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Eusebio Rioja dijo:Pues no sé qué pasa, que llevo días intentando ingresar en el foro y no lo consigo. A lo mejor es que soy muy torpe con los medios informáticos. Me sigue gustando más la conversación sosegada y "cara a cara", y con un "cafelito" delante.
AG No quisiera tratar del café como el maestro Segovia trataba del flamenco, pero llamar cafelito a la cosa negra que bebéis por allí me parece muy impropiamente generoso. No me atrevo a decir que estáis al nivel de los americanos, cuyo café Heitor Villa-Lobos -escogiendo expresarse en francés porque estaba en Hollywood y aún tenía que cobrar de los productores que aquel café le habian servido- calificaba de "pipi de chat", pero es cierto que entre España y el café hay un malentendido me temo que irremediable.
Eusebio Rioja dijo:Por el contrario, creo que una de las cuestiones importantes que planteo en mi artículo, es considerar al Arte Flamenco como un ARTE. Y lo escribo con mayúsculas. El Arte Flamenco no es un folclore. El folclore -o los folclores- son REPETITIVOS, pero el ARTE es creativo. Y creo que ahí es donde reside la equivocación de Segovia, de Falla, de Lorca... y de tantos otros contemporáneos.
AG Lo que subrayas es importante, y tenemos que entenderlo bien. Creo que ellos consideraban el cante jondo solamente como reperto de arqueología musical y de su conservación se preocupaban: hasta aquí todo bien - eran grandes personas, grandes músicos y grandes artistas. Yo no creo que ellos no percibieran un futuro del cante jondo: es que identificaban aquel futuro con la elaboración que, de los textos poéticos y de la música del cante, ellos mismos habrían hecho en sus obras cultas, como de hecho hicieron magistralmente (me refiero a don Manuel y a Federico), es decir, el cante habría tenido - segun ellos - su existencia natural en una confluencia hacia el arte clásico, en una perspectiva de transfiguración. Supongo que su falta de fe en un futuro del cante como un ensimismo - y no como un afluente - dependía de su desencanto hacia la sociedad, cuya evolución ellos consideraban ajena al tipo de poética (literaria y musical) propia del cante: desecha la sociedad que lo había originado, desecho el cante. La muerte de Antonio el Camborio cantada por García Lorca es la metáfora del fin de un mundo: con ello, se acababa también el cante. Y Falla se despidió aún más pronto del cante, con evidente decepción: el fracaso del concurso de 1922 siendo la demostracion evidente de que faltaba en la sociedad una percepción de los valores tradicionales, ¿cuál habría podido ser el futuro de un tipo de cultura que no era capaz de reconocer su pasado? Pasó en Italia algo parecido con la noble tradición de la cancion napolitana... Entonces yo comprendo que ellos no comprendieron. Y comprendo que Segovia haya rechazado a Paco de Lucía, aunque no comparto ni su rechazo ni las expresiones que él adoptó. Cuidado: es mucho mas fácil, para personas de dos generaciones siguientes, "comprender".
Eusebio Rioja dijo:¿Qué hacemos los aficionados por acercar el Flamenco a los jóvenes?
AG Nada. Que se acerquen ellos, si pueden, y si no pueden, lástima para ellos.