Influencia del clásico en el flamenco y viceversa

Gran_adino

Socio de la AGA
Ramón Montoya. Madrid, 1880 - 1949. Guitarrista.
Pertenecía a una familia de gitanos dedicados al trato de
compra-venta de ganado, en la que él mismo participó siendo
niño y adolescente. Pero con una parte de sus primeras
ganancias se compró una guitarra, pues había decidido
dedicarse a la práctica de este instrumento que le
fascinaba. No había cumplido los veinte años y ya tocaba en
los cafés de cante. Durante más de una década fue
tocaor fijo de Chacón, con quien formó una pareja
irrepetible. Había tal compenetración entre ambos, tal
sensibilidad por parte del guitarrista para hacer el toque
adecuado a cada cante, que desde entonces la pareja
Chacón-Montoya se cita como ejemplo y paradigma del perfecto
entendimiento que debe existir entre cante y toque. Sin embargo
la relación entre los dos llegó a deteriorarse hasta
el punto de la ruptura, y parece que por lo menos en
una ocasión llegaron a cambiar algún golpe. Chacón,
pese a que Montoya fuese su acompañante preferido, se
mostró crítico hacia él en más de una ocasión en que no
le tocó como debía. Y así, se cita un episodio en
que el cantaor hizo a Montoya públicamente un duro
reproche: "Haga usted el favor de tocarme bien. Usted está
aquí para acompañarme a mí, y la gente viene a
escucharme a mí". No fue Chacón el único profesional en
reprocharle a Montoya una cierta tendencia a desbordar al
cantaor con su toque. Cayetano Muriel el de Cabra le dejó
solo una vez en el escenario del Café de la Marina, y
Pepe de la Matrona otra vez en el Café del Gato, donde
Montoya era guitarrista junto a Luis Molina, y entre los
dos entablaron una competencia que a los cantaores
literalmente los asfixiaban. Aurelio de Cádiz se quejaba de lo
mismo: "No le podía decir uno: 'Mire, usté; me lleva
usté atropellao', eso no se le podía decir a Montoya.
Había que dejarlo hacer lo que él quisiera, y uno
cantar lo que uno pudiera cantar, y hemos concluido".
Pero cuando se empeñaba en tocar bien no había quien
se le pusiera por delante.

Antonio Mairena, en sus Confesiones, relata una reunión de artistas
en Madrid, en que además de Montoya estaban los
guitarristas Luis Maravilla, Manolo y Pepe de Badajoz y Manolo
de Huelva, además de varios cantaores, en la que el
primero hizo toda suerte de toques, a lo largo de la
noche. "Pocas veces se habrá visto una cosa igual a como
tocó aquel hombre. Cuando a él le pareció, levantó la
guitarra y la ofreció a quien quisiera seguir tocando.
Pero nadie se atrevió a cogerla". Después, enjuiciando
la calidad del toque del gran guitarrista, añade:
"Fue el primero que empezó a tremolar, y en este
sentido se puede decir que enriqueció los toques de
guitarra, pero no los toques gitanos, ya que él imitaba y
se basaba en la escuela de Tárrega, clásica y no
flamenca. Lo que enriqueció con sus trémolos fueron los
toques libres, o sea por malagueñas, granaínas y toques
de levante.
 
"Sonios negros"

Cuando el Niño Ricardo, respondiendo a mi pregunta, me dice: "Sin mi guitarra, yo moriría"; cuando Cascabel de Jerez, mirándome con rostro descompuesto, apretando contra el pecho su guitarra, pone una mano
atormentada sobre su corazón y dice: "Todo viene del corazón...", esos son los "sonidos negros" de Andalucía, expresados por pobres palabras humanas.

Hace un cuarto de siglo que alguien preguntó ante mí al viejo guitarrista Román García, que acababa de tocar soleares y alegrías, si interpretaba igualmente fragmentos de los maestros clásicos, tales como Albéniz, Granados, etc.
Yo vi al tocaor saltar de su silla, palidecer su rostro y con voz rabiosa exclamar: ¡Ellos! Nos han robado...

Para el artista flamenco, inspirarse en un arte popular es robar.

No ignoramos que Falla utilizó ritmos de farruca, que Albéniz insertó un
pasaje de media granadina en su "Leyenda", que el bolero ha sido preparado con todas las salsas (a veces harto insípidas), que el vito de Jerez ha conocido numerosos adaptadores, pero estas cosas no debemos
recordárselas a los artistas populares andaluces. No les agradan.

Otro asunto: los guitarristas no utilizan la música escrita.

No la necesito -me han dicho-. Las músicas impresas son para los que no las conocen, que tienen por eso necesidad de un papel para leerlas.

Podría citar muchos nombres de guitarristas que ignoran en absoluto la escritura musical. Yo he visto a uno interpretar a la guitarra un contracanto sobre un preludio de Bach al piano, y he oído estas palabras:
¿De quién es este preludio?
-De Bach.
-¿Y quién es ese Bach?
E imagino que el gran Bach no hubiese protestado, sino que, al comprobar el sentido innato de los guitarristas flamencos para la polifonía, las variaciones y los "sonidos negros", los hubiese llamado, asombrado, sus hermanos en la verdadera música.

Como dijo en una oportunidad Andrés Segovia, la guitarra es una montaña con dos vertientes: una es la vertiente flamenca, otra la clásica. Ambas, igualmente admirables...

LOUIS QUIEVREUX (Art Flamenco)
 
estoy tratando de contactar al Guitarrero Manuel Lopez Bellido. Alguien tendra su telefono?

Desde ya muchas gracias!
 
Re: "Sonios negros"

Disculpas por resucitar este hilo después de más de nueve años...

...Como dijo en una oportunidad Andrés Segovia, la guitarra es una montaña con dos vertientes: una es la vertiente flamenca, otra la clásica. Ambas, igualmente admirables...

Por favor: ¿podrían decirme en qué entrevista manifestó Segovia esta idea?

Gracias anticipadas y un saludo,

cbaixo
 
Re: "Sonios negros"

"Podría citar muchos nombres de guitarristas que ignoran en absoluto la escritura musical. Yo he visto a uno interpretar a la guitarra un contracanto sobre un preludio de Bach al piano, y he oído estas palabras:
¿De quién es este preludio?
-De Bach.
-¿Y quién es ese Bach?
E imagino que el gran Bach no hubiese protestado, sino que, al comprobar el sentido innato de los guitarristas flamencos para la polifonía, las variaciones y los "sonidos negros", los hubiese llamado, asombrado, sus hermanos en la verdadera música."



¿Podria explicarme alguien que es un contracanto sobre un preludio de Bach al piano, quien lo interpretó en aquella ocasion, que preludio de bach es, y donde puedo escucharlo??? MUchisimas gracias
 
Re: "Sonios negros"

Como dijo en una oportunidad Andrés Segovia, la guitarra es una montaña con dos vertientes: una es la vertiente flamenca, otra la clásica. Ambas, igualmente admirables...

Por favor: ¿podrían decirme en qué entrevista manifestó Segovia esta idea?

Amigo cbaixo,

Segovia dijo esto, o algo parecido, en más de una ocasión. En una entrevista que le hizo Pedro Massa en julio de 1980, Segovia nos da una versión más extensa que de costumbre de esta idea:

—Hay otro punto, Andrés, relacionado con la guitarra, sobre el que me gustaría que me dijera algo: la guitarra en manos del “tocaor” flamenco y la guitarra en manos de un verdadero virtuoso.

—La guitarra para mí —repuso Segovia tras un instante de reflexión— es una colina con dos vertientes: la clásica y la popular. Las dos coexisten, independientemente, sin mirarse la una a la otra. La popular podríamos llamarla dionisíaca, y la clásica, apolínea. No están en lo justo quienes, por elogiar una, regatean sus alabanzas a la otra. En el arte popular de la guitarra, hay y hubo siempre excelentes artistas, “manos de plata”, como se les suele llamar por Andalucía. Lo malo es cuando estos hombres de instinto y frenesí flamenco quieren alzarse a ejecuciones que no están al alcance de su técnica. Lo mismo cabría decir de un concertista de nota que quisiera entrarse por los mundos misteriosos y alucinantes del “toque jondo”, llamémosle así, con sus soleares, seguiriyas gitanas, polos y alegrías. La guitarra sirve plenamente a estos dos espíritus, pero en vertientes por entero separadas, como le dije antes.


MASSA, Pedro: “Habla Andrés Segovia: «dos vertientes de la guitarra»”, Españoles. Buenos Aires: Ediciones Tres Tiempos, 1984, pp. 86-87.
 
Re: "Sonios negros"

Querido Julio,

Muchas gracias por tu mensaje,..

Amigo cbaixo,

Segovia dijo esto, o algo parecido, en más de una ocasión. En una entrevista que le hizo Pedro Massa en julio de 1980, Segovia nos da una versión más extensa que de costumbre de esta idea:

—Hay otro punto, Andrés, relacionado con la guitarra, sobre el que me gustaría que me dijera algo: la guitarra en manos del “tocaor” flamenco y la guitarra en manos de un verdadero virtuoso.

—La guitarra para mí —repuso Segovia tras un instante de reflexión— es una colina con dos vertientes: la clásica y la popular. Las dos coexisten, independientemente, sin mirarse la una a la otra. La popular podríamos llamarla dionisíaca, y la clásica, apolínea. No están en lo justo quienes, por elogiar una, regatean sus alabanzas a la otra. En el arte popular de la guitarra, hay y hubo siempre excelentes artistas, “manos de plata”, como se les suele llamar por Andalucía. Lo malo es cuando estos hombres de instinto y frenesí flamenco quieren alzarse a ejecuciones que no están al alcance de su técnica. Lo mismo cabría decir de un concertista de nota que quisiera entrarse por los mundos misteriosos y alucinantes del “toque jondo”, llamémosle así, con sus soleares, seguiriyas gitanas, polos y alegrías. La guitarra sirve plenamente a estos dos espíritus, pero en vertientes por entero separadas, como le dije antes.


MASSA, Pedro: “Habla Andrés Segovia: «dos vertientes de la guitarra»”, Españoles. Buenos Aires: Ediciones Tres Tiempos, 1984, pp. 86-87.

Excelente...

Un abrazo,

cbaixo
 
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