¿Creer o no creer en los barnices "míticos"? Esa es la cuestión...

Hola Restaurador.

Pienso que la única opinión suya que no tiene ningún valor (quiero decir que me parece equivocada) es esta:

Seguramente mis opiniones no tienen valor

Creo que, al igual que yo, muchos otros pensamos lo mismo y agradecemos, mascamos y disfrutamos sus aportaciones siempre bien documentadas.

Venga hombre, un saludín.
 
Hola Restaurador.

No puedo creer lo que estoy leyendo.

La prueba de mi interés por tus opiniones es que este es el tercer intento de responder a este tema. Los dos primeros los ha hecho fracasar mi móvil. Me abstendré de opinar sobre él. Ello me ha obligado a encender el ordenador y pelearme con su administrador de tareas, lo cual tiene mucho mérito, por que trabajo con un viejo XP. Albergo la esperanza de que me respete un poco más que mi moderno teléfono.

Y otra prueba más de mi interés, esta ya de nivel superior, es que estoy leyendo tus "obras completas" en artepulsado. En orden cronólogico inverso, cosa que no me importa, porque no paro de aprender cosas nuevas. Esta lectura metódica es lo que me ha llevado hasta aquí.

Entrando en materia, me interesa tu opinión sobre ese barniz de Fleta cuya fórmula ha tardado cuarenta y cinco años en concretar. Me da la impresion de que su densidad debía ser elevada y por tanto difícil de aplicar, por mas que empleara aceite de linaza. Y en principio, si es barniz se aplicará con pincel, se presume. Fleta elude hablar del diluyente, por tanto no estamos seguros de que utilizara alcohol, o al menos desconocemos de qué tipo. ¿Se sabe algo al respecto? En cualquier caso, no imagino el aceite de linaza sobre según qué tapas armónicas.

La intuición me dice que probablemente ese barniz estuviera pensado en exclusiva para los instrumentos de cuerda frotada, que era los que el prefería pues se decanta "indudablemente, [por] los instrumentos de arco", aunque al final intenta arreglarlo ante el periodista declarando que emplea "el mismo cariño construyendo una guitarra que un violín".

En la página siguiente del reportaje, sin embargo, no parece dedicarle el mismo amor a ambas familias de instrumentos, pues tras el largo párrafo dedicado a la cuerda frotada, a las guitarras las despacha dando fe de su breve vida, como si ello fuera un signo distintivo de su imperfección, cuando paradójicamente vivió de ellas pues construyó más guitarras que otros instrumentos.

Por cierto, me encanta ese aspecto destartalado de su estudio, en contraste con su bata planchada.

Un saludo.

E.
 
Hola Eolo:
Ante todo, perdona mi tardanza en responder a tu pregunta en relación a mi opinión sobre el barniz al que se refería el maestro Fleta en su entrevista con el periodista. Posiblemente no presté toda la atención debida en mi primera lectura de tu mensaje en el Foro. Por ello quiero corregir mi fallo y voy a responder ahora a tus cuestiones.
Como tú bien dices, ese barniz "graso" que había desarrollado Ignacio Fleta a lo largo de sus años de trabajo estaba pensado para los violines y otros cordófonos de cuerda frotada. En cambio en sus guitarras, sobre todo a partir de los años 50, el barnizado predominante fue casi siempre la goma-laca y, posiblemente, se trataba también de un producto de "formulación personal" que yo desconozco.
Lo que sí he podido observar en algunas de sus últimas guitarras (todas ellas, por cierto, con tapa de cedro) es que llevaban un barnizado muy discreto, sobre todo en la tapa, como si el maestro no hubiera querido sobrecargar la superficie de unas maderas, ya de por sí muy bien calculadas en grosor y en otras condiciones, que habían sido preparadas especialmente para obtener un gran resultado sonoro.
Su hermano Francisco Manuel, más dedicado a la violería que Ignacio, sí que hacía uso en ocasiones del barniz graso en sus guitarras, aunque también desconozco si usaba para ello la misma formulación desarrollada por su hermano.
El elemento diluyente en estos barnices grasos, como es fácil de entender, no puede ser otro que el "espíritu de trementina" (es decir, el aguarrás) en las debidas proporciones. El aceite de linaza, en todo caso, sería usado para estirar la capa de barniz y para aumentar el brillo.
Finalmente y refiriéndome a tu último párrafo, yo creo que Ignacio Fleta si que concedió gran importancia a la guitarra como instrumento, ya que incluso dedicó a su construcción y a sus posibles mejoras los últimos años de su actividad de manera casi exclusiva.
Sabiendo lo correcto que era Fleta, lo de la bata limpia y planchada puedes considerarlo como un detalle "catalán" de cortesía para con el entrevistador, aunque él no fuera catalán de nacimiento.
Un saludo
 
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