Tanto Torres como Vicente Arias hicieron guitarras con 11 cuerdas. Me pregunta un guitarrista con una de estas guitarras (Arias): ¿Como era la afinación de la época en que se construyeron?
Hola John,
Entre los guitarristas que utilizaron instrumentos de once cuerdas recuerdo ahora a Giménez Manjón y al aficionado José Rojo Cid (que tenía tres Torres, una de ellas de once cuerdas). Hubo también otro, esto seguro que lo sabes por su relación con Torres, que fue José Martínez Toboso.
En el mes de febrero de 1884 Toboso dio un concierto en el malagueño Café de la Loba junto a Luis de Soria. Soria toco con una guitarra de 8 cuerdas mientras que Toboso lo hizo con una de once. Romanillos, en su libro sobre Torres, citando a Antonio Sevillano Miralles, copia parte del texto que apareció en
La Crónica Meridional del 13 de febrero que, a su vez, toma la noticia del
Diario de Málaga. He recuperado completo el texto de
La Crónica:
No se conoce (al menos yo no la conozco) la afinación de la guitarra de Martínez Toboso pero lo curioso es que el compañero de Toboso en este concierto, Luis de Soria, también tocó durante cierto tiempo una guitarra de once cuerdas, aunque la guitarra de Soria tenía un aspecto diferente a las guitarras de seis cuerdas o a las españolas de 11. Soria la denominó 'Guitarpa' (no confundir con la de José Gallegos) y era lo que hoy algunos han llamado una 'guitarra de cola':
¿A qué viene todo esto? Pues a que de esta Guitarpa de once cuerdas de Luis de Soria sí que conocemos la afinación. Nos la da Domingo Prat en su
Diccionario. Copiando un texto del
Diario de La Habana dice Domingo Prat:
«Su extensión es de cuatro octavas, y tiene, en vez de seis, once cuerdas que, al vacío dan, empezando a contar por la prima, Mi, Si, Sol, Re, La, Mi, Si, Re, Fa, Do y Sol.»
Esto era para la Guitarpa, no para las guitarras 'normales' de once cuerdas, pero hay que pensar que las encordaduras están más condicionadas por las necesidades musicales que por la forma del instrumento, teniendo siempre en cuenta, claro, que en las Torres cuatro de las once cuerdas estaban fuera del diapasón y, por tanto, tendrían necesariamente un estricto caracter armónico por lo que seguramente su afinación se modificaba en función de la tonalidad de la pieza a interpretar.