Hola Francisco..., ¡qué bueno verte por aquí de nuevo!
Precisamente anoche recibí una llamada desde Montevideo. Era el Dr. Daniel Stran para felicitarme por mis 75 años. Por suerte hay buenos amigos por todas partes que se acuerdan de uno...
Cuando hice mi primer Curso de guitarrero en Mataró, el luthier Alejandro González quiso que sus alumnos aprendiéramos a ranurar los diapasones "a pelo", es decir, a pulso y de manera totalmente manual porque, según él decía, ya tendríamos tiempo para usar "maquinitas" más adelante; así, una vez marcadas las líneas de las ranuras en los listones de madera, limitando un lado con un tope de madera bien escuadrado, hacíamos las ranuras con una sierra japonesa provista de un tope de profundidad en uno de sus lados. Los resultados, como te puedes imaginar, fueron más bien desalentadores, aunque en algunos alumnos ya se adivinaban "maneras" (como suelen decir los aficionados a los toros). En mi caso necesité tres maderas de prueba para sacar algo que pudiera considerarse aceptable (menos mal que se trataba de "maderas de prueba" porque si no, aquéllo hubiera sido la ruina del taller). Luego, ya en mi taller provisional (o lo que fuera aquéllo), una vez marcados los surcos indicadores en la madera de acuerdo a la plantilla correspondiente, comencé a ranurar los diapasones con el serrucho de Thomas Flinn y con la ayuda de un tope mártir de madera dura para guiar uno de lados del serrucho.
El serrucho de Thomas Flinn es una herramienta inglesa de gran calidad, fabricada por la firma Pax, y muy utilizada desde siempre por los guitarreros españoles. Tiene una hoja de 0,56 mm. de espesor y una configuración especial de los dientes que permite trabajar "a contraveta" y que, además de ser muy cómodo y manejable, hace unos cortes muy limpios y sin levantar astillitas en los extremos de las ranuras. Lo puedes adquirir por medio de cualquier proveedor o a través de internet y la verdad es que resulta barato para el servicio que proporciona. Como la hoja ya lleva dos perforaciones a media altura, separadas entre sí unos 14 cm, uno mismo puede confeccionarse los topes de profundidad de corte con un listoncito en un lado de la hoja o dos listoncitos (uno a cada lado) de madera dura (yo utilicé quebracho) bien escuadrados y sujetos con dos tornillos a presión, que nos pueden proporcionar dos profundidades de corte con sólo invertir su posición. Esta posibilidad es muy útil cuando se construyen instrumentos con diapasones de diferente grosor y trastes anclados a diferente profundidad (en mi caso los guitarrones y los timples).
Actualmente sigo utilizando un serrucho de Thomas Flinn, con hoja de 0,43 mm de espesor para trastes de 2 mm, en esos pequeños instrumentos pero no en las guitarras para las que he buscado otra solución. Para ranurar los diapasones de estas últimas, hago uso de una sierra ingletadora manual de precisión a la que he adaptado una hoja de sierra 550 mm de longitud, con un grosor y un dentado similares a los de la hoja de serrucho de Thomas Flinn y el resultado ha sido excelente, pues además de que la propia ingletadora te limita la profundidad de corte por medio de unos topes graduables, al trabajar siempre a 90º y con la hoja tensionada, consigo unos ranurados perfectos. Y todo ello por muy poco "money".
Saludos