Andrés(salamanca) dijo:
Hola:
Propongo este tema porque estoy estudiando armonía con una profesora, estudio por libre, es decir, sin conservatorio.
Y mi duda es entorno a las reglas armónicas antiguas; Me refiero a que si en las composiciones de estos tiempos.........por ejemplo.......se enlazan acordes, se utilizan apoyaturas, mordentes, modulación y si es incorrecto no componer de esta manera.
Imagino que te refieres a la composición de nuestros tiempos. En tal caso, para componer puedes emplear las reglas armónicas antiguas si así lo deseas, aunque hay que recordar que los tratados van siempre por detrás de la práctica de los compositores y que hasta el momento no ha habido ninguno que detalle las "normas" con exactitud: por la sencilla razón de que estamos hablando de arte y no de ciencia, siempre hay excepciones, más comunes que las reglas, por cierto.
La armonía antigua es un sistema cómodo en general, rico y que funciona, sin embargo está explotado hasta la saciedad, pero se suele decir que las reglas de ese sistema se rompieron en el siglo XX y no es correcto expresarlo así, de hecho desde tiempos de Bach se rompían sistemáticamente: paradójico, pero la propia tonalidad iba contra sí misma. Los compositores, desde prácticamente el principio, empezaron a ingeniárselas para evitar la tónica mediante modulaciones, cadencias rotas, etc., hasta que el sistema quedó completamente desdibujado. Fue más bien una evolución, no una ruptura: si se escucha la producción de Schönberg en orden cronológico se entiende mucho mejor cómo la tonalidad se transforma poco a poco en algo completamente distinto. Y no es ningún secreto qe no fue el único qe llegó a ese punto de no retorno, todos los sistemas se acaban agotando tarde o temprano, no fue un capricho suyo.
En cuanto a la "corrección" o "incorrección" de una obra las impone, como siempre ha sido a lo largo de la historia (y nuestro tiempo no iba a ser menos), el oído, no las reglas. Si no se tiene esto presente no creo que se pueda llegar a ser buen compositor. Lo que sucede es que para llegar a un buen resultado sonoro (tímbrico, armónico, melódico, formal, etc.) puede hacerse el camino por infinidad de lugares que van dibujando una serie de normas y/o de sistemas a los que se va ateniendo el compositor. Porqe no hay música sin normas: de hecho, desde el mismo momento en que tienes que elegir entre varias posibilidades musicales, que es lo más difícil de la composición (yo lo llamo "descartar todas las que no van a tener el dudoso honor de ser la siguiente nota"), estás estableciendo un sistema, una especie de organización propia.
Que es lo que debería hacer todo artista. Buscar un orden propio, acorde consigo mismo: uno debería componer como es. Al respecto no hay absolutamente nada que impida escribir música antigua, pero habría que preguntarse qué tenemos que ver nosotros, gente del siglo XXI, con nuestros deuvedeses e internetes, con nuestro sistema democrático, nuestro ritmo de vida, formas de pensar, de vestir, etc., con Bach, del siglo XVIII, luterano hasta la médula, artesano más que artista, con la mujer pariendo como una coneja, etc. No, no parece lógico que nuestro mundo sonoro interno revele la misma música que el suyo.
Por eso debemos crear, puesto que la tonalidad ya no nos sirve, otras normas que funcionen, que sean útiles, eficaces y acordes a nuestras necesidades expresivas.
Andrés(salamanca) dijo:
Es como cuando dicen que enlazando acordes no se pueden duplicar dos octavas ni dos quintas a no ser que la segundo sea disminuida.
Esto en los tiempos modernos ¿es valido? ó es ¿obsoleto?
Vamos a ver. Para empezar, la música no es matemática, aunque sigue habiendo cuentos de beatas costureras acerca de eso. Verbigracia, un músico toma clases de composición y se le revelan los secretos de la naturaleza: esto es falso, el profesor que da clase de composición es sólo un guía, el verdadero maestro es uno mismo.
En música no hay nada correcto o incorrecto, más bien adecuado o inadecuado, saludable y no saludable. Sí qe hay características parecidas a normas muy generales qe son como grandes leyes que gobiernan nuestra música occidental, qe hemos ido forjando con el paso de los siglos, siendo la más importante (a mi entender) la polifonía: nuestra música occidental es polifónica y con esto quiero decir además que es también polirrítmica y todo lo poli que se nos ocurra. Además, esto no tiene nada que ver con la tonalidad funcional ni con el contrapunto estricto: dentro de otros sistemas modernos (atonales, modales, politonales, neotonales) se practica también la polifonía. Esto significa en parte que nos gobierna lo mismo que gobernaba las reglas de la tonalidad funcional: la acústica. Con lo cual, para que una obra sea polifónica, se prefiere evitar verticalmente intervalos que provoquen una fusión de las partes (sobre todo las octavas y las quintas justas, que son los primeros armónicos del espectro).
Otras cosas, como cuestiones relativas a la forma, direccionalidad musical, etc., forman parte también de ese legado del pasado que conforma lo que se da en llamar nuestra "memoria histórica" y que los compositores (los buenos, quiero decir) de los siglos XX y XXI han seguido explotando.
En fin, la guía para el compositor es el oído, tanto el interno como el externo. Y si es fino, mucho mejor.
Dejo de enrollarme ya y voy a por el caso concreto:
Andrés(salamanca) dijo:
Si por ejemplo estoy en el acorde de Re mayor y en el compás está la nota sol ¿está mal?
Si estás en el acorde de ReM y en el compás hay un sol no supone ningún problema, igual que no lo supondría si estuviesen las doce notas de la escala cromática o si estuviesen los veinticuatro tonos de un sistema microtonal. El problema surge cuando se pone en relación ese ReM y ese sol (o esas doce notas, o esos veinticuatro tonos) con lo que va delante y lo que viene detrás. Y es que la música no sólo se extiende en el espacio, sino también en el tiempo: tengamos esto siempre presente.
En este caso concreto hablamos de Tárrega o de un lenguaje similar, así que hay unas reglas concretas por las que él guía su música: la tonalidad. Podemos averiguar (o al menos conjeturar, ya que ni siquiera la tonalidad es un sistema perfecto) si ese sol es adecuado o inadecuado. Al respecto convendría hacerse estas preguntas: ¿es ese sol una nota de paso? ¿Es una apoyatura? ¿Es una bordadura? ¿Es adorno de una de las notas del acorde o por el contrario es una nota de color? ¿Aparece también el fa# o el sol la sustituye?
Andrés(salamanca) dijo:
Claro yo tengo partituras de Tárrega y veo que en un compás con el acorde de Re Mayor hay notas que no son Re, fa, la, re.
Imagino que se te ha escapado el # del fa, ya que ReM lleva un fa#, no un fa.
Bueno, perdón por la chapa, familia.