¡Es un buen artículo, si señor! Muy interesante y nunca pierde vigencia, pues siempre ha sido una gran preocupación de muchos artistas, sobre todo de aquellos que se encuadran dentro de las artes escénicas como el teatro y la música. El pintor o el escultor vive trabajando en su propio taller y no sentirá miedo o ansiedad hasta el mismo día de la exposición de su obra al público, pero todo prácticamente está ya hecho: “alea iacta est” (= la suerte está echada) como decían los clásicos. El mismo Francisco Tárrega sufría miedo escénico y en su momento artístico más álgido dejó de dar conciertos, viviendo a partir de entonces de una forma indigente, por culpa de este fastidioso estado psicológico.
Es un tema, por tanto, que debe tratarse con especial atención en los Conservatorios y en las Escuelas de Música. Yo mismo, cuando dí un concierto de fin de grado en el Conservatorio, lo pasé “canuta”… A pesar de todo, no tuve grandes fallos y controlé los nervios como pude y supe, aunque un espectador al terminar la actuación se acercó a mí y me dijo “has estado muy bien, pero te he notado algo tenso”. No me dedico ya a esto, pero tengo una gran afición, y mi deseo es que los jóvenes guitarristas disfruten tocando en público como lo hace y espera el propio auditorio. El auditorio termina haciéndose cómplice del propio actor… hay siempre algo de empatía. Y lo pasa, en términos generales, bien o mal según el actor. ¡Es una pena, como aquí se ha dicho, que los nervios nos traicionen en el momento crucial de demostrar las largas horas dedicadas a nuestro trabajo!
Poco añadiré yo a todo lo que aquí se ha dicho, pues no soy especialista en la materia, pero sí quiero aportar mi pequeño “grano de arena”. Lo que aquí se trata es una faceta de la psicología, que cada día es más necesaria: la comunicación eficaz. Pues… ¿qué es el arte sino una manera más de comunicarnos? Existe cada vez más bibliografía sobre el tema, que nos aporta muchas novedades y recientes investigaciones, pero leí hace tiempo (un clásico ya, y pionero de este tema) un libro que me sirvió de mucho. Se trata del ya desaparecido psiquiatra español Juan Antonio Vallejo-Nágera, Aprender a hablar en público hoy, y cuyos consejos pueden servirnos tanto para hablar en público como actuar en público. A modo de resumen, él traza una serie de pautas y de conductas entre las que caben destacar las siguientes:
1. Actuar adecuadamente en público es una capacidad que se aprende. El miedo, como el dolor, es algo natural en todo ser vivo.
2. Es necesario ser uno mismo (naturalidad).
3. La brevedad es un arte: al público no se le castiga, se le mima (aplicado a la música: hay obras que son breves y deliciosas a la vez. Pensemos en las piezas cortas de Francisco Tárrega).
4. Ser simpático o amable, pero no gracioso.
5. Hacerse visible. Ya se ha hablado aquí de esta cuestíón (no ocultarse detrás de la guitarra).
6. Gesticular. La comunicación con un auditorio no es solo sonora, también es visual. Es lo que se llama lenguaje corporal, tanto del gesto (corporal) como de la cara (mímica).
7. Es importante también mirar a los espectadores, cuando hemos terminado de tocar o cuando hablamos. No sólo a los de la primera fila, sino a todos. También a los de la última.
8. Cuidar el atuendo y aspecto físico. Cada situación requiere una forma de vestir y aspecto físico distinto.
9. Saber afrontar las adversidades. Aquí están los fallos en la ejecución y no detenerse. De los que tanto se ha hablado en este hilo.
10. Conocer y aplicar las técnicas de relajación (respiración, etc.)
11. Preparar y comprobar el escenario unos minutos antes.
12. Exponer el mensaje: ¿leer o hablar? En nuestro caso… ¿leer la partitura o memorizarla? Las dos condicionan una manera distinta de interpretación.
Bueno… espero no haberos cansado. Con sólo saber que ha servido para algo, me doy por satisfecho.
Saludos a todos.
José M.D.
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