«Fabricación de cuerdas de instrumentos de música». Madrid, RPCU 29-XI-1885.

Luis Briso de Montiano

Administrador
Miembro del equipo
***

«Fabricación de cuerdas de instrumentos de música». En «Revista Popular de Conocimientos Útiles» del domingo 29 de noviembre de 1885, nº 270, pp. 96-97. Madrid: Enciclopedia Popular Ilustrada, 1885.


RPCU_Cuerdas_GAP.jpg



Cualquier guitarrista que haya buceado mínimamente en la historia de su instrumento sabe que, hasta el comienzo de la fabricación de las cuerdas de nailon, ya a finales de la década de los cuarenta del siglo pasado, las cuerdas de los instrumentos de cuerda pulsada fueron metálicas o de tripa animal. El uso de materias animales, especialmente de intestinos, para la fabricación de cuerdas se remonta a la noche de los tiempos. Ahí está la leyenda urbana (que tal vez no lo sea del todo) de dos de las cuerdas del instrumento de Ziryâb que eran de tripa de león (algunos dicen que de un cachorro, para más señas) o la historieta de que algunas de las cuerdas del violín de Paganini estaban hechas con las tripas de las mujeres que el diabólico genio asesinaba previamente.

Lo cierto es que para las cuerdas de las guitarras, aunque se emplearon otros materiales como la seda y el metal (éste, especialmente, como recubrimiento de seda o tripa para dar más densidad a los bordones) la materia estrella era la tripa. En España, que también se distinguía a mediados del siglo XVIII por sus bordones debido al hecho de el alma de seda no estaba retorcida, las fábricas de cuerdas existirían desde siempre, pero sabemos de su existencia cierta desde los comienzos de la prensa periódica impresa. El mismo año de esa referencia de los bordones, en 1758, el «Diario noticioso, curioso, erudito y comercial público y económico» que fue, por cierto, el primer diario español, mencionaba la «Fabrica de Cuerdas de Guitarra» en la madrileña «calle de Rodas, mas abaxo del Rastro».

Desde entonces España tuvo fábricas de cuerdas para instrumentos musicales en muchos y diferentes lugares, pero yo diría que, sobre todo, en aquellos en que existían mataderos (que les porporcionarían la materia prima) y, especialmente, en Madrid. En la capital del reino el año de 1831 (la fuente es don Ramón de Mesonero Romanos) Madrid tenía más de una docena de guitarrerías y no menos de seis(!) fábricas de cuerdas de guitarra. Las doce guitarrerías se me quedan cortas, probablemente Mesonero toma sus datos de registros oficiales y no siempre todos los guitarreros estarían interesados en figurar en tan distinguidos documentos. Pero lo de las fábricas me cuadra. No sólo porque ya me parece un número elevado sino porque estos negocios producían tal incomodidad a sus vecinos que los ayuntamientos los tenían bien controlados. En mayo de 1832, en prevención del cólera morbo, a los fabricantes de cuerdas de vihuela [sinonímia por guitarra] se les obligó a trasladarse extramuros de las ciudades. En Madrid, en septiembre del año siguiente de 1833, se insitía en que las fábricas habrían de trasladarse «fuera de poblado». Es posible que algunos fabricantes no hiciesen demasiado caso a las autoridades porque unos años más tarde, en la Barcelona de diciembre de 1839, el ayuntamiento exigió a los fabricantes de cuerdas que dieran sus nombres y direcciones (muchas gracias Julio Gimeno por ponerme al tanto de estas tres noticias en la prensa). Y es que la labor de esos fabricantes debió de ser dura para ellos, manipulando los «mondongos» aún calientes y liberándolos de las materias fecales (Aggggg!!) pero insoportable para sus vecinos, por el hedor que desprendería, incluso para los niveles olfativos de la época.

Desde 1880 hasta 1889 los suscriptores de la «Biblioteca Enciclopédica Popular Ilustrada», siempre que estuviesen abonados a las seis secciones, recibían gratuitamente una publicación semanal llamada «Revista Popular de Conocimientos Útiles». Era esta revista una mezcolanza de pequeños artículos sobre diversísimos temas, confeccionados por los mismos redactores de la enciclopedia. El número 270, del domingo 29 de noviembre de 1885, incluyó un pequeño artículo titulado «Fabricacion de cuerdas de instrumentos de música» que es el que comparto como copia digital del ejemplar de la revista en mi biblioteca.

España no sólo fabricaba cuerdas sino que también las exportaba. A finales del siglo XVIII enormes cantidades de cuerdas salían desde España con destino a Hispanoamérica, especialmente hacia el actual México. Pero las 'maravillas' del comercio y la economía siempre estuvieron presentes y España fue también buena importadora de cuerdas para guitarra (business is business, my friend!). La importación de cuerdas italianas tuvo que deberse, casi con toda seguridad, a su calidad, que superaría las de fabricación española (por lo menos las cuerdas, no estoy seguro de que también ocurriese lo mismo con los bordones). Primero se las conoció como «cuerdas de Italia»; más tarde, alguna vez, como «cuerdas de Nápoles», pero siempre, desde finales del siglo XVIII hasta, por lo menos, principios del XX, la forma de referirse a ellas (y su denominación comercial) fue la de «cuerdas romanas». El artículo en la revista que comparto trata de explicar el porqué de la superioridad de esas cuerdas de origen italiano (que no sólo importaba España: su venta aparece anunciada en las portadas de los impresos para guitarra generados por algunos editores franceses del la primera mitad del XIX). No sólo da sus razones para esta primacía de las cuerdas italianas sino que explica bastante detalladamente el proceso español de fabricación de cuerdas en los años ochenta del siglo XIX, desde que se recibían los intestinos hasta que se daba el último toque a las cuerdas con aceite de oliva o esencia de laurel.

Así que, queridos amigos, si tenéis curiosidad (y estómago), podéis echar un vistazo al articulito que está en las páginas 96 y 97. He dejado también otras dos páginas del ejemplar que tengo porque puede que os interese -o no podáis vivir sin conocer-, por ejemplo, una de las utilidades de la tela de araña, el porqué de que las gallinas, vacas y otros animales se revuelquen en la tierra, la forma de preparar la magnesia pesada inglesa o unas impresionantes ecuaciones termoquímicas...

Comparto copia digital del original en mi biblioteca. Para descargarla basta un clic en el siguiente enlace y seguir las indicaciones. Estará disponible hasta 15/05/2020:


Tras esa fecha, para descargar el PDF, por favor, solicítalo escribiendo un post (mensaje) en este hilo.


MÁS EN LA MISMA BIBLIOTECA​
 
Atrás
Arriba