60 aniversario de Agustín Barrios

Gustavo Adolfo

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Bueno amigos:

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Solo quiero recordar hoy 7 de agosto de 2004 el aniversario de la muerte de este gran maestro, de él ya se ha hablado muchísimo en el foro asi que solo quiero hacer esta efeméride.

Un saludo

Gusk20
 
habra algun concierto en su honor ????
yo creo que si
pero en paraguay se le tomara el peso que tiene este compositor???
un abrazo
 
AGUSTIN BARRIOS - por Lucio Nuñez

Cuando los muy Jóvenes y laboriosos organizadores del Simposio 1986 me entrevistaron para invitarme a participar en el mismo, enseguida pasó por mi mente la idea de rendir un modesto y sincero homenaje a Agustín Barrios, a 42 años de su muerte y 101 años de su natalicio. Quiero aclarar que no soy ningún investigador ni erudito, pero me lleva a hacerlo mi admiración por el gran hombre y artista que fue, y mi amor por su preciosa música. La imagen de Barrios en nuestros tiempos - y más en nuestro país - está bastante rehabilitada de incomprensiones, de antiguas críticas, de subestimaciones, y su música goza en estos momentos de la preferencia de (nuestros) muchos guitarristas.
Su aporte musical e instrumental es importante, pero su figura se agiganta ante la trascendencia de su obra, que mostró al mundo el sentir de toda una raza, del pueblo indoamericano, y de América toda. Barrios es el hombre cósmico de América.
El gran guitarrista y músico paraguayo Sila Godoy, al enterarse de su muerte en 1944, escribió una emocionada y aleccionadora semblanza de la cual voy a extraer algunos conceptos: "Barrios fue un héroe romántico de la guitarra. Pero fue también un romántico de América. Y este maravilloso instrumento y su devoción al tema americano, es el que elevó su arte a alturas insospechadas. Porque Barrios, de haber reducido su vocación a un asunto de pura técnica instrumental, quizás hubiera sido, sí, el gran instrumentista, el intérprete admirable que fue, pero no hubiese podido alcanzar, tal vez, esa densidad e intensidad que tiene su creación musical si no hubiera obedecido la imperiosa voz, que desde la hondura de su espíritu, le mandaba hacer caminos por rutas americanas para recoger lo americano, con esa excepcional capacidad de captación intuitiva que lo caracterizó. Porque Barrios no fue solamente un afortunado intérprete de la música clásica. La parte más viva e interesante de su personalidad de artista radica en el hecho de que supo sentir y expresar sin recurrir a fáciles recursos de efecto o de postura, "la peculiaridad íntima de la música americana..."
... "Era pasmosa su capacidad de captación folklórica. A su paso por los distintos pueblos del continente, se paraba un instante a escuchar, comprendía enseguida el alma de la región, y pronto le hacia oír, vestida de arte y de emoción, su propia voz. Hay países en América en que las composiciones de Barrios sobre motivos autóctonos no han sido superadas por los propios músicos nativos..."
... "El variado paisaje americano no tuvo para él enigmas ni secretos. El intinerario de su peregrinaje artístico por tierras de América, que nunca estuvo sujeto a planes prefijados, indica, sin embargo, una razón oculta y no una veleidad arbitraria en la orientación de sus pasos. Barrios estaba allí, donde su despierta sensibilidad podía extraer el material más duro, el momento de más alta tensión poética, para su labor creadora. Y a esto se debió tal vez su fecundidad y la calidad intrínseca de su obra..."
San Juan Bautista de las Misiones, actual capital del departamento de Misiones, antigua población fundada por los jesuitas, se halla enclavada en el interior del territorio paraguayo, entre esas dos poderosas vértebras fluviales que son el río Paraguay y el río Paraná, cien kilómetros al sur de Asunción. Es una zona muy rica en ganadería y agricultura y luego de la guerra de la Triple Alianza, quedó prácticamente el país diezmado, perdiendo gran cantidad de hombres. A esa zona rica fueron algunos hacendados correntinos, y se establecieron. De Corrientes, llegó la familia de Don Doroteo Barrios, quien contrajo nupcias con Doña Martina Ferreira. Ellos fueron los padres de Agustín Pío Barrios, primogénito de cuatro varones y vino al mundo el 5 de mayo de 1885. Tanto él como sus hermanos Francisco Martín, Héctor y Virgilio, se inclinaron hacia el arte, la literatura y el estudio en general. Mucho tuvo que ver la buena disposición del padre y la preparación de la madre, quien era maestra de escuela, y había formado en San Juan una escuela amateur de teatro. Agustín y sus hermanos, desde pequeños, tuvieron aptitudes para la música, tocando cualquier instrumento que estuviera al alcance de sus manos. Se cree que desde los 8 años comenzó a pulsar la guitarra en forma intuitiva, y mucho tuvo que ver la influencia de un guitarrista popular, sumamente habilidoso, que era hermano del cura párroco P. Gabino Rojas, a quien le decían "Pilo" Rojas. Cabe destacar que a Monseñor Gabino Rojas se le debe la construcción del teatro San Juan Bautista. El niño Barrios fue creciendo, evidenciando no solo condiciones excepcionales para la música, sino también para las Humanidades y las Matemáticas. Cuando estaba ya terminando su instrucción primaria, conoció a Don Gustavo Sosa Escalada, excelente cultor de la guitarra, escritor, periodista, quien anduvo - por razones de negocios - por San Juan, y se intereso por Agustín, aconsejando a sus padres trasladarlo a Asunción para continuar su bachillerato y ofreciéndose el para guiarlo en la disciplina instrumental. A los 14 años se traslada a Asunción para seguir el bachillerato, y además de trabajar instrumentalmente con Don Gustavo Sosa Escalada, completa su formación musical con el maestro italiano Niccoló Pellegrini, director de banda, músico de gran valor, compositor de obras basadas en el folklore guaraní, considerado como el extranjero que mejor había captado el alma de la música paraguaya. De Don Sosa Escalada podemos señalar que su formación musical y guitarrística la adquirió en Buenos Aires, donde fue discípulo del maestro español Carlos García Tolsa.
Terminado el bachillerato, Agustín se dedica, además de profundizar la música e impartir clases, al periodismo, trabajando en periódicos de Asunción. A los 25 años decide comenzar con lo que sería su destino, y como los trovadores del medioevo, recorrer caminos, dando a conocer su arte.
Comienza por las provincias del Nordeste argentino, hasta llegar a Buenos Aires, aproximadamente hacia 1910. Desde 1912 hasta el año 1928, graba en Buenos Aires para el sello Odeón sus composiciones en numero de 36, en discos de 78 RPM. También en 1912 viaja a Uruguay, donde conoce a Don Martín Borda y Pagola, gran aficionado a la guitarra, hombre de campo, estanciero, y se transforma en su mejor amigo, su mecenas y depositario también de buena parte de sus obras.
Establece su cuartel general en Montevideo y desde allí viaja al interior del Uruguay y países vecinos. Barrios, en cualquier parte que tocara, tenía mucho éxito y cosechaba grandes relaciones y amistades, no solo por su arte Guitarrístico sino por su fino trato y gran cultura.
No obstante, en Buenos Aires las opiniones no fueron unánimes como en otros lados, y se puede decir que el ambiente le fue bastante hostil. Por la década del 20 había una revista que se dedicaba a la guitarra en forma exclusiva, y las críticas que le hizo fueron, si debemos darles un calificativo, demoledoras. Pienso que es porque no lo comprendieron, no entendieron su vocación americanista. El ambiente guitarrístico y musical argentino por aquellos años miraba mucho hacia Europa, y la europea Buenos Aires no entendió su mensaje. En esa revista se dice que el poco éxito de Barrios es porque el público porteño conoce mucho y está al tanto de lo que es el repertorio "moderno" de la guitarra (Sor, Tárrega, Albéniz, Granados). En mi opinión Barrios era más moderno ya que cantaba a su propia realidad, el hombre americano, y en eso estaba varias décadas adelantado. Desde 1928 hasta 1934, en que su constante viajar lo lleva a España, son todos sostenidos éxitos en todos los países de América del Sur, en donde además de tener enorme aceptación sus obras originales y de otros grandes maestros de la guitarra, como así también transcripciones, le hacían grandes homenajes, poemas, saludos de hombre importantes de la cultura, agasajos de presidentes de distintos países. Además de España visito Inglaterra, Bélgica, Alemania, triunfando en todos ellos por la originalidad y vigencia de sus obras.
En 1936 un embajador amigo de Barrios, le consigue un contrato de la Federación Universitaria de Venezuela, y de ese modo lo extraen de España, donde había comenzado la guerra civil, librándolo de quien sabe que destino.
De Venezuela subió por Cuba, Costa Rica, República Dominicana, Haití, países de Centroamérica, llegando a México en 1939, por un contrato de 20 conciertos en los EEUU, que lo llevaba hacia dicho país. Lo acompañaba su esposa Gloria, y cuando fue al consulado de su país para conseguir las visas, allí tuvo al parecer un disgusto muy grande, y cuando salía cayó en la calle, víctima de un infarto. Fue muy bien atendido en una clínica cercana, y cuando se repuso, luego de 15 días, los médicos le aconsejaron dejar México por la altura. Como había cosechado buenas amistades en Centroamérica, viajó hacia Costa Rica. Pero en Guatemala Barrios decidió quedarse unos días para descansar, ya que los viajes eran por tierra. En Guatemala había dejado buenos recuerdos y no tardaron, aficionados, músicos, profesionales y admiradores en ir a verlo. También fueron periodistas que hicieron mucho ruido por la enfermedad de Barrios, y eso atrajo más gente. En aquel momento gobernaba en Guatemala el general Ubico que tenía graves problemas políticos. Existía el toque de queda y estaban prohibidas las reuniones de más de dos personas. No obstante admirar y querer a Barrios, el Presidente no encontró otra cosa que pedirle que abandonara Guatemala. El general Ubico explicó que había estado en un concierto del guitarrista y se declaró admirador, pero tenía que cortar por lo sano y evitar las reuniones.
El Presidente de El Salvador vió con malos ojos lo que hizo su colega Ubico, a quien consideraba enemigo; lo tomó como un atentado a la cultura y una falta de respeto hacia Barrios. Cuando Agustín llega a San Salvador también acuden admiradores y periodistas a visitarlo, y teme que le pase lo mismo que en Guatemala; pero el Presidente le pide que se quede en San Salvador. El Presidente general Martínez era un hombre de gran cultura, teósofo al igual que Barrios; y como este tenía una gran conversación y un trato respetuoso, no tardan en ser amigos. Además el Presidente le otorga una pensión vitalicia, que Barrios podrá cobrar aun alejandose del país, donde quiera que el vaya. Este gesto emociona a Barrios, quien ofrece sus servicios en el Conservatorio Nacional, creándole la cátedra, ya que aun la guitarra no se enseñaba en un nivel oficial. Pronto Barrios se hizo de buenos discípulos y llegó a vivir muy bien junto a su esposa brasileña Olga.
Entre sus amigos y admiradores se encontraba un joven coronel italiano, refugiado en El Salvador, que había escapado de Italia por haber sido oficial de Mussolini. En Italia tenia bienes y dinero, pero por el momento no podía volver. Luego de unas luchas cruentas que ocuparon los meses de marzo, abril y mayo de 1944, cae el Presidente Martínez, y esta circunstancia hace que Barrios piense en irse de El Salvador; además, como se siente con 59 años aun fuerte, en posesión de su excelente técnica, el bichito de los viajes comienza a aguijonearle.
Pero el 7 de agosto de ese año, la muerte lo sorprende. Los discípulos, ante el fallecimiento de su maestro y temiendo que su viuda pierda o no de buen fin a sus manuscritos, alcanzan a sustraer buena parte de ellos, que Barrios poseía en su estudio. El resto de los originales, la mayor parte estaban en un baúl que Olga guardaba celosamente. Los originales que sustrajeron los alumnos y que luego depositaron en la Biblioteca Nacional, es gran parte de lo que se posee de él, y se cree que es solamente una tercera parte del total de su obra.
Tiempos después del fallecimiento y ya terminada la Segunda Guerra Mundial, Olga se casa con el coronel italiano, y antes de viajar vende al estado gran parte de objetos, la guitarra, medallas, recuerdos, que actualmente están en el Museo Histórico de San Salvador. El coronel italiano recupera sus bienes y con Olga regresa a Italia, y se llevan el cofre con las partituras de Barrios. Este material se perdió totalmente porque Olga llegó a vivir muy bien en Italia, y no le dió ningún destino a esos originales. Se cree que Barrios compuso unas 300 composiciones, pero sólo se conservan unas 90 obras.
En sus conciertos se sirvió de varias guitarras, pero sus favoritas fueron una de José Ramírez, español, abuelo del actual Ramírez de Madrid, y de un excelente ejemplar de Rodolfo Camacho Viera, modelo 1928, de Buenos Aires. Este último luthier llegó a ser muy amigo de Barrios, y él me transmitió muchos recuerdos del gran paraguayo. Barrios usaba cuerdas metálicas amortiguadas con gomitas en el puente y cejuela, dando de esta manera un sonido parecido al actual nylon.
A su obra, me tomé el atrevimiento de dividirla en cuatro grupos:
1) Obras de formas europeas.
2) Obras neo - románticas.
3) Obras de proyección folklórica.
4) Obras didácticas.
A eso se podría agregar un quinto grupo, que es el correspondiente a transcripciones de barrocos, clásicos y románticos.
Los restos de Barrios descansan de el "Panteón Nacional de los Hombres Ilustres", de San Salvador, y las tratativas de repatriar sus restos a Paraguay no han progresado, pues los salvadoreños lo consideran una reliquia nacional y lo veneran como a un prócer.


 
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