Arturo Garés
Socio de la AGA
Esta tarde, un alumno aventajado de Manolo Franco ha probado a todas mis niñas, desde la botija a la flamenquita y como le pedí que hiciera honor al apellido de su maestro creo que así lo hizo.
Además de resaltar la comodidad en su conjunto , peso, acción , brazo...,quedó sorprendido de la potencia y calidad de los bajos hasta el punto que me dio la impresión de que los elogios eran exagerados pero entendí que pudieron ser sinceros cuando acto seguido me dijo que los agudos carecían de brillantez apagados por la profundidad de los bordones.En una palabra, los bajos se comían literalmente a los agudos y una sola de ellas, la segunda, le pareció totalmente equilibrada, pues los bajos eran menos potentes.Y ahí el dilema, ¿que habrá que hacer para despertar a esos agudos sin tener que adormilar a los graves?. Teóricamente los resultados tendrían que ser otros, pues precisamente en esa segunda guitarra, por desconocimiento de tema, traté exactamente igual la tapa en la zona de agudos que en los graves, rebajando la misma cantidad de madera por ambos lados hasta conseguir la total simetría. Posteriormente, en las siguientes y atendiendo a todo lo que se ha escrito sobre el tema fui quitando cada vez mas madera en los graves, hasta límites suicidas, dejando la zona de agudos con mayor rigidez (2,3 a 2,5 en bordes). Mi pregunta es, ¿me quedé corto o me pasé?, aunque me temo que deben influir otros muchos factores, que se me escapan, para conseguir ese anhelado equilibrio. ¿Pudiera influir un cambio de cuerdas?. Hasta ahora solo he colocado juegos completos standar de naylon.
Para la próxima semana tiene este joven mucho interés en que las pruebe Manolo Franco y pulse esos bordones y que tal vez, con su experiencia, sepa como despertar a esos agudos.
A los viejos maestros que tanto esfuerzo habréis puesto para conseguir el equilibrio, ¿os ocurrió eso alguna vez?.Si no encuentro otra solución, que sean violines los que hagan el trabajo de agudos pero que no me toquen los bordones.
Espero una ayuda como el agua de mayo.
Además de resaltar la comodidad en su conjunto , peso, acción , brazo...,quedó sorprendido de la potencia y calidad de los bajos hasta el punto que me dio la impresión de que los elogios eran exagerados pero entendí que pudieron ser sinceros cuando acto seguido me dijo que los agudos carecían de brillantez apagados por la profundidad de los bordones.En una palabra, los bajos se comían literalmente a los agudos y una sola de ellas, la segunda, le pareció totalmente equilibrada, pues los bajos eran menos potentes.Y ahí el dilema, ¿que habrá que hacer para despertar a esos agudos sin tener que adormilar a los graves?. Teóricamente los resultados tendrían que ser otros, pues precisamente en esa segunda guitarra, por desconocimiento de tema, traté exactamente igual la tapa en la zona de agudos que en los graves, rebajando la misma cantidad de madera por ambos lados hasta conseguir la total simetría. Posteriormente, en las siguientes y atendiendo a todo lo que se ha escrito sobre el tema fui quitando cada vez mas madera en los graves, hasta límites suicidas, dejando la zona de agudos con mayor rigidez (2,3 a 2,5 en bordes). Mi pregunta es, ¿me quedé corto o me pasé?, aunque me temo que deben influir otros muchos factores, que se me escapan, para conseguir ese anhelado equilibrio. ¿Pudiera influir un cambio de cuerdas?. Hasta ahora solo he colocado juegos completos standar de naylon.
Para la próxima semana tiene este joven mucho interés en que las pruebe Manolo Franco y pulse esos bordones y que tal vez, con su experiencia, sepa como despertar a esos agudos.
A los viejos maestros que tanto esfuerzo habréis puesto para conseguir el equilibrio, ¿os ocurrió eso alguna vez?.Si no encuentro otra solución, que sean violines los que hagan el trabajo de agudos pero que no me toquen los bordones.
Espero una ayuda como el agua de mayo.
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