Aubéry du Boulley, Prudent-Louis (1796-1870): «Des accords». París, ca. 1825

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Aubéry du Boulley, Prudent-Louis (1796-1870): «Des accords», página 3 del «Méthode Complette et Extrêmement simplifiée Pour la Guitare». París: Richault, ca. 1825.

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Durante el siglo pasado (el XX, especialmente en su segunda mitad) la gran mayoría de los guitarristas no tuvo el menor reparo en arpegiar acordes que en la partitura carecían de indicación alguna en ese sentido. Lo mismo -quizás menos porque en el XX llegó a convertirse en un verdadero tic- debió de ocurrir en el XIX. El intérprete, como es natural, siempre se sintió libre de hacer lo que considerara oportuno, no sólo con su música sino con la de otros, pienso yo que porque su responsabilidad y su último interés no era necesariamente el de hacer una música 'correctísima' o en extremo 'fiel' a la idea del compositor sino el de agradar a su audiencia, utilizando para ello todos los recursos a su alcance. Tampoco hay que olvidar que desde, por lo menos, la primera mitad del XIX algunos guitarristas, con la intencion principal de que el sonido perdurase en el tiempo, aconsejaban arpegiar siempre los acordes en los movimientos lentos, con independencia de si el arpegiado estaba indicado o no.

Pero algunos guitarristas del XIX tuvieron una visión muy concreta de lo que escribían. Y pretendieron que aquél que se acercase a la guitarra interpretase la música con arreglo a unos parámetros claros y exactos. En cuanto a como pulsar los acordes, Dionisio Aguado (1784-1849) en su «Escuela de Guitarra» de 1825 distingue entre varias clases de acordes, entre ellos los «Acordes simultáneos» y los «Acordes en arpegio». Estos últimos, los 'en arpegio', no son exactamente nuestros modernos 'acordes arpegiados' porque Aguado los define como aquellos que se hacen «con cierto orden uniforme» y esto podría entenderse no sólo como que tienen uniformidad en el orden, repitiendo una fórmula, sino en el pulso con el que van apareciendo, que es también regular.

La «Escuela» de 1825 tuvo una «Segunda Edicion, corregida y aumentada» que Aguado elaboró inmediatamente después de la primera. Su idea era la de publicar (imprimir) en París dos versiones, una en castellano y otra en francés. La versión en castellano no llegó a imprimirse hasta algunos años después, pero la francesa ya estaba disponible para los aficionados galos en la residencia parisina de Aguado, el «Hôtel Favart», en septiembre de 1826.

De la primera edición española a la segunda Aguado no cambia nada acerca de los acordes simultáneos. Su concepto y ejecución se definen y explican con esta frase: «Si las notas de un acorde son todas del mismo valor, debiendose ejecutar todas á un mismo tiempo, la simultaneidad es absoluta: y á esto llamo acorde simultaneo» (Capítulo II, Artículo I, §272 en ambas ediciones). Simultáneidad 'absoluta'. En la edición francesa tampoco cambia significativamente el texto. El traductor, François de Fossa (1775-1849), mantiene la idea de su amigo: «Les doigts pinceront su même instant, d'une force égale, toutes les notes de l'accord». Pero Fossa debió de anticipar una reacción de sorpresa, por parte de sus compatriotas, tras leer esta frase y, seguramente por ello, le añade una nota al pie (dándonos de esta forma una pincelada en cuanto a la interpretación de los acordes en la época fuera de España) que incluyo aquí en traducción de mi querido amigo y moderador de este foro Jose Manuel Campoy Sendra. Dice así:

«El uso en Francia, en Alemania y en Italia es ejecutar esta especie de acorde haciendo oír sucesivamente, pero con mucha rapidez, del grave al agudo, todas las notas que lo componen. El señor Aguado que ve siempre en los acordes tantos instrumentos como notas hay, exige para la ejecución una simultaneidad absoluta, tal como se oiría en un trío, en un cuarteto, en una orquesta, en cualquier parte en donde cada nota sería hecha por un instrumento diferente. (Nota del traductor.)».​

¿Y a qué viene todo este 'pequeño' prefacio? :D Pues a que, por las mismas fechas y en el mismo lugar (entre 1825 y 1828 y en París), un guitarrista francés, Prudent-Louis Aubéry du Boulley (1796-1870) no sólo distingue entre estas dos maneras de hacer los acordes, la de Aguado para los 'simultáneos' y la que explica Fossa que practicaban los franceses, alemanes e italianos, sino que añade otras tres más, todas ellas con su particular y específica forma de indicarse en la partitura. En su op. 42, un método que dice ser «Extrêmement simplifiée» dedica una página a la pulsación de los acordes que siempre me ha llamado la atención y que por eso traigo aquí.

Así que, queridos amigos, si vais a tocar algo de Aubéry de Boulley, ya sabéis cómo acercaros a los acordes: hay que seguir su pequeño manual con cinco posibilidades. Pero si lo que pensáis interpretar es música de Aguado, y no queréis que Don Dionisio os diga desde el más allá -muy educadamente, eso sí- que sois poco 'inteligentes en música' y que 'no hacéis con vuestros dedos lo que él dejo escrito en el papel', pensáoslo dos veces antes de arpegiar un acorde.

La página del método de Aubéry es copia digital del original en mi biblioteca. Si deseáis un PDF, con una imagen de mayor calidad, que incluye también la portada de la obra, bastará con un poco de paciencia y un par de clics, el primero en el siguiente enlace. Estará disponible hasta el 19/04/2020.



Tras esa fecha, si para descargar el PDF, por favor, solicítalo escribiendo un post (mensaje) en este hilo.


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