Daniel Gonzalez
New member
III
Habíamos hablado alguna vez del río sin orillas. Aquel que despertó
un día entre mis pupilas. Anduvo toda la noche de mi mano,
transitando sueños desterrados. Por eso, de mañana, su oreja izquierda formaba parte de mi ojo. Lo vi frente al espejo, inmóvil, certero,
dentro de los haces de luz que invaden el aire a esta hora.
No quiero repetir esto.
No quiero que esas lágrimas vuelvan a quedarse en las esferas.
¡Ahí duelen tanto!
Pero hoy es día diferente. Hay otras voces dentro de la urna.
Otro espacio y otra luz, que nos salvan del inexorable paso
de los trenes.
Otra vez mi iris rechina dentro de tu abrazo.
Cuantos días sin sentirte cerca.
¡Que solo he estado todo este tiempo! Y ahora,
justo ahora que pintas una a una las hojas de este limonero, te vas.
Ya no podré soportar estas desapariciones.
Entonces vuelve la voz desencajada de la risa
y mi lengua da, de espaldas contra el suelo repleto de hojas
verdes, amarillas. Te las di ayer. ¿Lo recuerdas?
Quisiera pensar que todo lo que digo
no se va perdiendo en tu memoria.
Quisiera creer que los hilos estarán mañana
cuando tu ojo venga y me despierte.
Habíamos hablado alguna vez del río sin orillas. Aquel que despertó
un día entre mis pupilas. Anduvo toda la noche de mi mano,
transitando sueños desterrados. Por eso, de mañana, su oreja izquierda formaba parte de mi ojo. Lo vi frente al espejo, inmóvil, certero,
dentro de los haces de luz que invaden el aire a esta hora.
No quiero repetir esto.
No quiero que esas lágrimas vuelvan a quedarse en las esferas.
¡Ahí duelen tanto!
Pero hoy es día diferente. Hay otras voces dentro de la urna.
Otro espacio y otra luz, que nos salvan del inexorable paso
de los trenes.
Otra vez mi iris rechina dentro de tu abrazo.
Cuantos días sin sentirte cerca.
¡Que solo he estado todo este tiempo! Y ahora,
justo ahora que pintas una a una las hojas de este limonero, te vas.
Ya no podré soportar estas desapariciones.
Entonces vuelve la voz desencajada de la risa
y mi lengua da, de espaldas contra el suelo repleto de hojas
verdes, amarillas. Te las di ayer. ¿Lo recuerdas?
Quisiera pensar que todo lo que digo
no se va perdiendo en tu memoria.
Quisiera creer que los hilos estarán mañana
cuando tu ojo venga y me despierte.
