Esta importante obra de Alejandro Bruzual establece las raíces históricas de las que surgió la guitarrística venezolana, detallando, con verdadero rigor crítico, una cronología de eventos fundamentales en la evolución del instrumento en nuestro país. Bruzual muestra cómo, en efecto, las “visitas”, inspiradoras e iluminadoras, de los grandes guitarristas foráneos fueron puntos de apoyo sobre los cuales se estableció, pasando el tiempo, la gran escuela venezolana de la guitarra, hoy de alcance universal.
Entre los muchos méritos de este libro cabe resaltar el papel que, sin duda, jugará en hacer palpable una tradición cultural, algo ignorada, a los muchos jóvenes venezolanos que dedican sus talentos y esfuerzos a domeñar nuestro sutil instrumento. Ofreciéndoles una perspectiva que subraya el indispensable encuentro de culturas que es la fuerza motriz de todo verdadero progreso. Bruzual contribuye, de manera substanciosa y bien calibrada, al proceso educativo de estos artistas en ciernes. Esta crónica ayudará a salvarles del riesgo de ser inconscientes víctimas de paralizadores provincialismos o chauvinismos que, en todo campo (sobre todo el artístico), afectan la amplitud de miras y el avance real hacia el futuro. El contexto histórico dentro del que penetramos, gracias al autor, nos hace ver cuán trascendente, para nuestro propio desarrollo y el de nuestro entorno, es el abrir mente y corazón a aquellos que, aunque provenientes de otros mundos distantes, pueden enseñarnos algo en un momento dado.
Bruzual ha unido sus muchos talentos, de investigador, de músico y, sí, de poeta, en esta objetiva pero comprometida panorámica de los incipientes fulgores de nuestra historia guitarrística. El trabajo no ha sido fácil, como él mismo puntualiza, dada la escasez de documentación fidedigna, en muchos casos. Aún así, vemos tomar forma, durante el transcurso del texto, a una integrada y coherente visión no sólo de lo que estas presencias eminentes significaron en su día, sino también de la génesis y evolución de un proceso de culturización nacional que, surgiendo de humildes y poco prometedores orígenes, culmina en el presente con la rica y cosmopolita realidad de la Venezuela contemporánea. El autor continúa su admirable trayectoria de gran cronista de la guitarra nacional con esta obra, digna sucesora de sus ejemplares trabajos sobre Lauro y Borges.
