En primer lugar felicitaros porque después de haber leído vuestras interesantes y a veces ingenuas intervenciones, he disfrutado de comprobar cómo de forma altruista dedicáis parte de vuestro tiempo a “ayudar a los demás”, aunque habría que pensar si este foro no es también una especie de “válvula de escape psicológica para docentes desilusionados”. En cualquier caso creo que los foros es una de las partes nobles de este gran mundo que llamamos Internet y este foro no hace más que corroborar mi opinión.
Gracias por las felicitaciones, Señor Dathormon. Seguro que estoy equivocado y perdone por tanto que se lo diga, pero en su manera de utilizar las comillas adivino una clase de ironía que personalmente no me gusta. Le diré que este es un foro dedicado a la Guitarra en casi todas sus vertientes y vista desde múltiples puntos de vista. Lo del foro de docentes desilusionados debe ser por algún otro lado.
Coincido plenamente con su percepción de los foros como una parte capital del vasto mundo de Internet.
En segundo lugar (quizás debería haber sido el primero) presentarme, pues soy inspector de educación y creo que mi punto de vista puede aportar una visión algo diferente y espero que también constructiva para todos aquellos que tengan dudas y prejuicios.
Disculpe, pero es que no se ha presentado usted. Yo soy José M. Bailo, profesor de Guitarra en un conservatorio de Zaragoza y es un placer saludarle.
Y ahora me gustaría contestar a muchas de las intervenciones que he visto y me han sugerido bondadosas respuestas y en algunas ocasiones confieso que algo maliciosas. Como no tengo tiempo, simplemente escribiré algunas observaciones que creo os pueden resultar interesantes y en algún caso no demasiado agradables.
Por un lado, creo que en ocasiones lo que estáis preguntando o reivindicando es algo así como “¿cómo puedo vivir mejor?” o “¿cómo puede la administración solucionar el problema de mi falta de vocación?”.
Si tiene usted respuestas maliciosas o poco agradables para el oído que ofrecer, le ruego por favor que no se reprima. Aquí todos los puntos de vista son aceptados siempre que se emitan desde el respeto y la educación. Cualidades que, aún sin conocerle, le presupongo.
Creo que lo de intentar vivir mejor es una aspiración humana desde que el mundo es mundo y es algo que, convendrá conmigo, no solo ocurre entre los profesores (o docentes). Tanto los servicios públicos como las empresas privadas se sustentan en personas y estas intentan prosperar y mejorar en todos los planos. Vivir mejor no es solo ganar más dinero o trabajar menos. Vivir mejor para un docente también es sentirse realizado y satisfecho con su trabajo y con la repercusión y transcendencia del mismo en sus alumnos. Si quiere, podemos debatir acerca de nuestros puntos de vista particulares sobre lo que consideramos sentirse realizado como profesor.
Felicito al moderador que aunque a veces muestra su verdadera cara, en la mayoría de casos contesta asertivamente con gran acierto todas las intervenciones.
No sé si está usted felicitando sinceramente a los moderadores de esta web o les (nos) está llamando hipócritas. ¿Podría aclararme esta duda, por favor?
Por otro lado me gustaría aclarar que un profesor es un docente, no un mero transmisor de conocimientos. Entre sus funciones no está sólo la de enseñar contenidos conceptuales o procedimentales. Y no sólo me estoy refiriendo a los contenidos actitudinales, temas transversales, etc. Me refiero a las famosas competencias que deben adquirir los alumnos.
Suscribo sus palabras.
Quizás alguien piense que pueda resultar prepotente (aunque tras leer algunas de vuestras “excelentes intervenciones” creo que algunos han olvidado aquella frase de “sólo sé que no sé nada”). Pero ese es el problema, que yo hablo como inspector, pero vosotros, en ocasiones, no asumís vuestro papel de docente.
Me resultaría difícil percibir prepotencia en sus palabras. A fin de cuentas ¿qué sabemos nosotros en comparación con un inspector que nos recuerda que está claramente por encima de nosotros en el escalafón educativo?
Yo tampoco estoy de acuerdo con algunas y a veces con muchas de las opiniones vertidas en este foro, pero para eso está la posibilidad de rebatir y argumentar. Nunca me burlaría de ellas como usted sí ha hecho. ¿Quién de entre nosotros, según su criterio, está capacitado entonces para verter su opinión aquí? ¿Quién da y quita razones con carácter absoluto?
La cuestión y lo que verdaderamente importa es que sois (o queréis ser) profesores con lo bueno y lo malo que eso comporta. Yo soy inspector y asumo mis responsabilidades, ya que es algo que he elegido voluntariamente, igual que vosotros ( y siento por los que estéis en la enseñanza porque no habéis encontrado trabajo en otros campos).
No seré yo, desde luego, pero también habrá quien opine que los inspectores de educación lo son porque no tenían la suficiente valía como para ser docentes, pero bueno.
Usted ha encontrado su vocación en la inspección al igual que otros lo hemos hecho entre la música y la docencia. Cierto es que hay profesores que llegaron a la enseñanza por casualidad o porque era la única salida profesional digna que pudieron encontrar. También es cierto que muchos de ellos han acabado enamorados de su profesión y siendo dignísimos profesionales. Por el lado contrario, he conocido profesores vocacionales con un gran amor por la enseñanza, pero a los cuales su falta de conocimientos y/o preparación los ha condenado a la mediocridad más absoluta (siendo generoso).
Tampoco pretendo que no reivindiquéis aquellos cambios que creáis convenientes (como profesionales de la enseñanza) para la mejora de la calidad educativa del sistema educativo. Lo que no podéis pretender es que la administración educativa, ni los alumnos se adapten a lo que a vosotros os puede convenir a nivel personal. Como tampoco es conveniente que asumáis vuestro papel de manera sumisa y pasiva acatando las posibles disfunciones que se puedan derivar de aplicar una nueva normativa como ahora la LOE
Al final, las relaciones dentro de la cadena educativa (administración – profesorado – alumnado – padres) acaban siendo por fuerza un “entente cordiale” en el que todos aportan y todos tienen necesariamente que ceder en alguno de sus planteamientos y objetivos iniciales. Lo que está claro es que no todas las partes en juego pueden tener el mismo peso. Creo poder afirmar que usted y yo no estaríamos de acuerdo si cuantificásemos la importancia en el hecho educativo de cada una de esas partes, u ordenásemos las mismas por orden de relevancia siguiendo dichos criterios particulares.
Pero sí debemos ser conscientes de una realidad, y es que los profesores ( y por ejemplo los inspectores también) no deciden la normativa, sencillamente la aplicamos. Claro que es susceptible de ser modificada, pero no nos corresponde a nosotros esta tarea… ¿y a quién le corresponde?
Es una ampliación de lo que he opinado en el punto anterior. Creo que SÍ nos corresponde a los profesores (al menos en parte) el tener voz y voto sobre la normativa. Siendo retóricos, ¿acaso un cirujano no va a tener poder de decisión acerca de las técnicas quirúrgicas que va a aplicar a un paciente determinado?
No pretendo tener las respuestas correctas, pero lo que no es lógico es que las Leyes Educativas cambien de arriba abajo por el mero hecho de que el color político de un gobierno cambie. Todo profesional necesita estabilidad y un referente al que agarrarse y tan profesional considero al docente en su faceta como al alumno en la de aprender.
Cuando escucho a los profesores de matemáticas que exigen más horas para impartir una asignatura considerada como instrumental, cuando escucho a los profesores de inglés que exigen más horas ya que sus alumnos no adquieren las competencias básicas necesarias para desenvolverse en el mundo tras cursar los estudios preuniversitarios; y cuando os escucho a vosotros… ¿quién tiene más razón?
Posiblemente todos y ninguno la tienen. Quizá sería necesario tomar decisiones antes sobre las prioridades que sobre lo superfluo. Ciencias, Humanidades, Artes, Materias prácticas... todo tiene cabida en el currículo y es normal que cada “gremio” quiera lo mejor para su materia de referencia y considere que el tiempo que los planes de estudios le dedican es insuficiente. El caso es que los alumnos (desde niveles de Educación Infantil hasta la Universidad) de hoy en día acuden a los centros tantas o más horas que lo que nosotros lo hacíamos en nuestro tiempo como estudiantes. Pero en cambio, es de opinión generalizada que salen con menos preparación. ¿La culpa? La ratio de alumnos por aula, tecnócratas, burócratas, profesores, alumnos, los padres, la sociedad, Internet, el Susum Corda... Como suele decirse: "entre todos la mataron y ella sola se murió".
La Escuela (en mi opinión particular y subjetiva), no está para educar, sino para instruir, dotar de competencias a los educandos y reforzar de manera general el proceso educativo. A la misma velocidad que los padres se han alejado de las responsabilidades educativas, La Escuela ha perdido peso y pujanza en cuanto a la educación, para pasar a ser un mero vehículo de instrucción y socialización.
Esa es la misión y visión de la administración, una visión objetiva que vosotros no podéis tener y desgraciadamente a veces una visión política que a veces vosotros también tenéis.
¿Podría argumentar el porqué no podemos tener una visión objetiva de ese tema?
Nuestra profesión no es fácil ni difícil. Ahora mismo recuerdo cuando amigos me dicen aquello de “¡qué bien vivís los funcionarios!”. Yo contesto asépticamente “si quieres ser funcionario puedes presentarte a oposiciones” (y pienso: “y luego verás”)
Es justo lo que yo le contesto a los míos. Consigue tu licenciatura, sigue formándote durante años, prepara y gana tus oposiciones (cosa sencilla...) y luego a ¿disfrutar?
Termino opinando que no soy partidario de la visión paternalista de algunos maestros de cara a sus alumnos pero tampoco la falta de implicación de algunos profesores. Debemos entender la enseñanza de una manera pragmática y realista (sin dejar de sentirnos orgullosos ni perder la ilusión de ser los verdaderos protagonistas de educar a los hombres del mañana). En el sistema educativo los alumnos son los alumnos, y los docentes sois los docentes. Es algo que debéis aceptar. Es algo como casarte, lo haces por propia voluntad y no para cambiar a tu pareja, sino porque la quieres tal como es, pero eso no significa que dejes de trabajar todos los días para conseguir una mejor convivencia, sin dejar de asumir y respetar a “la otra parte”
Me gusta el párrafo, se lo digo con toda sinceridad. Pero es que leyendo y releyendo entiendo que su opinión es que los profesores debemos centrarnos en hacerlo lo mejor posible (cosa que evidentemente comparto) pero sin molestar a “los de arriba”. La moraleja de dicho párrafo y corríjame si me equivoco, es que asumamos nuestro rol secundario y no intentemos poner en tela de juicio lo que la Administración hace. Se ve que también en la Educación “los caminos del Señor son inescrutables”.
Otro para usted.