El guitarrón

Cajoge

Socio de la AGA
¿Por qué ha faltado?
Mi guitarra ha quedado con un guitarrón para hacer unos dúos...

Varias fuentes de los siglos XVIII y XIX atestiguan la proliferación del tiple, o guitarrillo (“Guitarra muy pequeña, lo mismo que tiple”)(1), en la sociedad española. Por el contrario, no es tan frecuente encontrar referencias al guitarrón, que refiere nuestro amigo Luis. En 1734, el Diccionario de Autoridades definía guitarron como “La guitarra grande”(2) y citaba el siguiente verso de la obra El Parnaso Español y Musas Castellanas, de Francisco de Quevedo:

"Estabase el tal barbero
empapado en passacalles,
aporreando la panza
de un guitarron formidable."(3)


A partir de 1780, el nuevo diccionario de Real Academia Española, así como las ediciones posteriores del mismo, abrevian la definición de guitarron a “s. m. aum. de GUITARRA”(4). Aunque no de forma asidua, el término surge en algunas obras literarias de los siglos XVII, XVIII y XIX y, en ocasiones, podría referirse precisamente a un instrumento de grandes dimensiones. Por ejemplo, Luis de Losada escribe en Juventud triunfante…:

"Templaba la Floxedad
Un Guitarron infinito:
Y era el temple (cosa rara!)
Aun siendo en Julio, muy frio."(5)


En una de sus Cartas críticas..., fechada el 30 de agosto de 1812, el padre maestro Fr. Francisco Alvarado se refiere a un guitarron que, al parecer, tendría un tamaño desproporcionado:

"[…] Pues señor Conciso, ¿y aquel guitarron que le ocupa á V. la mitad del retrete, y bajo del cual duerme como san Alejo bajo su escalera, ha mucho que no sirve?"(6)

Y en la novela Viene por mi i carga con usted…, Raimundo Bernal Ojeda menciona un guitarron en el siguiente contexto:

"La música, que se componia de dos tiples, una bandola, un viejo guitarron para los bajos, un violin i una pandereta, tenia su aire democrático […]"(7)

En la actualidad se conservan algunas guitarras de los siglos XVIII y XIX cuya caja armónica presenta unas proporciones mayores de lo habitual. Se podría mencionar, por ejemplo, una guitarra de Francisco Sanguino, ca. 1759, conservada en el Museo de la Música de Barcelona(8), y una guitarra del constructor Manuel Muñoa construida en 1807(9).

Una fuente iconográfica de especial interés para este tema es Traje de Castilla o Ropa tendida, obra de Luis Paret y Alcázar (1746-1799), de 1784, que representa el interior de una casa de pueblo o de una venta castellana(10):

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En la escena aparecen dos hombres, una mujer mirándoles de brazos cruzados y, entre varios objetos, una guitarra apoyada en la pared. La imagen recuerda, por cierto, unas palabras escritas por Guillaume Pigault-Lebrun en la novela Locura española, que describían la guitarra como un "mueble útil desde tiempo inmemorial en España"(11). El instrumento de Paret presenta una caja bastante ancha y aros de cuatro piezas separados por filetes de una madera más clara. Tiene adornos en el lóbulo mayor, próximos al puente y, según parece, también en el lóbulo menor. A pesar de que este guitarrón se encuentra en un plano cercano, aparece sin cuerdas y el clavijero se difumina debido al color oscuro de la pared.

Por último, cabría mencionar que a partir de 1803 el Diccionario de la Real Academia añade a la entrada guitarron la definición “Hombre sagaz y picaron”(12). Encontramos un interesante ejemplo de esta utilización del término en la tonadilla La tabernilla y el vinatero (1788) de Pablo Esteve:

“[…] o que me dejen prenda que yo no fío, a todo está el ciego, ya es buen guitarrón […]”(13).

Notas -------------------------------

(1) REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. “Guitarrillo”. En: Diccionario de la Lengua Castellana compuesto por la Real Academia Española, reducido á un tomo para su más fácil uso. Madrid, Viuda de Ibarra, 1803, p. 447.

(2) REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. “Guitarron”. En: Diccionario de la Lengua Castellana, en que se explica el verdadero sentido de las voces, su naturaleza y calidad, con las phrases o modos de hablar […], Madrid, Imprenta de la Real Academia Española, por los herederos de Francisco del Hierro, tomo cuarto, 1734, p. 98.

(3) Ibidem.

(4) REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. “Guitarron”. En: Diccionario de la Lengua Española compuesto por la Real Academia Española, reducido á un tomo para su más fácil uso, Madrid, por D. Joaquin Ibarra, 1780, p. 512.

(5) LOSADA, Luis de. La juventud triunfante, representada en las fiestas, con que celebrò el Colegio Real de la Compañía de Jesus de Salamanca la Canonizacion de S. LUIS GONZAGA y S. STANISLAO KOSTKA […],Valladolid, Imprenta de la Congregacion de la Buena Muerte, 1746, p. 307.

(6) Alvarado, Francisco. Cartas críticas que escribió el Rmo. padre maestro Fr. Francisco Alvarado, del órden de Predicadores, ó sea el Filósofo Rancio […], Madrid, Imprenta de E. Aguado, tomo II, 1824, p. 423.

(7) BERNAL OJEDA, Raimundo. Viene por mi i carga con usted. Travesura historico-novelesca de un curioso desocupado, Imprenta de “El Nucleo Liberal”, Bogotá, 1858, p. 150.

(8) ROMANILLOS VEGA, José Luis. “Catálogo”. En: La Guitarra Española – The Spanish Guitar, Madrid, 1992. Catálogo de las exposiciones que, sobre este instrumento, se efectuaron en Nueva York (1 de octubre 1991 - 5 de enero de 1992) y Madrid (20 de febrero - 12 de abril de 1992), p. 113.

(9) LEAL PINAR, Luis F. Guitarreros de Madrid Artesanos de prima y el bordón, Madrid, Luis F. Leal Pinar y Ediciones Dulcinea, 2008, p. 468.

(10) TAMARIT VALLÉS, Inmaculada. Representaciones de la mujer española en el imaginario francés del siglo XVIII (Tesis doctoral), Valencia, Universitat de Valencia, 2003, p. 265.

(11) PIGAULT-LEBRUN, Guillaume. La Locura Española, Barcelona, Imprenta y Librería de D.M. Saurí, tomo primero, 1837, p. 112.

(12) REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. “Guitarron”. En: Diccionario de la Lengua Castellana compuesto por la Real Academia Española, reducido á un tomo para su más fácil uso. Madrid, Viuda de Ibarra, 1803, p. 447.

(13) NÚÑEZ Faustino. Guía comentada de música y baile preflamencos (1750-1808), Barcelona, Ediciones Carena, 2008, p. 87.
 
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