Hola, Manuel.
Este es un tema que a mi nunca se me había ocurrido pero que al leerlo se me ocurren un par de reflexiones. A mi parecer, el grosor del mástil no creo que pueda influir en el esfuerzo a no ser que sea un mástil extrodinariamente grande y grueso, podría acaso influir en la posición de la muñeca pero ni aún así le encontraría inconveniente y personalmente creo que somos nosotros los que nos tenemos que adaptar al instrumento utilizando la fuerza adecuada en cada caso. Yo tengo una guitarra clásica y otra electro-acústica. Esta última es de menor grosor y sólo encuentro diferencias respecto a la clásica en el tacto, quizá porque también es más blanda, y es ahí donde yo creo que reside el problema, en la presión innecesaria que muchas veces no necesitamos, y por supuesto en la relación alta-baja tensión de las cuerdas. Por lo que concierne a la cejilla siempre he creído conveniente reforzarla con una leve presión de la muñeca (similar al movimiento que hacemos con el pulgar el índice y la muñeca cuando queremos abrir un tarro), y desplazar levemente el pulgar por el mástil hasta que quede enfrente del dedo medio de la mano izquierda, así consigo un mayor equilibrio de fuerzas desahogando así unos gramos de peso que siempre le cargamos al dedo índice, además de no utilizar siempre un solo "concepto" de cejilla, para lo que es muy útil el estupendo trabajo realizado por el colaborador de esta página Julio Gimeno, donde el repertorio de cejillas a través de un análisis exhaustivo de obras y autores para esta técnica es extraordinario.
Un saludo
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