Hola, amigos,
No soy especialmente integrista de mantener la digitación original de los autores ni de seguir al pié de la letra sus recomendaciones o prescripciones.
Pero después de aprender el opus 9 de Sor y de digitar la coda con demasiados anulares he empezado a valorar el ceñirme al uso del pulgar, el índice y el medio en algunas piezas de Sor... Haciendole caso a su método de 1830.
En este op.35 no. 22, la elección me parece clara... Para prácticamente la totalidad de la pieza...
Pero seguramente haya argumentos aún mejores a favor de evitar el anular en algunos pasajes de Sor: se me ocurre,por ejemplo el valse opus 51, no. 4
Hola Silvestre,
En mi opinión tienes mucha razón en lo que dices del uso del anular en la música de Sor. Es un asunto sobre el que se ha hablado mucho y que, para el guitarrista moderno, al final se reduce a decidir si, aunque Sor no hubiese utilizado de ninguna manera ese dedo en determinada pieza, ni la hubiese compuesto pensando en la colaboración de ese dedo, el intérprete del siglo XXI (con la técnica del siglo XXI) puede/debe/necesita utilizarlo.
Pero en el op. 51 que mencionas (y no sólo en el número 4, sino en los seis de este opus), además de los argumentos que tú apuntas (o quizá entre ellos) hay que considerar otro más...
El opus 51 es, casi, el final de una saga de publicaciones con las que, desde su llegada a París en 1814, el 'peculiarísimo' Sor mantiene una especie de confrontación con sus seguidores, tanto si estos aceptaban su música como si le ponían 'peros'. Avanzo su título:
À la bonne heure. Six valses Pour la Guitare Composées Selon le desir de quelques Amateurs, par Ferdinand Sor.
Aunque se habían publicado en Londres comenzando en 1814, los
Douze Etudes del
op. 6 aparecen en París hacia 1816 y son francamente complicados. Lo más probable (como ocurriría con su
Fantaisie que ahora conocemos como el
op. 7) es que el número de guitarristas franceses (aunque también españoles) que pudieran tocar con una cierta soltura el opus 6 completo pudiera contarse con los dedos de una mano, a lo sumo con los de las dos. La publicación de la
Fantaisie en 1814, con una escritura a dos pentagramas y tres claves (y dificultades extremas) es evidentemente más una tarjeta de visita, una carta de presentación, que una edición con intenciones puramente comerciales. Pero me desvío... Lo que queria resaltar es la dificultad del op. 6 para los guitarristas de ese momento.
Muy poco después, en 1817, aparecen los
Douze Etudes del
op. 29. El nivel musical y de dificultad de esos estudios deja claro, si es que no lo estaba ya de sobra, la capacidad de Sor como guitarrista y como compositor de música para guitarra, pero tuvo que representar un claro desafío incluso para los guitarristas avanzados, y no digamos para los
amateurs con menos nivel y dedicación.
No cabe duda de que esos dos opus de piezas dedicadas al ámbito didáctico dejarían claro el nivel guitarrístico de Sor pero, a mi modo de ver, servirían de poco (si acaso, de paradigma y/o de dignificación de su instrumento) a la multitud de aficionados que utilizaban la guitarra para acompañar delicadas canciones o tocar graciosas piezas de muy baja exigencia técnica.
Si damos un salto de unos diez años y echamos un vistazo a las
Vingt Quatre Leçons,
opus 31, que se publicaron en París en 1828, se hace evidente desde el principio la enorme diferencia de estas lecciones en comparación con los estudios de los opus 6 y 29, especialmente en cuanto a exigencia técnica. Las lecciones de 1828 son 'light' en comparación con los retos planteados por estudios. No es algo de lo que tengamos datos objetivos demasiado exactos pero todo apunta a que en esos aproximadamente diez años de mi planteamiento, los guitarristas franceses aumentaron considerablemente en número, pero sólo avanzaron ligeramente en su 'cualificación técnica'. Y todo ello tendría mucho que ver con la utilización, no tanto de la mano derecha (que es lo que da origen a este comentario) como de la mano izquierda que fue, sin duda, la que vio complicada su existencia a medida que los razonamientos de Sor y algunas tradiciones españolas iban impregnando el escenario francés.
El hecho de que el op. 31, aparecido en 1828, sea mucho más asequible de lo que lo fueran, una década atrás, las dos primeras colecciones didácticas de Sor podría responder a una adaptación a la 'dura realidad' por parte del guitarrista catalán, a una toma de conciencia de por dónde iban las exigencias, necesidades y capacidades del guitarrista francés medio.
Pero vuelvo al
opus 51 y a la saga de ediciones que este opus intentaría cerrar...
Más allá de la necesidad de aprendizaje del instrumento y, por tanto, de ejercicios. lecciones o estudios, está la de disponer (en palabras de Carulli) de piezas 'agradables' que puedan interpretarse 'en público'. Y es esta necesidad a la que Sor trató de responder con algunas de sus publicaciones.
Al poco de aparecer su
Méthode (o tal vez incluso antes porque el método de Sor aparece ya en 1831), Sor publica su
opus 43 que lleva un curiosísismo título: "
Mes Ennuis. Six Bagatelles Pour la Guitare Composées et Dédiés à qui les voudra par Ferdinand Sor", título que pienso que podría traducirse como: "'Mis incordios [fastidios, problemas]. Seis bagatelas para guitarra. Compuestas y dedicadas a quien las quiera".
Su
opus 45 se titula
Voyons si c’est ça pero, lo que podríamos considerar el subtítulo, continúa:
Six Petites Pièces Faciles Pour la Guitare dont le bût est de conduire graduellement à ce que l’on est convenu d’appeler difficulté. Composées et Dédiées à celui qui aure le moins patience, par Ferdinand Sor. La traducción podría ser: 'A ver si es esto. Seis piececitas fáciles para guitarra cuyo objetivo es conducir gradualmente hasta lo que se ha convenido en llamar dificultad. Compuestas y dedicadas a los que tienen menos paciencia".
El
opus 48 lleva el título
Est-ce bien ça? y continúa
Six Pieces Pour la Guitare Composées et Dédiées à quelques amateurs par Ferdinand Sor. Sintomático. El título dice algo así como: ¿Está bien? (¿Es correcto ya?, ¿Sirve?) y lo más interesante es el 'quelques': Sor no dedica estas bagatelas a
todos los aficionados, sino sólo a 'algunos'...
Este opus 48 va precedido de una página en la que Sor da algunas explicaciones que nos permiten tener una mejor visión de todo este asunto. Pero a partir de aqui concluyo este 'relato' con un texto que hace 15 años me envió la persona que me puso sobre aviso de esta 'saga' de ediciones de Sor, de estos opus que van siendo episodios de la 'confrontación' de Sor con sus 'seguidores': Jesuo de la Heras.
El 26/03/1998, Jesuo escribió:
En la opus 48 ya hay un prólogo en que se explica algo más esta serie de opus, hay notas a pie de página y la música misma es más irónica. Explica que una obra de este tipo le había sido pedida reiteradamente desde 1814 -cuando llegó de España-, y que por fin la estaba escribiendo para su editor -que era él mismo- , y que había evitado armonías y bajos que no hubiesen aprobado Haydn, Mozart o Beethoven. Evidentemente, es una sátira de la música facilona de los italianos contemporáneos suyos Giuliani, Carcassi Carulli y otros más. En su opus 51 da fin a esta mofa, titulándola A la bonne heure!, que yo traduciría por "¡Por fin!". En el prólogo, dice que algunos "entendidos" le han dicho que su opus 48 no parece suya, y que le piden que escriba algo que, sin perder el carácter de sus obras, tenga bajos del género que le son más familiares, lo que Sor considera tarea bastante difícil, pues los que no tienen ni el tiempo ni las ganas de estudiar es dudoso que puedan tocarla sin cascarse la caberza buscando la digitación ni fatigar sus dedos al practicar esos pasajes. Añade que siempre había considerado esas consideraciones como propias del editor al que no interesa más que la venta, pero que al convertirse en editor él mismo, las encuentra de una solidez que no había visto hasta entonces. Por eso dice que ha compuesto seis valses sin emplear más que posiciones usuales, y ha aprovechado las cuerdas al aire siempre que ha podido, ha usado casi tantos números como cuerdas, o sea: que ha hecho lo que debía hacerse. Por eso le dijeron que había sido muy amable, es decir, que uno de los que vio sus dos primeros valses había gritado "Bonne heure!" (¡Por fin!), y que esa expresión había adulado tanto su amor propio que la había adoptado como titulo para la obra. Termina Sor este prefacio a su opus 48 diciendo que ruega a estos señores "acepten el testimonio del respeto más profundo con el que tiene el honor de ser su más humilde servidor Fernando Sor" .
Y ahora termino (ya era horita :roll
volviendo al asunto inicial, el de que el opus 51 es uno de los opus en los que se debería evitar el uso del anular...
¿Imaginaríamos que en el culmen de la simplificación; en el último episodio de una serie de intentos de que los
amateurs dieran su visto bueno a las piezas 'agréables' de Sor e, incluso, pudieran tocarlas; en el opus que,
¡por fin!, había conseguido adecuarse a las capacidades de la mayoría de aficionados; Sor se hubiese vuelto técnico y erudito, pasando incluso por encima de sus propias recomendaciones y hubiese escrito piezas que necesitasen del uso de un dedo, el anular, que la mayoría de los franceses (al igual que Sor) sólo utilizaban en contadísimas ocasiones?
Va a ser que no...
8)