Intervención del usuario Roberto Ruggiero (19-06-2007)
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Cuanta tristeza al saber de la muerte de Cacho Tirao. Nadie como él tocaba esas viejas milongas argentinas y el tango moderno. Dos instantes mágicos me unen a él. El primero sucedió cuando yo tenía 11 o 12 años en Junin, Buenos Aires, mi ciudad natal. Cacho Tirao daba un recital y mi profesor de guitarra me lleva. Esa noche cae sobre la ciudad una tormenta increíble que deja a Junin sin luz muchas horas y el recital se suspende. Osvaldo -mi profesor- me lleva por detrás de las cortinas del teatro para presentarme a Cacho Tirao que lo recuerdo como si fuera ahora mismo, sentado en una silla, sonriente y con dos enormes velas en la mesa, charlamos, tocó algo que no recuerdo porque yo estaba medio muerto de emoción y medio muerto de miedo. Entonces Osvaldo (creí que me moría) me hace tocar con su guitarra. Sólo recuerdo que toqué Lágrima y nada mas porque estaba a punto de desmayarme. Casi 30 años después me toca abrir el 11º Festival de tango de Granada con "Verano Porteño" . Yo sabía que el "número fuerte" de la noche era Cacho Tirao (esto fué hace ya unos años, antes de su hemiplejia) me acerco a su camerino y antes de llamar a la puerta escucho unas escalas a velocidad vertiginosa (así era él) entro, me presento, y le cuento la anécdota de Junin y la lluvia. De mí -obviamente- no se acordaba- pero sí de la tormenta de Junin, me hizo tocar lo que tocaría media hora después frente a la viuda de Piazzolla, me corrigió veinte cosas y me invitó a su casa en Buenos Aires. Luego, su accidente vascular hizo que esa invitación no tuviese sentido. Pobre Cacho Tirao, en un reportaje se preguntaba ¿porqué a mí? ya que su vida tuvo dos sucesos increíblemente trágicos; la muerte de su hijo y luego lo que ya sabemos.
R.Ruggiero