Hola Jorge y Manuel:
En la restauración de instrumentos antiguos es fácil encontrarse con zoques que han sufrido procesos de desencolado de alguna de las uniones o junturas que los componen, sobre todo cuando se trata de zoques unidos a la caja por la modalidad de cola de milano. Para solucionar tal problema sin tener que desmontar el instrumento, solemos recurrir al encolado por difusión, tunelizando el zoque e incrustando estos cilindros que en el hilo llamáis pernos. Esto se puede hacer entrando a través del diapasón o entrando por el tacón, pero de una manera mucho más sencilla que lo que aquí nos presenta Jorge, ya que utilizamos para ello espigas ranuradas.
Con la primera técnica se usa una sóla espiga que sea robusta (de más de 9 mm de diámetro), para lo cual se taladra un tunel en el centro del diapasón entre los trastes 12 y 13 hasta llegar al último segmento del tacón (sin llegar al embellecedor ni al fondo), luego se encolan las superficies del túnel y de la espiga adecuada al diámetro de la perforación y se introduce ésta hasta que su extremo superior quede hundido por debajo del nivel del diapasón. Luego se tapa el agujero del diapasón con una tapeta de ébano o de la madera que corresponda.
Con la segunda técnica, a mi entender mucho más sencilla e igual de sólida, se levanta la tapeta embellecedora del tacón y se practican en el mismo dos perforaciones con una broca de 6 o de 8 mm y una separación de 5 mm entre ellas, que no lleguen al nivel del diapasón y luego se incrustan dos espigas ranuradas de 5,5 mm o de 7,5 mm, según el diámetro de la broca utilizada.
El hecho de utilizar espigas y no cilindros de superficie lisa nos permite no ser tan meticulosos con la cola ya que, al introducir las espigas, la misma presión hace que la cola comprimida se difunda por las uniones dañadas del zoque y la cola sobrante salga rechazada por las pequeñas ranuras de las espigas. Utilizando pernos de superficie lisa es posible que la cola contenida en la luz del túnel no tenga por donde salir y nos impida una buena progresión del perno.
Tanto en una técnica como el la otra, una vez enclavados el perno o las espigas, hay que someter al conjunto del zoque a la presión necesaria durante 24 ó 48 horas mediante los adecuados sargentos y la protección del diapasón y fondo con los correspondíentes mártires. A mí me gusta más la segunda técnica, sobre todo cuando ha quedado demostrado en la práctica y en el laboratorio que se consigue mayor solidez con dos espigas pequeñas que con una grande, al eliminarse los posibles mecanismos de cabeceo y los de rotación alrededor de un perno único, por robusto que éste sea.
Saludos.