Re: XV Ciclo de Conciertos "Aureo Herrero", 15.08-05.09 2010 - El Barraco, ESPAÑA
Termina el XV Ciclo de Conciertos Áureo Herrero con un precioso recital de la coral “La Moraña” de Arévalo dirigida por el jovencísimo y brillante Ángel Fernández en la Iglesia Parroquial Nuestra Señora de la Asunción de El Barraco, poniendo un broche de oro a un ciclo de conciertos que se iniciaba con una interesantísima exposición de oleos y acuarelas del pintor abulense Francisco Hernández Sánchez. Ha habido una gran afluencia de público (lleno casi todas las noches) y una elevada calidad musical de mano de intérpretes fenomenales, tanto los solistas como los grupos camerísticos e instrumentales.
El Público
Todos los intérpretes destacan el calor y la atención de los oyentes en el salón Áureo Herrero de El Barraco. El silencio y el respeto por los diferentes estilos musicales; la atención más cercana por la música que se está oyendo; los aplausos cerrados cuando las interpretaciones han sido del agrado del público, hacen de esta sala un lugar proclive a la comunicación artística, musical y humana. No importa si se trata de Zarzuela, Jazz o de música del silgo XXI, si es buena música y está bien tocada, la gente responde.
No en vano son ya 15 años de conciertos de todos los estilos y los vecinos amantes de la buena música de El Barraco y pueblos aledaños son ya verdaderos expertos en todo tipo de recitales. Es muy grato ver como al final de un concierto especialmente intenso, la gente se agolpa en el pequeño camerino reservado al músico para pedirle autógrafos, o simplemente darle la enhorabuena con la más sincera de las emociones.
Los Intérpretes
Desde un principio esta iniciativa cultural se pensó como una decidida apuesta por los músicos y artistas abulenses y asimismo por dar al ciclo de conciertos un perfil de carácter nacional e internacional. Estos objetivos se han cubierto con creces en esta edición: los fantásticos recitales del joven pianista Antonio Bernaldo de Quirós que lució una fantasía y virtuosismo propias de un pianista profesional en la Sonata Op. 26 de Beethoven y en “Juegos de agua” de Maurice Ravel; el grupo de cámara Hespérides con al guitarrista Adrián Calvo y la flautista Ana María Pérez; el sentido homenaje que rindieron los alumnos a su profesor del conservatorio Tomás Luis de Victoria, Salvador Gómez Tejeda, con Pedro Mateo, Begoña González, Sara López Veneros, Jesús Gutiérrez (autor de uno de los estrenos absolutos del ciclo) y Miguel Ángel Aguiló; un emotivo recital poético en el año del centenario del poeta Miguel Hernández nos permitió escuchar los poemas de Carlos Aganzo, Roberto Rodríguez, Mario Pérez Antolín, Ana Agustín, José Pulido y José María Muños Quirós, acompañados por los músicos Jorge González y Carlos Serna Rodríguez; el estupendo concierto de guitarra de Javier Maíz y Carlos Díaz; la interpretación con instrumentos originales del s. XIX con el dúo formado por Pablo de la Cruz y José Antonio García; un estupendo trío de viento, ArunTrio en el que la música del s. XX (Sandor Veress, Jean Françaix y Jacques Ibert) lleno de luz y colorido “circense” el pequeño auditorio de El Barraco; el grupo Ávila Pulso y Púa, en esta ocasión con un repertorio más clásico y que de año en año van progresando de la mano de su directora Elena Berrón y que dejó versiones bellísimas para recordar como el arreglo del tema principal de la película “La Vida es Bellla”; la coral Amicus Meus con Gustavo Sánchez al frente hizo las delicias del público con un acertado repertorio religioso.
Carácter Internacional
El recital ofrecido por José Luis Rodrigo, célebre guitarrista y catedrático, maestro de generaciones de guitarristas, fue el punto culminante del verano musical barraqueño. El maestro Rodrigo estuvo soberbio en la clásica Sonata Op.22 de Fernando Sor, seguida de una no menos brillante “Sonatina” de Moreno-Torroba. La guitarra de Rodrigo sonó plena de un sonido noble, poderoso y evocador en quizá, la obra más sugerente del repertorio guitarrístico español del s.XX, “Collectici Intim” del valenciano Vicente Asencio. En la sala se hallaban personalidades del mundo de la música como el compositor de uno de los estrenos del ciclo, Miguel del Barco. Este ha sido el “ciclo de los estrenos” si juzgamos por la calidad y número de obras que por vez primera han visto la luz delante de una auditorio. Además de “Cuatro Piezas Breves” de Miguel del Barco, hemos asistido al estreno del Quinteto Op.6 de Antonio Domínguez para cuarteto de cuerda y guitarra, obra fantástica con sonoridades que recuerdan a otro compositor suizo, Frank Martin y al brasileño Heitor Villa-lobos. También se estrenaron obras de compositores como Raymond Vauterin, Paolo Ugoletti y Benoît Ducène con una calurosa acogida.
El guitarrista italiano Arturo Tallini dejó claro que la música de la más absoluta vanguardia puede “llegar” y emocionar al público si está bien tocada. La increíble “Serenata para una Satélite” de Bruno Maderna y “Chahack” de M. Pisati provocaron enormes aplausos. Unas explicaciones breves, concisas y acertadas; una puesta en escena casi teatral; una técnica “invisible”, un “auditorio entregado” y una sala con una bella acústica, según palabras de J. Suárez-Pajares, hicieron de este concierto una auténtica revelación. Esperamos que el Sr. Tallini vuelva por El Barraco en próximas ocasiones.
El concierto y conferencia del también italiano Piero Bonaguri, así como el NoiZ Guitar Duo con los incríbles guitarristas Dora Nakou y Pedro Izquierdo; el pianista Adalberto Riva con un recital en el año del bicentenario de Federico Chopin (presentado en una evocadora e interesante conferencia por María Elisa Martín al comienzo del recital); Karim Samah, y los componentes del Cuarteto Isadora (Evgeny Syrkine, Celia Sanabria, Artachev Kazarian y Mikhail Milman), completan una presencia internacional que hacen de estas veladas musicales un lujo en toda regla.
Tardes inolvidables
No queremos terminar este resumen sin destacar el bello recital de arias de zarzuela que ofreció la bella soprano Beatriz Fernández Campomanes. Sabiamente acompañada del pianista José Ramón Echezarreta, recorrió con dulzura, garbo y pasión, las más bellas obras de nuestra música más española. El jazz más clásico y a la vez más moderno del grupo liderado por Juan Carlos de la Fuente, Jambol, y para finalizar, el concierto con el que se abrió el ciclo de conciertos, ofrecido por Antonio Hernández-Gil, discípulo de Áureo Herrero, que puso de relieve con una magnífica y serena interpretación de las Variaciones Op.16 de Fernando Sor y la “Suite nº3” de J.S.Bach las magistrales enseñanzas que durante largos años recibió de su maestro y que puso “la piedra de toque” de un ciclo que se anunciaba más que intenso.
Agradecimientos al Ayuntamiento de El Barraco por su apoyo constante y mantenido a esta iniciativa cultural, así como a Caja de Ávila, Diputación de Ávila y Junta de Castilla y León y a todas las personas que con su aplauso y entusiasmo, con su trabajo y dedicación, han hecho posible un año más, que la música llegue a lo más profundo de nuestros corazones.