Hola majísimos:
La verdad es que el concierto, al menos según el público, salió bien; me está horrorosamente feo decirlo, pero la sala se puso en pie al final. El Albéniz gustó horrores en Mérida, vaya, incluso me salió otro concierto que dejé apalabrado para ir en estos días a ultimar detalles.
Y después, aconsejados por la organización, mi señora y yo fuimos a cenar a un restaurante justo cerquita del Templo de Diana -os recomiendo el templo y el restaurante-. Ahí va la crónica gastronómica;
En el "tabula calda", me cené pal pecho un ajoblanco exquisito y un entrecot de ternera a las salsas de torta del Casar con brotes de romero, una ensalada sefardí de naranja, pasas, almendras y aceite de oliva y lo regué con un vino de Tentudia. Exquisito todo. El restaurante es de inspiración romana en la decoración y la carta, puedes cenar al lado de una fuente oyendo correr el agua y con luminarias entre vegetación. Os recomiendo el sitio, que además tiene una gran relación calidad-precio. Pueden probarse allí especialidades de la Roma antigua como el "garum" así como cocina sefardí y otras exquisiteces. Luego hay que dejarle el volante a la dignísima, porque en la carretera de Cáceres están los del "soplete" y ya sabéis....
lo verdaderamente importante es que mientras me comía el entrecot, llegué a una conclusión; ese es el repertorio que a mí me va. Hay quien se especializa en música antigua, romántica o contemporánea -anoche tocó en el Barraco Edu Garrido, que es un claro y digno exponente de ello-. Yo creo que lo que me va, me gusta, me pone, y me funciona a mí es la música española, sobre todo la de Albéniz. Me parece que voy a profundizar, ampliar y estudiar más este repertorio, y al menos unos años, dedicarme casi en exclusiva a él, y a ver qué tal se da.
Un abrazo a todos y mil gracias por vuestro ánimo. Ya os iré contando.