, ¿qué ocurre si cada jurado emite un orden diferente?

En realidad es lo mismo que sucede dentro de un gran jurado (el habitual en todos los concursos) con distintas opiniones. El gran jurado debe dialogar y llegar a un consenso.

La diferencia es que ahora cada grupo de jurado no se ha dejado influir por las opiniones de los miembros de los otros jurados. El intercambio de opiniones se produce entre 5 personas, por lo que la aportación de cada una de ellas tiene una importancia determinante y efectiva.

Un sistema de puntuación preciso resolverá la cuestión mediante la aplicación de un baremo transparente e igualitario para todos/as los/as participantes.

Unas últimas apreciaciones a este sistema:

-Seguramente cada jurado intentará emitir el resultado más razonable en relación a lo que se ha visto y oído. No parece una situación lógica que aparezca un participante en primer lugar en dos jurados y en último lugar en el tercer jurado. Daría mucho que hablar.

-Se pueden evitar los premios compartidos. Es muy simple. Si hay un empate para una posición, cada miembro del jurado elegirá necesariamente a una de las dos personas que optan al premio. Como son impares, seguro que hay un único ganador/a.



Unos últimos apuntes generales antes de acabar:

1) Destacar la importancia de la calidad de la guitarra que se emplea en un concurso. Puede llegar a ser decisiva. Se tienen más posibilidades de triunfo cuanta más calidad tiene la guitarra de un/a participante. Me atrevo a hacer esta afirmación.

2) En cuanto a la edad de los/as participantes.

No me convence para nada la actual distribución por categorías según la edad de muchos de los concursos del panorama nacional e internacional.

La distribución que yo haría es la siguiente:

a) Concursos para "jóvenes promesas": hasta los 16 años inclusive.

b) Concursos para "jóvenes guitarristas": entre los 17 y los 25 años, ambos inclusive.

c) Concursos para guitarristas: desde los 26 años en adelante.

Por supuesto que si alguien tiene 15 años (por ejemplo) puede optar a la categoría que considere más adecuada para sus intereses.

Justifico mi distribución.

Creo que así cada grupo es más homogéneo y además no se deja de lado a muchas personas que seguramente participarían en muchos concursos pero ya no lo pueden hacer porque sencillamente "ya ha pasado su momento". Pienso que se pierden de esta forma grandes actuaciones que podrían ofrecer los/as guitarristas "mayores de edad" que están como "apartados/as" de los circuitos de concursos actuales. Si lo que se pretende es escuchar las mejores interpretaciones posibles, ¿por qué no dejar libre la participación a todos/as aquellos/as artistas que quieran?

Si, en cambio, lo que se pretende es potenciar los concursos entre las personas más jóvenes, poténciense entonces los concursos para guitarristas jóvenes, con mejores premios, por ejemplo, o haciéndolos más abundantes.

3) Considero ridícula y carente de sentido la norma que impide volver a participar en un concurso a una persona que lo ha ganado. Si se quiere evitar la posible repetición de un vencedor/a, de acuerdo, impidamos su participación en el siguiente concurso, pero no en los venideros. No habría nada de malo en que una misma persona apareciese cada dos años en el cuadro de honor de un concurso en primera posición.

Todos tienen derecho a participar y a regalar al público hermosas interpretaciones, más aún las personas que han demostrado que la belleza y el Arte forman parte de su forma de entender la Música.



Seguro que quedan muchas cuestiones por tratar acerca del tema de los concursos. Como ya he comentado es un tema de gran importancia y toda aportación al mismo puede resultar enriquecedora.



Se despide, leromantique.
 
Última edición:
Bueno despues de saludar a tantos maestros de la musica en guitarra y ya sea en tantos otros terminos musicales los cuales no e terminado nunca de escudriñar ya que ni siquiera tengo un titulo de guitarrista mas que solo soy un amater de la guitarra pero la cual es mi vida la musica y la guitarra. Eso de los concurso de guitarra no le encuentro mucho afan de estarse disputando lo que en realidad para mi es un talento y una posivilidad de saber y aprovechar lo que dios pòr gracia nos otorga la posivilidad de aprender y a la vez compartir tus conocimientos con quie no lo pudo a hacer ya sea por cual sea el motivo o por dinero o por que no alcanzo el talento para todos , pero eso de los cursos de enseñanza y que sean gratuitos los encuentro espectaculares ; De que alguien te pueda enseñar algo el cual tu puedas mostrar al mundo un talento enseñado por otra persona la cual te introdujo en el mundo de la maestria musical . Es un arte es un don es mas que lo que alguien pueda pedir en la vida una oportunidad de aprender solo una ....
Felicito a todos esos maestros que e de encontrar en esta pagina la cual vi y la en contre jenial por que me gusta la musica esas triadas como suenan en melodias pero no soy un gran conocedor de ellas solo un amater y me encanta ver como comparten enseñanzas entre si pero en conosimientos muy avanzados los cuales muchas personas las cuales tratan de captarlas pero no las entiendenpor favor agan que se entienda ,
algun dia tratare de llegar a lo mas alto que pueda las cuales son las enseñanzas un poco complejas por internet pero algo tendre que acer.......
Siempre rebisando sus comentarios magomusical de chile ............ suena bien el nombre eeehhhh es lo que espero un dia ser no un gran maestro quisas pero si tengo hambre de la musica aprender............
 
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