Hola,
Ante todo muchísimas gracias a todos los que me habéis ayudado y aconsejado en este tema del que soy un absoluto novato.
La verdad es que lo he disfrutado muchísimo y estoy muy contento del resultado que es muchísimo mejor de lo que esperaba.
No os envié ninguna foto de la bandurria en su estado original. En las que os envié anteriormente, la bandurria ya estaba parcialmente reparada. Os explico un poco lo que he hecho:
1/ El instrumento presentaba una deformación de la boca muy acusada. El haber estado muchos años encordada y sin uso hizo que la tensión hundiera la tapa formando unos montículos en la unión del diapasón con la boca (eran montañas más que montículos). Con humedad y calor fui devolviéndole la forma original a la boca hasta dejarla totalmente plana.
Por otro lado, y debido a la deformación, la roseta había perdido varias piezas de nácar de los incrustados las cuales repuse con pequeñas piezas que fui tallando a mano a partir de botones de nácar que encontré por casa. Sorprendentemente ni yo mismo puedo distinguir las originales de las nuevas por ser exactamente del mismo color y tono.
2/ El diapasón original era de palosanto y estaba completamente podrido. Mediante calor y humedad lo retiré.
A partir de una pieza de ébano en bruto tallé un nuevo diapasón el cual pegué al mástil con cola de conejo a 60 grados. Lo que me costó varios intentos porque la cola se me enfriaba rápidamente. Calentando previamente las piezas conseguí que la cola tardara un poco más en secar. Al diapasón le dí una pequeña perdiente para conseguir una acción cómoda en todo el mástil.
Un amigo ingeniero y bandurrista de tronío me hizo el cálculo de la distancia de los trastes en relación al tiro de 278 mm que tiene la bandurria y me hizo una plantilla en autocad la cual imprimí en papel adhesivo y pegué al nuevo diapasón. Después marqué las lineas con una cuchilla y repasé las marcas con la sierra. Todo este proceso fue un calvario porque la sierra japonesa que compré era demasiado fina y los trastes no entraban. Tuve que ir poco a poco repasando las ranuras ladeando un pelín la sierra hasta conseguir colocar los trastes.
Después nivelé los trastes con una regla de aluminio, una cuchilla para ir nivelando los trastes de tres en tres, lijando, y finalmente, coronando los trastes.
3/ El clavijero estaba completamente negro y oxidado. Con una lija de agua fina conseguí darle un tono mate plateado que ha quedado muy bonito.
4/ Finalmente, tras haber ensayado previamente con otra guitarra, le dí un barniz a gomalaca. 5 o 6 manos, no demasiado.
Pero ahora viene lo mejor: le puse las cuerdas y resultó que la bandurria suena muy requetebien y afina perfectamente. Estoy seguro que es la suerte del principiante pero no me deja de sorprender.
Un saludo a todos y muchísimas gracias!