Carlos Onís
New member
Hola a todos y a todas:
Ayer tuve el placer de conocer a un magnífico guitarrero: Miguel García Cabezas. Probablemente la mayoría de vosotros ya lo conozcáis puesto que es miembro de este foro y ya ha habido algún post sobre él, pero me gustaría relatar mi experiencia personal con este hombre.
Después de haber contactado con él a través de su página web, me dirigí ayer por la mañana a Burgos para conocer su trabajo en persona.
Desde el primer momento que entras en casa de Miguel se respira un ambiente especial. "Pasa al salón, como si estuvieses en tu casa. Voy a poner café" me dijo en cuanto mi esposa y yo entramos a su domicilio. Nosotros avanzamos hasta el salón donde nos quedamos impresionados por las impactantes vistas a la catedral de Burgos.
En un momento Miguel sacó una guitarra de escala corta que había preparado para un guitarrista mexicano. El instrumento parecía un precioso juguete dado su pequeño tamaño y su singular forma pero en cuanto empecé a tocar me di cuenta de la calidad que atesoraba.
Entre pieza y pieza el guitarrero nos desgranaba los principales datos de esa guitarra: maderas, escala, para quién la había hecho...
En verdad me gustó pero todavía me ilusionó más la siguiente guitarra que dejó en mis manos: la número 68. Un precioso instrumento de madera de abeto y escala standard pero por supuesto con la forma inconfundible de las guitarras de este constructor.
Este modelo era francamente cómodo de tocar. He de decir que tengo la fortuna de tener las manos bastante grandes por lo que no suelo encontrar dificultades en este sentido, pero de todos modos se me hizo francamente agradable: tiene un tacto suave y cómodo. Su sonido es equilibrado y realmente bonito, con gran definición en todo el rango de frecuencias. Una joya de instrumento.
Estuve probando las guitarras en torno a una hora, todo el tiempo que quise. En ese momento Miguel nos invitó a ir a su taller ubicado en un pueblecito burgalés a escasa media hora de la capital de la provincia.
Una vez allí nos explicó el proceso de elaboración de sus guitarras descubriéndonos parte de sus secretos. No en vano se trata de un investigador nato, una persona con ganas de hacer que la guitarra avance un paso más.
De vuelta en Burgos pude conocer a su mujer, también guitarrista, y es que en verdad es algo que lo llevan en la sangre ya que varios miembros de la familia son guitarristas. Ella me dejó probar su guitarra flamenca, evidentemente construída también por Miguel. Se trata de un instrumento muy manejable reforzado interiormente con fibra de carbono. Una guitarra con historia, pero prefiero dejar que la cuente su autor.
En conclusión puedo decir que las guitarras de MiguelGarcía Cabezas son una gran opción para aquel guitarrista que necesite un instrumento de concierto con personalidad propia.
Carlos Onís con una guitarra en proceso.
Carlos Onís y Miguel García Cabezas.
Ayer tuve el placer de conocer a un magnífico guitarrero: Miguel García Cabezas. Probablemente la mayoría de vosotros ya lo conozcáis puesto que es miembro de este foro y ya ha habido algún post sobre él, pero me gustaría relatar mi experiencia personal con este hombre.
Después de haber contactado con él a través de su página web, me dirigí ayer por la mañana a Burgos para conocer su trabajo en persona.
Desde el primer momento que entras en casa de Miguel se respira un ambiente especial. "Pasa al salón, como si estuvieses en tu casa. Voy a poner café" me dijo en cuanto mi esposa y yo entramos a su domicilio. Nosotros avanzamos hasta el salón donde nos quedamos impresionados por las impactantes vistas a la catedral de Burgos.
En un momento Miguel sacó una guitarra de escala corta que había preparado para un guitarrista mexicano. El instrumento parecía un precioso juguete dado su pequeño tamaño y su singular forma pero en cuanto empecé a tocar me di cuenta de la calidad que atesoraba.
Entre pieza y pieza el guitarrero nos desgranaba los principales datos de esa guitarra: maderas, escala, para quién la había hecho...
En verdad me gustó pero todavía me ilusionó más la siguiente guitarra que dejó en mis manos: la número 68. Un precioso instrumento de madera de abeto y escala standard pero por supuesto con la forma inconfundible de las guitarras de este constructor.
Este modelo era francamente cómodo de tocar. He de decir que tengo la fortuna de tener las manos bastante grandes por lo que no suelo encontrar dificultades en este sentido, pero de todos modos se me hizo francamente agradable: tiene un tacto suave y cómodo. Su sonido es equilibrado y realmente bonito, con gran definición en todo el rango de frecuencias. Una joya de instrumento.
Estuve probando las guitarras en torno a una hora, todo el tiempo que quise. En ese momento Miguel nos invitó a ir a su taller ubicado en un pueblecito burgalés a escasa media hora de la capital de la provincia.
Una vez allí nos explicó el proceso de elaboración de sus guitarras descubriéndonos parte de sus secretos. No en vano se trata de un investigador nato, una persona con ganas de hacer que la guitarra avance un paso más.
De vuelta en Burgos pude conocer a su mujer, también guitarrista, y es que en verdad es algo que lo llevan en la sangre ya que varios miembros de la familia son guitarristas. Ella me dejó probar su guitarra flamenca, evidentemente construída también por Miguel. Se trata de un instrumento muy manejable reforzado interiormente con fibra de carbono. Una guitarra con historia, pero prefiero dejar que la cuente su autor.
En conclusión puedo decir que las guitarras de MiguelGarcía Cabezas son una gran opción para aquel guitarrista que necesite un instrumento de concierto con personalidad propia.
Carlos Onís con una guitarra en proceso.
Carlos Onís y Miguel García Cabezas.
