Sor, Fernando; Estudio op. 35, nº 22

Eliseo

Eliseo Fresquet-Serret
Estimados compañeros,
Me complace presentaros mi interpretación del Estudio op. 35, nº 22 de Fernando Sor, no sin antes hacer una pequeña explicación. En muchas composiciones, el dedo anular desempeña un papel muy importante. Pues bien, esta es una de esas piezas. La aprendí del profesor Graciano Tarragó en el año 1.960. La digitación está repartida entre los dedos anular, medio e índice, naturalmente el pulgar tiene alguna actuación. El anular cuando ataca, lo hace por encima de las demás notas y apoyando, el medio y el índice en forma de arpegio.
Una vez más, espero no defraudar a nadie. Gracias por vuestro tiempo y atención.
Saludos desde Lloret de Mar, Costa Brava, Girona:smile:

Eliseo Fresquet-Serret

http://youtu.be/jqLLqvr-mb0
 
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Y esto que apunta Julio estoy seguro que es bajo una visión de ese estudio que incluya todas sus peculiaridades/necesidades musicales y expresivas (o, al menos, las que solemos contemplar en el presente).
Y es que este estudio es un ejemplo muy claro de la original forma de componer de Sor: una pieza con apariencia de melodía acompañada, pero en la que todas las voces cantan.
 
Estoy completamente de acuerdo con los comentarios de Julio.
Saludos

Eliseo Fresquet-Serret
 
Hola, amigos,

No soy especialmente integrista de mantener la digitación original de los autores ni de seguir al pié de la letra sus recomendaciones o prescripciones.

Pero después de aprender el opus 9 de Sor y de digitar la coda con demasiados anulares he empezado a valorar el ceñirme al uso del pulgar, el índice y el medio en algunas piezas de Sor... Haciendole caso a su método de 1830.

En este op.35 no. 22, la elección me parece clara... Para prácticamente la totalidad de la pieza...

Pero seguramente haya argumentos aún mejores a favor de evitar el anular en algunos pasajes de Sor: se me ocurre,por ejemplo el valse opus 51, no. 4
 
Hola, amigos,

No soy especialmente integrista de mantener la digitación original de los autores ni de seguir al pié de la letra sus recomendaciones o prescripciones.

Pero después de aprender el opus 9 de Sor y de digitar la coda con demasiados anulares he empezado a valorar el ceñirme al uso del pulgar, el índice y el medio en algunas piezas de Sor... Haciendole caso a su método de 1830.

En este op.35 no. 22, la elección me parece clara... Para prácticamente la totalidad de la pieza...

Pero seguramente haya argumentos aún mejores a favor de evitar el anular en algunos pasajes de Sor: se me ocurre,por ejemplo el valse opus 51, no. 4

Hola Silvestre,

En mi opinión tienes mucha razón en lo que dices del uso del anular en la música de Sor. Es un asunto sobre el que se ha hablado mucho y que, para el guitarrista moderno, al final se reduce a decidir si, aunque Sor no hubiese utilizado de ninguna manera ese dedo en determinada pieza, ni la hubiese compuesto pensando en la colaboración de ese dedo, el intérprete del siglo XXI (con la técnica del siglo XXI) puede/debe/necesita utilizarlo.

Pero en el op. 51 que mencionas (y no sólo en el número 4, sino en los seis de este opus), además de los argumentos que tú apuntas (o quizá entre ellos) hay que considerar otro más...

El opus 51 es, casi, el final de una saga de publicaciones con las que, desde su llegada a París en 1814, el 'peculiarísimo' Sor mantiene una especie de confrontación con sus seguidores, tanto si estos aceptaban su música como si le ponían 'peros'. Avanzo su título: À la bonne heure. Six valses Pour la Guitare Composées Selon le desir de quelques Amateurs, par Ferdinand Sor.

Aunque se habían publicado en Londres comenzando en 1814, los Douze Etudes del op. 6 aparecen en París hacia 1816 y son francamente complicados. Lo más probable (como ocurriría con su Fantaisie que ahora conocemos como el op. 7) es que el número de guitarristas franceses (aunque también españoles) que pudieran tocar con una cierta soltura el opus 6 completo pudiera contarse con los dedos de una mano, a lo sumo con los de las dos. La publicación de la Fantaisie en 1814, con una escritura a dos pentagramas y tres claves (y dificultades extremas) es evidentemente más una tarjeta de visita, una carta de presentación, que una edición con intenciones puramente comerciales. Pero me desvío... Lo que queria resaltar es la dificultad del op. 6 para los guitarristas de ese momento.

Muy poco después, en 1817, aparecen los Douze Etudes del op. 29. El nivel musical y de dificultad de esos estudios deja claro, si es que no lo estaba ya de sobra, la capacidad de Sor como guitarrista y como compositor de música para guitarra, pero tuvo que representar un claro desafío incluso para los guitarristas avanzados, y no digamos para los amateurs con menos nivel y dedicación.

No cabe duda de que esos dos opus de piezas dedicadas al ámbito didáctico dejarían claro el nivel guitarrístico de Sor pero, a mi modo de ver, servirían de poco (si acaso, de paradigma y/o de dignificación de su instrumento) a la multitud de aficionados que utilizaban la guitarra para acompañar delicadas canciones o tocar graciosas piezas de muy baja exigencia técnica.

Si damos un salto de unos diez años y echamos un vistazo a las Vingt Quatre Leçons, opus 31, que se publicaron en París en 1828, se hace evidente desde el principio la enorme diferencia de estas lecciones en comparación con los estudios de los opus 6 y 29, especialmente en cuanto a exigencia técnica. Las lecciones de 1828 son 'light' en comparación con los retos planteados por estudios. No es algo de lo que tengamos datos objetivos demasiado exactos pero todo apunta a que en esos aproximadamente diez años de mi planteamiento, los guitarristas franceses aumentaron considerablemente en número, pero sólo avanzaron ligeramente en su 'cualificación técnica'. Y todo ello tendría mucho que ver con la utilización, no tanto de la mano derecha (que es lo que da origen a este comentario) como de la mano izquierda que fue, sin duda, la que vio complicada su existencia a medida que los razonamientos de Sor y algunas tradiciones españolas iban impregnando el escenario francés.

El hecho de que el op. 31, aparecido en 1828, sea mucho más asequible de lo que lo fueran, una década atrás, las dos primeras colecciones didácticas de Sor podría responder a una adaptación a la 'dura realidad' por parte del guitarrista catalán, a una toma de conciencia de por dónde iban las exigencias, necesidades y capacidades del guitarrista francés medio.

Pero vuelvo al opus 51 y a la saga de ediciones que este opus intentaría cerrar...

Más allá de la necesidad de aprendizaje del instrumento y, por tanto, de ejercicios. lecciones o estudios, está la de disponer (en palabras de Carulli) de piezas 'agradables' que puedan interpretarse 'en público'. Y es esta necesidad a la que Sor trató de responder con algunas de sus publicaciones.

Al poco de aparecer su Méthode (o tal vez incluso antes porque el método de Sor aparece ya en 1831), Sor publica su opus 43 que lleva un curiosísismo título: "Mes Ennuis. Six Bagatelles Pour la Guitare Composées et Dédiés à qui les voudra par Ferdinand Sor", título que pienso que podría traducirse como: "'Mis incordios [fastidios, problemas]. Seis bagatelas para guitarra. Compuestas y dedicadas a quien las quiera".

Su opus 45 se titula Voyons si c’est ça pero, lo que podríamos considerar el subtítulo, continúa: Six Petites Pièces Faciles Pour la Guitare dont le bût est de conduire graduellement à ce que l’on est convenu d’appeler difficulté. Composées et Dédiées à celui qui aure le moins patience, par Ferdinand Sor. La traducción podría ser: 'A ver si es esto. Seis piececitas fáciles para guitarra cuyo objetivo es conducir gradualmente hasta lo que se ha convenido en llamar dificultad. Compuestas y dedicadas a los que tienen menos paciencia".

El opus 48 lleva el título Est-ce bien ça? y continúa Six Pieces Pour la Guitare Composées et Dédiées à quelques amateurs par Ferdinand Sor. Sintomático. El título dice algo así como: ¿Está bien? (¿Es correcto ya?, ¿Sirve?) y lo más interesante es el 'quelques': Sor no dedica estas bagatelas a todos los aficionados, sino sólo a 'algunos'...

Este opus 48 va precedido de una página en la que Sor da algunas explicaciones que nos permiten tener una mejor visión de todo este asunto. Pero a partir de aqui concluyo este 'relato' con un texto que hace 15 años me envió la persona que me puso sobre aviso de esta 'saga' de ediciones de Sor, de estos opus que van siendo episodios de la 'confrontación' de Sor con sus 'seguidores': Jesuo de la Heras.

El 26/03/1998, Jesuo escribió:
En la opus 48 ya hay un prólogo en que se explica algo más esta serie de opus, hay notas a pie de página y la música misma es más irónica. Explica que una obra de este tipo le había sido pedida reiteradamente desde 1814 -cuando llegó de España-, y que por fin la estaba escribiendo para su editor -que era él mismo- :), y que había evitado armonías y bajos que no hubiesen aprobado Haydn, Mozart o Beethoven. Evidentemente, es una sátira de la música facilona de los italianos contemporáneos suyos Giuliani, Carcassi Carulli y otros más. En su opus 51 da fin a esta mofa, titulándola A la bonne heure!, que yo traduciría por "¡Por fin!". En el prólogo, dice que algunos "entendidos" le han dicho que su opus 48 no parece suya, y que le piden que escriba algo que, sin perder el carácter de sus obras, tenga bajos del género que le son más familiares, lo que Sor considera tarea bastante difícil, pues los que no tienen ni el tiempo ni las ganas de estudiar es dudoso que puedan tocarla sin cascarse la caberza buscando la digitación ni fatigar sus dedos al practicar esos pasajes. Añade que siempre había considerado esas consideraciones como propias del editor al que no interesa más que la venta, pero que al convertirse en editor él mismo, las encuentra de una solidez que no había visto hasta entonces. Por eso dice que ha compuesto seis valses sin emplear más que posiciones usuales, y ha aprovechado las cuerdas al aire siempre que ha podido, ha usado casi tantos números como cuerdas, o sea: que ha hecho lo que debía hacerse. Por eso le dijeron que había sido muy amable, es decir, que uno de los que vio sus dos primeros valses había gritado "Bonne heure!" (¡Por fin!), y que esa expresión había adulado tanto su amor propio que la había adoptado como titulo para la obra. Termina Sor este prefacio a su opus 48 diciendo que ruega a estos señores "acepten el testimonio del respeto más profundo con el que tiene el honor de ser su más humilde servidor Fernando Sor" :).

Y ahora termino (ya era horita :roll:) volviendo al asunto inicial, el de que el opus 51 es uno de los opus en los que se debería evitar el uso del anular...

¿Imaginaríamos que en el culmen de la simplificación; en el último episodio de una serie de intentos de que los amateurs dieran su visto bueno a las piezas 'agréables' de Sor e, incluso, pudieran tocarlas; en el opus que, ¡por fin!, había conseguido adecuarse a las capacidades de la mayoría de aficionados; Sor se hubiese vuelto técnico y erudito, pasando incluso por encima de sus propias recomendaciones y hubiese escrito piezas que necesitasen del uso de un dedo, el anular, que la mayoría de los franceses (al igual que Sor) sólo utilizaban en contadísimas ocasiones?

Va a ser que no...

8)
 
Hola, Luis,

Gracias por documentar y desarrollar esta faceta del trabajo de Sor... da gusto...

Pero en el op. 51 que mencionas (y no sólo en el número 4, sino en los seis de este opus), además de los argumentos que tú apuntas (o quizá entre ellos) hay que considerar otro más...

En realidad el opus 51 nº 4, en sí, era mi argumento: se lo propuse a una alumna la pasada primavera y me dí cuenta de que no tenía sentido usar el anular en el arpegio del primer tema del vals... su ejecución se complica muchísimo más, aún teniendo "algo" de manejo con la guitarra con una técnica más o menos "moderna"...

No seguí leyendo el opus 51 demasiado en serio... ni siquiera continué estudiando ese vals mucho más allá... así que no puedo opinar sobre el resto de los números...

Os dejo un enlace aunque constituya una prueba de cómo falto a mis promesas, por si os pica la curiosidad y para que escuchéis un poco la pieza de la que hablamos, aunque tenga que ser en mi pobre lectura: http://cuttlefishinc.blogspot.com.es/2013/03/landler-vs-valse.html

En cuanto al opus 35, nº 22, a lo que me refiero es a que no creo que haya que restringir el uso del pulgar a la primera nota (el bajo) del primer compás y pasarse el resto de los siguientes 4 compases o más digitando la derecha con anular, medio e índice, que es algo que podría cuadrar con una técnica "actual"... una vez tuve un alumno que sólo tocaba la primera cuerda con el anular, la segunda con el medio, la tercera con el índice, etc... : había aprendido lo poco que sabía pegándose con el romance anónimo y con esa idea en la cabeza su forma de digitar era de lo más "razonable"...

Bueno...

No quiero robaros más tiempo
 
Ha sido para mí un gran placer, haber leído cosas tan interesantes sobre Fernando Sor.
Saludos:p

Eliseo Fresquet-Serret
 
Aprovechando que aun me queda fuerza en los dedos, me he visto capaz de grabarme en casa.
Gracias por vuestro tiempo y paciencia.

Hola Eliseo,

En mi humilde opinión es una de las pequeñas piezas más bonitas de Sor y siempre es agradable escucharla de nuevo. Muchas gracias por tu grabación.
 
Pues mira Ricardo, nuestras humildes opiniones coinciden y esto me alegra sobremanera. Gracias por tu tiempo y tu amable atención.
Desde Lloret de Mar, Costa Brava, te envío un gran saludo.

Eliseo Fresquet-Serret
 
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