Me he detenido a leer el capítulo dedicado a Antonio Torres y deja bastante que desear para ser una tesis, espero que lo demás no sea del mismo estilo.
Un saludo
La Tesis antes citada de Clemente Buhlal trata de la enseñanza de la guitarra. El subcapítulo dedicado a glosar la figura de Torres pertenece a la primera parte de la misma, en la que se hace un recorrido panorámico de distintos aspectos de la historia de la guitarra, sin profundizar en ellos. En la segunda parte es donde se concentra toda la investigación principal.
Dicho esto, quiero
rectificar y
pedir disculpas públicas a
José Antonio Clemente Buhlal por haber puesto en duda el valor de la totalidad de su trabajo a partir del análisis de una parte muy parcial del mismo; la correspondiente al subcapítulo dedicado a Torres. Algo que, por supuesto, no es ni procedente ni justo.
Aclarado este aspecto y para ser honesto también conmigo mismo, explico a continuación los motivos de mi discrepancia, siempre referidos a este subcapítulo.
Señalaré dos:
PRIMERO
Escrito por Clemente Buhlal en su Tesis
[...]Alrededor del año 1870 Julián Arcas determinó
establecerse durante diez años en Almería con el objeto de dedicarse a
otros negocios, circunstancia que aprovechó para ahondar conjuntamente
con el constructor en el diseño de una nueva tapa armónica para la guitarra
clásica,[...]
No se tiene constancia, al menos yo no he encontrado ninguna referencia en la bibliografía que he consultado sobre Torres, que Arcas, o Torres en colaboración con Arcas, hubiera o hubieran introducido en torno a 1870 alguna variante significativa en el diseño de la guitarra, y mucho menos en la tapa armónica. Desde la década de 1850, las guitarras conservadas del guitarrero de Almería presentan prácticamente todas las características esenciales de su aportación histórica.
SEGUNDO
Escrito por Clemente Buhlal en su Tesis:
Antonio de Torres era un constructor de guitarra clásica
y flamenca, que diferenciaba brillantemente qué tipo de maderas y
proporciones era más adecuada para la una y la otra. Para la guitarra clásica
recomendaba clavijeros mecánicos, para la flamenca de madera. La caja de
resonancia era más grande en la clásica que en la flamenca, por lo que el
peso era mayor en la primera que en la última, aunque en este detalle
tuviera también que ver la naturaleza de la madera de una y otra y la
diferencia de sección de las maderas, que en el caso de la flamenca era más
fina. En la guitarra clásica usaba palosanto en los aros y el fondo y en la
flamenca ciprés español.
Bueno, este es un tema controvertido. La idea que manejan algunos estudiosos es que realmente Torres no buscó tal diferenciación entre guitarras clásicas o flamencas, entre otras razones, porque en esos tiempos no había una línea divisoria tan clara entre ambos estilos. Arcas, por ejemplo, se le considera un guitarrista popular y culto; igual tocaba una fantasía sobre temas de ópera que una
Rondeña o una
Soleá. Parece que la diferenciación entre los instrumentos salidos del taller de Torres era más una cuestión de recursos económicos del guitarrista-comprador que una cuestión de estilo. En este sentido el estudioso
Julio Gimeno nos dice: "
Antonio de Torres utilizaba la plantilla grande y el fondo y el aro de palisandro en su "guitarra fina". En los modelos más económicos, la plantilla era más pequeña y la madera para el fondo y el aro era de ciprés, una madera más barata que la de palisandro. Lo mismo ocurría con el clavijero de maquinilla y las clavijas de madera, esta última opción abarataba los costes. Es posible que los guitarristas populares, por lo general con un menor poder adquisitivo, se decantasen por el modelo más económico de la guitarra Torres". Una de las guitarras clásicas más famosas, La Leona, es de ciprés.
Un cordial saludo.