Rafael Suarez
New member
Estimados Amigos:
Entre tantas personas conocedoras me animo a preguntar por información sobre la casa y el luthier que construyó una guitarra de la que soy el feliz poseedor y que en mi familia es considerada más que una joya por el aprecio que le tenemos.
La guitarra en cuestión perteneció a mi abuela paterna y tiene una historia anecdótica muy significativa para nosotros, misma que más adelante relato.
Este bello instrumento (anexo algunas fotografías), fue construido, según reza la etiqueta, en la Casa González ubicada en la calle Carretas Número 33, Madrid; no está firmada. Se
que fue construida en el año 1935 por información verbal de la familia.
Su tapa es de pinoabeto; sus aros y fondo de palosanto, pienso que de la India por su aspecto; el brazo es de cedro, el sobrepunto creo que es palosanto, la cabeza tiene una chapa de éste material y el puente también es palosanto. El adorno de la boca es una bella ornamentación nacarada.
Está en muy buen estado, en 71 años de existencia sólo ha sido necesario llevarla tres veces con el luthier para reparaciones nunca mayores; en una de ellas, dada la continuidad de su servicio, se sustituyó el acabado original por otro igual para devolverle presentación.
Su sonido es precioso, claro, potente, con proyección, los graves no son tan profundos como las guitarras de concierto, debido principalmente a su tamaño, ya que es lo que llaman una tercerola o en aquellos tiempos, según he leido, "guitarra de mujer".
Lo anterior es congruente con el texto y los premios que muestra la etiqueta y que de alguna manera se alcanzan a apreciar en las fotos. Esta etiqueta muestra al centro un escudo con un águila, banderas, instrumentos cruzados y las dos caras de una medalla de premiación y su texto es el siguiente de arriba a abajo:
Premiada por la Sociedad Matritense en 1866
y en la exposición de Zaragoza de 1868
Guitarrería Universal
Casa González
Premiada con la Medalla de 1/a Clase en la Exposición Universal de Paris de 1867
Especialidad en Raquetas
Carretas, 33. Madrid
En cada una de las Caras de la medalla, que se encuentra al centro de la etiqueta de puede leer, respectivamente: Exposición Universal de 1867. Paris; y Napoleon III Empereur.
Ante un historial tan significativo y lo bello del instrumento (ya estoy como la mamá cuervo), me pregunto:
¿Quien fue el Señor González?
¿Cual es la historia de esta Casa que sin duda debe haber influido dentro de la escuela matritense de construcción de guitarras?
Si supieran estos y/o algunos otros datos y quisieran compartirlos conmigo, les estaría muy agradecido.
Cabe mencionar que hace algunos años mis padres viajaron a España, buscaron la dirección, encontraron el edificio original, pero la casa constructora de guitarras ya no existe.
He leido las excelentes crónicas publicadas en esta sección, producto de los resultados de trabajos de investigación muy serios que han realizado sobre las guitarras de Don Salvador Ibañez por ejemplo (Luis Briso de Montiano), ¿conocen algo así de la Guitarrería Universal, Casa González?.
Ahora, a riesgo de parecer muy extenso, cuento la anécdota de esta guitarra.
En el año de 1934, mi abuelo, Capitán piloto aviador de la Fuerza Aérea Mexicana, fue designado para desempeñar una comisión de varios años en España, acompañándolo mi abuela y sus dos hijos, niña y niño, de los cuales el menor es mi padre.
Mi abuela tocaba la guitarra y, según se conserva el recuerdo, era grande su pasión por este instrumento. De alguna manera se sabía esto en el círculo de españoles y mexicanos en que se desenvolvían, de tal suerte que a finales del año 1935, el día de su cumpleaños, la esposa del Embajador de México en España, la obsequió con una fina y bellísima guitarra española, que es el motivo de este mensaje.
Vino la guerra civil, las cosas se fueron poniendo críticas y se combatía en las calles mismas de Madrid. Al principio era posible conseguir comida en la embajada mexicana, pero después en ninguna parte. Hubo necesidad de abandonar el páis y mi abuela intentó vender sus pertenencias pues no podían llevarlas.
Como imaginarán nadie compró nada, así que cuando salieron a toda prisa de Madrid, al día siguiente del combate en el Cuartel de la Montaña, la casa de mis abuelos se quedó puesta, con los objetos tal y como estaban, todo en su lugar. Con la preocupación en el rostro y la incertidumbre del ¿que ocurrirá? el cuadro era significativo. Cruzando el campo de una batalla que acababa de concluir, mi abuelo cargaba a mi tía con un brazo y con el otro la maleta en la que llevaban un poco de ropa para cada uno, mi abuela cargaba a mi padre, pero en su mano libre llevaba...........nada más y nada menos que ¡¡¡su guitarra dentro del estuche!!!
¡Abandonó todo, menos su guitarra!. Podemos imaginar con ello el amor que mi abuela sentía por la guitarra en general y su instrumento en particular.
Después de aquello pasaron mil peripecias antes de poder llegar a México, pero de todas ellas la guitarra salió avante hasta que por fin estuvieron en casa.
Ese amor por el instrumento que mi abuela patentizó, supo también transmitirlo y así, después de su prematura muerte, cuando mi padre tenía tan solo 11 años, está guitarra fue de mi abuelo, después de mi padre, mis tres hermanos y yo tocamos en ella cuando niños y hoy, tengo el doble honor de disfrutar diariamente su bello sonido y asumir la responsabilidad de preservarla.
Así pues, agradezco de antemano la atención que puedan prestar a mi curiosidad de conocer más sobre los antecedentes de esta guitarrita y espero que la anécdota que la envuelve haya sido de su interés, como una muestra de lo que este instrumento provoca en los seres humanos.
Un Abrazo a Todos.
Entre tantas personas conocedoras me animo a preguntar por información sobre la casa y el luthier que construyó una guitarra de la que soy el feliz poseedor y que en mi familia es considerada más que una joya por el aprecio que le tenemos.
La guitarra en cuestión perteneció a mi abuela paterna y tiene una historia anecdótica muy significativa para nosotros, misma que más adelante relato.
Este bello instrumento (anexo algunas fotografías), fue construido, según reza la etiqueta, en la Casa González ubicada en la calle Carretas Número 33, Madrid; no está firmada. Se
que fue construida en el año 1935 por información verbal de la familia.
Su tapa es de pinoabeto; sus aros y fondo de palosanto, pienso que de la India por su aspecto; el brazo es de cedro, el sobrepunto creo que es palosanto, la cabeza tiene una chapa de éste material y el puente también es palosanto. El adorno de la boca es una bella ornamentación nacarada.
Está en muy buen estado, en 71 años de existencia sólo ha sido necesario llevarla tres veces con el luthier para reparaciones nunca mayores; en una de ellas, dada la continuidad de su servicio, se sustituyó el acabado original por otro igual para devolverle presentación.
Su sonido es precioso, claro, potente, con proyección, los graves no son tan profundos como las guitarras de concierto, debido principalmente a su tamaño, ya que es lo que llaman una tercerola o en aquellos tiempos, según he leido, "guitarra de mujer".
Lo anterior es congruente con el texto y los premios que muestra la etiqueta y que de alguna manera se alcanzan a apreciar en las fotos. Esta etiqueta muestra al centro un escudo con un águila, banderas, instrumentos cruzados y las dos caras de una medalla de premiación y su texto es el siguiente de arriba a abajo:
Premiada por la Sociedad Matritense en 1866
y en la exposición de Zaragoza de 1868
Guitarrería Universal
Casa González
Premiada con la Medalla de 1/a Clase en la Exposición Universal de Paris de 1867
Especialidad en Raquetas
Carretas, 33. Madrid
En cada una de las Caras de la medalla, que se encuentra al centro de la etiqueta de puede leer, respectivamente: Exposición Universal de 1867. Paris; y Napoleon III Empereur.
Ante un historial tan significativo y lo bello del instrumento (ya estoy como la mamá cuervo), me pregunto:
¿Quien fue el Señor González?
¿Cual es la historia de esta Casa que sin duda debe haber influido dentro de la escuela matritense de construcción de guitarras?
Si supieran estos y/o algunos otros datos y quisieran compartirlos conmigo, les estaría muy agradecido.
Cabe mencionar que hace algunos años mis padres viajaron a España, buscaron la dirección, encontraron el edificio original, pero la casa constructora de guitarras ya no existe.
He leido las excelentes crónicas publicadas en esta sección, producto de los resultados de trabajos de investigación muy serios que han realizado sobre las guitarras de Don Salvador Ibañez por ejemplo (Luis Briso de Montiano), ¿conocen algo así de la Guitarrería Universal, Casa González?.
Ahora, a riesgo de parecer muy extenso, cuento la anécdota de esta guitarra.
En el año de 1934, mi abuelo, Capitán piloto aviador de la Fuerza Aérea Mexicana, fue designado para desempeñar una comisión de varios años en España, acompañándolo mi abuela y sus dos hijos, niña y niño, de los cuales el menor es mi padre.
Mi abuela tocaba la guitarra y, según se conserva el recuerdo, era grande su pasión por este instrumento. De alguna manera se sabía esto en el círculo de españoles y mexicanos en que se desenvolvían, de tal suerte que a finales del año 1935, el día de su cumpleaños, la esposa del Embajador de México en España, la obsequió con una fina y bellísima guitarra española, que es el motivo de este mensaje.
Vino la guerra civil, las cosas se fueron poniendo críticas y se combatía en las calles mismas de Madrid. Al principio era posible conseguir comida en la embajada mexicana, pero después en ninguna parte. Hubo necesidad de abandonar el páis y mi abuela intentó vender sus pertenencias pues no podían llevarlas.
Como imaginarán nadie compró nada, así que cuando salieron a toda prisa de Madrid, al día siguiente del combate en el Cuartel de la Montaña, la casa de mis abuelos se quedó puesta, con los objetos tal y como estaban, todo en su lugar. Con la preocupación en el rostro y la incertidumbre del ¿que ocurrirá? el cuadro era significativo. Cruzando el campo de una batalla que acababa de concluir, mi abuelo cargaba a mi tía con un brazo y con el otro la maleta en la que llevaban un poco de ropa para cada uno, mi abuela cargaba a mi padre, pero en su mano libre llevaba...........nada más y nada menos que ¡¡¡su guitarra dentro del estuche!!!
¡Abandonó todo, menos su guitarra!. Podemos imaginar con ello el amor que mi abuela sentía por la guitarra en general y su instrumento en particular.
Después de aquello pasaron mil peripecias antes de poder llegar a México, pero de todas ellas la guitarra salió avante hasta que por fin estuvieron en casa.
Ese amor por el instrumento que mi abuela patentizó, supo también transmitirlo y así, después de su prematura muerte, cuando mi padre tenía tan solo 11 años, está guitarra fue de mi abuelo, después de mi padre, mis tres hermanos y yo tocamos en ella cuando niños y hoy, tengo el doble honor de disfrutar diariamente su bello sonido y asumir la responsabilidad de preservarla.
Así pues, agradezco de antemano la atención que puedan prestar a mi curiosidad de conocer más sobre los antecedentes de esta guitarrita y espero que la anécdota que la envuelve haya sido de su interés, como una muestra de lo que este instrumento provoca en los seres humanos.
Un Abrazo a Todos.
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