¡Saludos a todos los músicos!
Este tema no va directamente sobre la guitarra pero sí sobre la música, creo que será de interés para todos. Escribí estas líneas a las tres de la madrugada tras casi cuatro horas de larga e intensa disertación acerca del significado -si es que lo tiene- de la música experimental, serial, electrónica, dodecafónica, etc. Mi intención es crear algo de polémica y conocer los criterios que Vds. siguen al escuchar dicha música.
En primer lugar, partimos todos de una serie de enunciados básicos universales y aceptados -en caso contrario, por favor, discútanmelos-, que son:
1) Todas las artes están relacionadas entre sí, y a su vez todo está relacionado con la cultura propia de una época determinada tanto en el plano económico, social, político y cultural;
2) La música tiene la cualidad natural de expresar y de transmitir algo al oyente (sentimientos, evocaciones...);
3) Por tanto, concluimos que la música es una lengua universal por ser comprendida por todo el mundo con todas las características propias que la definen como tal: emisor (músico), transmisor (vibraciones), mensaje (música), canal (el aire), receptor (el oido), destino (el público) y código (la escritura musical). A lo largo del tiempo han ido surgiendo nuevos lenguajes como en la poesía para expresar siempre los temas fundamentales del ser humano: el amor, la muerte, la existencia, etc.
Partiendo de esto, recuerdo que estaba comentando desde un punto de vista analítico el comienzo de la sinfonía 40 en sol menor de Mozart. Realmente se trata de un tema más que genial, igual que la obra en su totalidad. Luego seguí recordando a Bach, a Palestrina y unos pocos más desde el Renacimiento hasta el Clasicismo vienés. Mi intención era hacer ver a mi interlocutor –mi hermano– que la grandeza de estas obras no sólo residía en lo que eran capaces de expresar, sino en la manera en que habían sido pensadas y trabajadas por estos verdaderos genios, y que sin comprender esto la música no se disfruta en absoluto de la misma manera. La discusión se hizo muy interesante porque hablábamos desde puntos de vista distintos: él como aficionado a la música pero con una gran sensibilidad para ella, y yo como (estudiante) músico y también con mucha sensibilidad, creo...
Por otra parte, a mi me parece algo fundamental y necesario la experimentación de nuevos caminos y posibilidades de la música y los instrumentos en esta época en que el romanticismo ya está trillado. Escuchen por ejemplo el disco que grabó Brower titulado RARA. Para él esta música es como un insulto al oido. Para mi es algo interesante, si bien pienso que no será este tipo de composiciones el futuro de la musica sino la transición a un nuevo estilo y una nueva época que aun está por venir -¿qué opinan Vds.?-.
Otra diferencia importante es que él parte de los clásicos prejuicios por lo cual se muestra reticente a escuchar algo diferente a Mozart o Beethoven y los clásicos en general, mientras que yo, como músico inquieto, estoy abierto a todas las novedades que un compositor o intérprete pueda ofrecer a la música. En ello nos va nuestro futuro.
Llegados aquí he de realizar la siguiente afirmación, para asegurarme si todos pensamos igual o no. La música posterior a Mozart no requiere ninguna preparación previa por parte del oyente. Pongamos por ejemplo la 5ª de Beethoven. Uno sólo necesita tener un mínimo de sensibilidad para apreciarla. Algunos incluso dirán que les relaja. A mi, en particular, me excita el ánimo. De el maestro de Bonn hasta el romanticismo tardío se puede aplicar la misma regla -incluso desde el Renacimiento-. Ahora bien, piensen en el preludio al gallo mañanero del maestro Rodrigo. ¿Qué es esto? ¿Qué me está diciendo? En efecto expresa algo, porque el que no sabe música acaba tan mareado como si hubiera tenido al gallo de verdad a su lado. Pero aquí ocurre algo más, y es que se ha perdido la conexión entre el emisor y receptor, digamos que el lego no comprende ni siente de la misma manera la música que le transmite el piano. Entonces viene algo curioso... a mi, sin embargo, me está diciendo algo, el ritmo me encanta. ¿Qué creen Vds. que ocurre? Para mi es muy simple: teniendo educación musical uno llega a comprender y abrirse a otro tipo de música. Igual que yo no entiendo un texto filosófico enrevesado pero que es considerado magistral, o una película de Tarkovsky o el largometraje de Dreyer titulado Ordet -vean estas peliculas- que yo a los cinco minutos me levanto de la silla y me voy a hacer cosas más importantes...
Pienso que se trata evidentemente de los prejuicios que nos hacen rechazar algo sin tan siquiera prestar un mínimo de atención a lo que intentan decirnos. En efecto, el diálogo empleado en Ordet es algo genial, pero solo me di cuenta después de leerlo sobre el papel y analizarlo un poco. Por tanto, la solución al problema de los prejuicios es el siguente: la educación musical. En España ésta es pésima. Al menos a mi sólo me enseñaron ¡un año! a tocar la flauta dulce de los ¡catorce! años que el Estado me ha educado como ciudadano español. Uno de los problemas de nuestro tiempo es la especialización extrema con lo cual se produce una mayor desconexión entre las artes o entre dos profesiones distintas. ¿Qué opinan Vds.? La consecuencia de esto es que cada uno va por su lado, y por tanto no hay progresión unidireccional y ya no estamos preparados para comprender ciertas “obras de arte”.
Permítanme que vuelva sobre la música contemporánea. Creo necesario recordar que la música es una lengua universal y que a lo largo del tiempo se ha ido cambiando el lenguaje empleado para expresar los temas que interesan al ser humano: la muerte, la existencia, el amor... Toda la música desde sus inicios ha tenido un pretexto, una premisa, dependiendo del contexto histórico. Bach componía, como buen protestante que fue, para dirigirse a Dios y cumplir con su premisa. También se compuso para los reyes y las cortes, más tarde aún llegaría Beethoven y rompería con todo, pero siguió habiendo premisa, en todas las épocas la misma: los temas del amor a Dios, o a otra persona -las pasiones de Bach, la poesía de San Juan de la Cruz-, la muerte -La isla de los muertos de Rachmaninov, la poesía de Jorge Manrique-, etc. Lo que ha cambiado ha sido el lenguaje, la manera de expresarse en función de las épocas.
El jazz, por ejemplo, es un nuevo lenguaje. Y ha triunfado. Pero, ¿Vds. creen que el serialismo ha triunfado? ¿Y el dodecafonismo? O más bien son, como hiciese Buñuel o Dalí en el Surrealismo, simples “experimentos” y abrir nuevos caminos al arte.
Cuando a Stanley Kubrick le preguntaron el significado de 2001 odisea en el espacio, aquél contesto: “Yo no le doy significado a mis imágenes”, o el mismo Buñuel cuando le interrogaban sobre los símbolos en sus películas también decía: “Yo sólo filmo, la crítica inventa el resto”. ¡No es de extrañar que ni tan siquiera ellos sabían lo que hacían!
Resumiendo, el posible problema de que la música contemporánea -en general- no sea por todos comprendida -no sólo por la sociedad musical-, tiene su raíz en que ya no existe una premisa, emisor y receptor quedan desconectados. Y además la sociedad no está educada para aceptar nuevas tendencias que nos lleven a nuevos caminos que no sea investigar continuamente en nuestro propio pasado. Y la música sin mensaje deja de ser una lengua universal.
¿QUÉ OPINAN USTEDES?
Este tema no va directamente sobre la guitarra pero sí sobre la música, creo que será de interés para todos. Escribí estas líneas a las tres de la madrugada tras casi cuatro horas de larga e intensa disertación acerca del significado -si es que lo tiene- de la música experimental, serial, electrónica, dodecafónica, etc. Mi intención es crear algo de polémica y conocer los criterios que Vds. siguen al escuchar dicha música.
En primer lugar, partimos todos de una serie de enunciados básicos universales y aceptados -en caso contrario, por favor, discútanmelos-, que son:
1) Todas las artes están relacionadas entre sí, y a su vez todo está relacionado con la cultura propia de una época determinada tanto en el plano económico, social, político y cultural;
2) La música tiene la cualidad natural de expresar y de transmitir algo al oyente (sentimientos, evocaciones...);
3) Por tanto, concluimos que la música es una lengua universal por ser comprendida por todo el mundo con todas las características propias que la definen como tal: emisor (músico), transmisor (vibraciones), mensaje (música), canal (el aire), receptor (el oido), destino (el público) y código (la escritura musical). A lo largo del tiempo han ido surgiendo nuevos lenguajes como en la poesía para expresar siempre los temas fundamentales del ser humano: el amor, la muerte, la existencia, etc.
Partiendo de esto, recuerdo que estaba comentando desde un punto de vista analítico el comienzo de la sinfonía 40 en sol menor de Mozart. Realmente se trata de un tema más que genial, igual que la obra en su totalidad. Luego seguí recordando a Bach, a Palestrina y unos pocos más desde el Renacimiento hasta el Clasicismo vienés. Mi intención era hacer ver a mi interlocutor –mi hermano– que la grandeza de estas obras no sólo residía en lo que eran capaces de expresar, sino en la manera en que habían sido pensadas y trabajadas por estos verdaderos genios, y que sin comprender esto la música no se disfruta en absoluto de la misma manera. La discusión se hizo muy interesante porque hablábamos desde puntos de vista distintos: él como aficionado a la música pero con una gran sensibilidad para ella, y yo como (estudiante) músico y también con mucha sensibilidad, creo...
Por otra parte, a mi me parece algo fundamental y necesario la experimentación de nuevos caminos y posibilidades de la música y los instrumentos en esta época en que el romanticismo ya está trillado. Escuchen por ejemplo el disco que grabó Brower titulado RARA. Para él esta música es como un insulto al oido. Para mi es algo interesante, si bien pienso que no será este tipo de composiciones el futuro de la musica sino la transición a un nuevo estilo y una nueva época que aun está por venir -¿qué opinan Vds.?-.
Otra diferencia importante es que él parte de los clásicos prejuicios por lo cual se muestra reticente a escuchar algo diferente a Mozart o Beethoven y los clásicos en general, mientras que yo, como músico inquieto, estoy abierto a todas las novedades que un compositor o intérprete pueda ofrecer a la música. En ello nos va nuestro futuro.
Llegados aquí he de realizar la siguiente afirmación, para asegurarme si todos pensamos igual o no. La música posterior a Mozart no requiere ninguna preparación previa por parte del oyente. Pongamos por ejemplo la 5ª de Beethoven. Uno sólo necesita tener un mínimo de sensibilidad para apreciarla. Algunos incluso dirán que les relaja. A mi, en particular, me excita el ánimo. De el maestro de Bonn hasta el romanticismo tardío se puede aplicar la misma regla -incluso desde el Renacimiento-. Ahora bien, piensen en el preludio al gallo mañanero del maestro Rodrigo. ¿Qué es esto? ¿Qué me está diciendo? En efecto expresa algo, porque el que no sabe música acaba tan mareado como si hubiera tenido al gallo de verdad a su lado. Pero aquí ocurre algo más, y es que se ha perdido la conexión entre el emisor y receptor, digamos que el lego no comprende ni siente de la misma manera la música que le transmite el piano. Entonces viene algo curioso... a mi, sin embargo, me está diciendo algo, el ritmo me encanta. ¿Qué creen Vds. que ocurre? Para mi es muy simple: teniendo educación musical uno llega a comprender y abrirse a otro tipo de música. Igual que yo no entiendo un texto filosófico enrevesado pero que es considerado magistral, o una película de Tarkovsky o el largometraje de Dreyer titulado Ordet -vean estas peliculas- que yo a los cinco minutos me levanto de la silla y me voy a hacer cosas más importantes...
Pienso que se trata evidentemente de los prejuicios que nos hacen rechazar algo sin tan siquiera prestar un mínimo de atención a lo que intentan decirnos. En efecto, el diálogo empleado en Ordet es algo genial, pero solo me di cuenta después de leerlo sobre el papel y analizarlo un poco. Por tanto, la solución al problema de los prejuicios es el siguente: la educación musical. En España ésta es pésima. Al menos a mi sólo me enseñaron ¡un año! a tocar la flauta dulce de los ¡catorce! años que el Estado me ha educado como ciudadano español. Uno de los problemas de nuestro tiempo es la especialización extrema con lo cual se produce una mayor desconexión entre las artes o entre dos profesiones distintas. ¿Qué opinan Vds.? La consecuencia de esto es que cada uno va por su lado, y por tanto no hay progresión unidireccional y ya no estamos preparados para comprender ciertas “obras de arte”.
Permítanme que vuelva sobre la música contemporánea. Creo necesario recordar que la música es una lengua universal y que a lo largo del tiempo se ha ido cambiando el lenguaje empleado para expresar los temas que interesan al ser humano: la muerte, la existencia, el amor... Toda la música desde sus inicios ha tenido un pretexto, una premisa, dependiendo del contexto histórico. Bach componía, como buen protestante que fue, para dirigirse a Dios y cumplir con su premisa. También se compuso para los reyes y las cortes, más tarde aún llegaría Beethoven y rompería con todo, pero siguió habiendo premisa, en todas las épocas la misma: los temas del amor a Dios, o a otra persona -las pasiones de Bach, la poesía de San Juan de la Cruz-, la muerte -La isla de los muertos de Rachmaninov, la poesía de Jorge Manrique-, etc. Lo que ha cambiado ha sido el lenguaje, la manera de expresarse en función de las épocas.
El jazz, por ejemplo, es un nuevo lenguaje. Y ha triunfado. Pero, ¿Vds. creen que el serialismo ha triunfado? ¿Y el dodecafonismo? O más bien son, como hiciese Buñuel o Dalí en el Surrealismo, simples “experimentos” y abrir nuevos caminos al arte.
Cuando a Stanley Kubrick le preguntaron el significado de 2001 odisea en el espacio, aquél contesto: “Yo no le doy significado a mis imágenes”, o el mismo Buñuel cuando le interrogaban sobre los símbolos en sus películas también decía: “Yo sólo filmo, la crítica inventa el resto”. ¡No es de extrañar que ni tan siquiera ellos sabían lo que hacían!
Resumiendo, el posible problema de que la música contemporánea -en general- no sea por todos comprendida -no sólo por la sociedad musical-, tiene su raíz en que ya no existe una premisa, emisor y receptor quedan desconectados. Y además la sociedad no está educada para aceptar nuevas tendencias que nos lleven a nuevos caminos que no sea investigar continuamente en nuestro propio pasado. Y la música sin mensaje deja de ser una lengua universal.
¿QUÉ OPINAN USTEDES?