Biber.

Joaquim Salinas

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Acabo de descubrir atónito a un compositor del cual desconocía su existencia y que me ha dejado agradablemente perplejo. Se trata del compositor y virtuoso violinista bohemio Heinrich Ignaz Franz Biber (1664-1704). He escuchado sus Mysterien Sonaten por el conjunto instrumental Les Veilleurs du nuit, formación compuesta por violín,viola da gamba, tiorba y claviórgano y dirigida por Alice Piérot quie tambén es la violinista del grupo. El disco está editado por Alpha Productions, y se ofrece ahora en un coleccionable del periódico El País.

La peculiaridad de tal autor es el sonido, dado que utilizaba la scordatura para la mayoría de sus composiciones, dándole unos matices tímbricos inusuales, y dado el hipotético caso de que hubieran de tocarse sus 16 sonatas con un sólo violín, sería imposible, dadas las continuas afinaciones y cambios de tensión que debería soportar el instrumento. Estas son algunas de las scordaturas utilizadas:

la-re-la-re
lab-mib-sol-re
do-fa-la-do
re-fa-sib-re
do-mi-la-mi
sol-re-la-re
sol-sol-re-re (octavas)
la-mi-la-re

Me parece impresionante y supongo que debe ser un caso único en la literatura violinística
de la cual conozco más bien poco. Si en la guitarra pasase algo parecido más de unos nos volveríamos locos.

Felices fiestas y un saludo
 
Hola Joaquim.

No sé si sabrás que existe un arreglo para laúd barroco de 11 órdenes, del "Passacaglia" de la Sonata VI, realizado por un contemporáneo de Biber.

Parece ser que algunas partes difíciles del original fueron omitidas en el arreglo.

Aquí dejo un "midi". No lo tengo transcrito pero sí tengo la tablatura a vuestra disposición.

Un saludo muy cordial,

JL
 

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Gracias por el regalo, José Luis. Para mí éste compositor ha sido un auténtico hallazgo. Según tengo entendido, su música no ha sido interpretada en España hasta el 2003 dentro del marco del festival de Música religiosa de Cuenca por el grupo italiano La Risonanza, según palabras de Luis Gago, el director de la colección que más arriba os mencioné.

Un saludo
 
Joaquim Salinas dijo:
Acabo de descubrir atónito a un compositor del cual desconocía su existencia y que me ha dejado agradablemente perplejo. Se trata del compositor y virtuoso violinista bohemio Heinrich Ignaz Franz Biber (1664-1704). [...]

La peculiaridad de tal autor es el sonido, dado que utilizaba la scordatura para la mayoría de sus composiciones, [...]

Si en la guitarra pasase algo parecido más de unos nos volveríamos locos.

Amigo Joaquim,

En guitarra existe también una rica tradición en el uso de la scordatura. Por ejemplo, en relación a la guitarra barroca y especialmente durante la época en que Biber desarrolló su actividad, Gerardo Arriaga escribe:

Sería ocioso exponer todas las scordature usadas por los guitarristas barrocos; baste decir que fue un artificio que estuvo muy en boga, sobre todo en la segunda mitad del siglo XVII y el XVIII. He aquí algunas muestras, escogidas prácticamente al azar...

Siguen 13 ejemplos de scordature. La cita la tomo de "Técnica de la guitarra barroca", La guitarra en la historia, vol. 3, p. 86 (Córdoba: La Posada, 1992).
 
Joaquim Salinas dijo:
Acabo de descubrir atónito a un compositor del cual desconocía su existencia y que me ha dejado agradablemente perplejo. Se trata del compositor y virtuoso violinista bohemio Heinrich Ignaz Franz Biber (1664-1704). He escuchado sus Mysterien Sonaten por el conjunto instrumental Les Veilleurs du nuit, formación compuesta por violín,viola da gamba, tiorba y claviórgano y dirigida por Alice Piérot quie tambén es la violinista del grupo. El disco está editado por Alpha Productions, y se ofrece ahora en un coleccionable del periódico El País.

La peculiaridad de tal autor es el sonido, dado que utilizaba la scordatura para la mayoría de sus composiciones, dándole unos matices tímbricos inusuales, y dado el hipotético caso de que hubieran de tocarse sus 16 sonatas con un sólo violín, sería imposible, dadas las continuas afinaciones y cambios de tensión que debería soportar el instrumento. Estas son algunas de las scordaturas utilizadas:

la-re-la-re
lab-mib-sol-re
do-fa-la-do
re-fa-sib-re
do-mi-la-mi
sol-re-la-re
sol-sol-re-re (octavas)
la-mi-la-re

Me parece impresionante y supongo que debe ser un caso único en la literatura violinística
de la cual conozco más bien poco. Si en la guitarra pasase algo parecido más de unos nos volveríamos locos.

Felices fiestas y un saludo
Mi estimado. Me puede mandar Usted música en MP3 en laud. En Argentina de donde soy se hace casi imposible conseguir este tipo de música. Me interesa sobre todo la musica en laud solo, con canto o con otros instrumenteos pero que no sean muchos para poder escuchar con claridaa al laud. Sobre todo de música antigua medieval. En cuanto a mí le cuento que aquí en América del sur soy ejecutante y cultor de charango que su vez este viene a ser un pareinte lejano del laud. Un abrazo y hasta pronto. le agradeceré en mucho mi pedido. Muy atte. le saludo nuevamente. Waldemar.
 
¡Hola, Joaquim!

Pues sí, ciertamente Heinrich Ignaz Franz von Biber fue un :violín: y compositor bohémio, extraordinario, innovador... en su época gracias a la técnica de la scordatura y como tú ya decías sus famosas Sonatas del Rosario (Die Rosenkranz-Sonaten o The Mystery Sonatas), están formadas por 15 Sonatas, distribuidas en 3 grupos de 5 sonatas (Misterios Gozosos, Misterios Dolorosos y Misterios Gloriosos) y como colofón una maravillosa Passacaglia (dedicada al Ángel de la Guarda). La primera vez que las escuché fue por la radio, Radio Clásica de RNE, en un programa llamado "Cuaderno del aire" por Alfredo Aracil, allá por el año 2000, si no me fallan los cálculos, en una versión realizada por Max Engel, Fransjosef Maier, Franz Lehrendorfer y Konrad Junghänel. Aunque hay más maravillas de Biber, como la sorprendente sonata a 10, llamada "Battalia", o la espectacular Missa Bruxellensis con un efectivo vocal e instrumental magnífico, doble coro a 8 voces, cuerdas a 5 (2 violines y 3 violas), un conjunto de trompetas, timbales a 4 y para finalizar un grupo de b.c. con órganos, cuerdas y bajones. :dios: Se nota que esta Missa se creo para una catedral, ¿verdad? Pues sí, nada más y nada menos que para la catedral de Salzburg.
Pero referente al tema de la Passacaglia yo la he visto, la tengo y la he tocado en la transcripción para guitarra, la cual tiene posiciones muy, pero que muy dificiles, para abarcar con la mano izquierda, eso sí, es de una tremeeeeeeeeeenda belleza. Has de tocarla y/o escucharla para poder decirlo. Es una lástima que no hubiera realizado algo de repertorio parael laúd (ya que la guitarra en aquellos albores no se la reconocía demasiado...).
Un saludo:
JDG_JSBach :adios:​
 
Yo también descubrí a este genio hace poco tiempo y he quedado impactado por su obra y por su anonimato, antes que Mozart ya Salzburgo sabía lo que era la gloria de un gran compositor en sus suelos, asimismo, la otrora infame ciudad de Nürnmberg recibió sus últimos vestigios de vida...aca les dejo un pequeño artículo y un midi añexo.

Heinrich Ignaz Franz von Biber está considerado como el más grande violinista del siglo XVII y uno de los pilares de la escuela alemana junto a J. H. Schmelzer. Prueba de ello son algunas obras para cuerda como las Rosenkranz-Sonaten, la Harmonia Artificiosa-Ariosa, la Mensa Sonora, la Sonata "Die Pauern-Kirchfartt Genandt", la Battalia à 10 o la Sonata violino solo representativa. Su talante innovador en la técnica violinista se deja ver en su búsqueda de expresividad a través de efectos sonoros tales como: pizzicato, col legno (golpear la cuerda con la madera del arco), sul ponticello (tocar cerca del puente) y el uso de la scordatura (desafinación intencionada) que busca disonancias para conseguir una mayor intensidad expresiva. También importante es su música para trompetas de la que podemos destacar la Sonata Sancti Polycarpi á 9. [1]
Su música coral ha alcanzado cierta proyección aunque no en la misma medida que la instrumental. Varios de sus salmos, motetes y misas aún no han sido publicados en disco. El aficionado ya puede disfrutar, sin embargo, de varias versiones de algunas de sus obras más conocidas [2]. Del Requiem à 15 hay dos grabaciones disponibles: la de Ton Koopman (1994; Erato 91725-2) y la de Gustav Leonhardt (1996; DHM 77344-2). Ahora, Jordi Savall nos presenta una visión en condiciones muy particulares.
La obra no parece ser una "Misa de Difuntos" al uso. La propia tonalidad elegida, La mayor, dota a la obra de un carácter festivo y victorioso confirmado a lo largo de una partitura que desprende mayor júbilo del que se espera para una celebración fúnebre. El "Dies Irae" normalmente asociado a fuertes descargas de furia divina empieza en las manos de Biber a modo de amable danza. También hay lugar para la serenidad y el reposo como el estático "Agnus Dei". Obra por tanto atípica y fascinante al mismo tiempo.
Por otra parte, Savall arranca la obra con una "Marcia Funebre", no escrita por Biber, que en realidad es una versión solemne de la majestuosa marcha que oímos en el "Sanctus" y que representa la procesión de entrada del féretro hasta el altar de la catedral. Esta marcha inicial consigue un efecto similar a las de la Funeral Music for Queen Mary de Purcell. Savall añade timbales a la partitura lo cual acentúa el carácter ceremonioso y fúnebre de la obra. A tenor de los resultados, una idea acertada.
Este Requiem à 15 compuesto en 1687 para celebrar el funeral del patrón de Biber, el arzobispo Maximilian Gandolph, fue creado con la acústica y los espacios sonoros de la Catedral de Salzburgo en mente donde sonó por vez primera. En aras de la autenticidad, Savall y sus huestes se trasladaron a dicha catedral para interpretar la magna obra en el marco del Pfingsten Barock Festival donde se realizó la grabación en vivo en mayo de 1999. La disposición del coro, solistas y músicos en cinco puntos diferentes (coro y balcones laterales) sigue la disposición recogida en un grabado que muestra una celebración religiosa en la catedral en 1682 (véase imagen). Esta versión goza, por tanto, de una perspectiva sonora singular ayudada de una nítida toma de sonido que nos permite disfrutar de los efectos espaciales previstos por Biber y de la reverberación natural de la impresionante catedral austriaca. De este modo se realza el aspecto policoral de la obra con un sonido que proviene de varios puntos a la vez y que permite esos juegos de respuestas y ecos tan propios del viejo estilo veneciano de San Marcos. Es fácil entender el envolvente efecto provocado por esta disposición de solistas y efectivos orquestales. Todo un derroche de recursos sonoros y de explotación acústica del espacio. El efecto es simplemente deslumbrante.
Una de las partes más bellas es la sección central de la "Sequentia" desde el solo de contratenor en el "Recordare" hasta el "Confutatis maledictis" en las imponentes voces de ambos bajos. Otro momento destacado es la contribución coral en la intensa fuga del "Kyrie" arropada al cierre por las fanfarrias o en el "Offertorium", donde el coro demuestra flexibilidad y expresividad. También encontramos momentos de embrujo vocal como el conseguido en el "Agnus Dei" con las voces respondiéndose la una a la otra en perfecta armonía.
Estamos, por tanto, ante una interpretación muy cuidada y con un elenco instrumental y vocal de lo mejor en la actualidad aunque no todos brillen igualmente. Como muestra, un botón: óigase al tenor en "Inter oves" que a punto está de cargarse su frase. Sin embargo, solistas como Carlos Mena o Daniele Carnovich e instrumentistas como PabloValetti, Guy Ferber, Pedro Estevan o Sergi Casademunt no hacen sino dar lustre a una versión que se complementa perfectamente con la de Ton Koopman, de un mayor recogimiento.

La obra viene acoplada con la Battalia á 10, música programática donde las haya, en la que podemos disfrutar de algunas de las indicaciones mencionadas al comienzo (por ej. col legno en el primer movimiento). Quizás la parte más llamativa sea la monumental borrachera de una compañía de soldados en la que cada voz toma una melodía popular diferente y plenamente disonante como "los borrachos acostumbran a bramar con diferentes canciones" (Biber). Savall ofrece una visión contrastada donde el "Aria" central, de enorme lirismo y delicadeza con un estimulante bajo continuo y el "Adagio" final de disonante quietud, resultan ser lo mejor de la versión que no hace olvidar ni la de Goebel de intensas sonoridades (1991, Archiv 429 230-2), ni aún menos la de Harnoncourt mucho más agreste y salvaje (1971; Teldec 97914-2). [3]
Como ya es costumbre ALIA VOX proporciona un libreto lujosamente ilustrado y aporta un interesante artículo -aquí a cargo de Charles E. Brewer- en los idiomas habituales además de castellano y catalán. En suma, disco recomendable para los que gustan de la esencia del barroco y obligatorio para los numerosos seguidores del director catalán.

Notas:
[1] Existe una excelente versión con trompetas naturales a cargo del New London Consort de Philip Pickett con la participación de instrumentistas ya míticos como Michael Laird, Crispian Steele-Perkins, Stephen Keavy, etc (1991; L'Oiseau-Lyre 458 081-2).
[2] Hay, por ejemplo, varias versiones de la magnífica Missa Salisburgensis a 53, probablemente la misa de mayores dimensiones de todo el Barroco: una a cargo de Ton Koopman y su Amsterdam Baroque Orchestra & Choir (1999; Erato 25506), otra resultado de la irresistible "joint venture" entre Paul McCreesh y Reinhard Goebel y sus respectivos Gabrieli Consort y MAK (1998; Archiv 457 611-2), y la pionera de Ireneu Segarra y el Collegium Aureum en cuyos últimos atriles (y sirva como anécdota) se sentaba por entonces un joven violinista, un tal Reinhard Goebel (1975; DHM 77845-2). De su otro Requiem en Fa menor, obra de gran interés aunque de menores dimensiones, existen al menos cuatro grabaciones de las que sobresalen la de Harnoncourt (1970, Teldec 21798-2) y la posterior de Pickett (1994, L'Oiseau-Lyre 458 081-2). Por su parte, Jordi Savall registró hace poco la hasta el momento única versión de la Missa Bruxellensis a 23 (2000, Alia Vox 9808) llamada así porque el manuscrito de la partitura fue encontrado en Bruselas y lo hizo, como en la ocasión que nos ocupa, en la Catedral de Salzburgo.
[3] Harnoncourt y su Concentus Musicus Wien fueron los auténticos pioneros en la recuperación de la música de Biber. En 1965 grabaron la Battalia junto a otras piezas de Biber y Muffat, uno de los dos discos publicados por Archiv antes de que ficharan por Telefunken. Reeditado en la ya inencontrable serie "Collectio Argentea" supuso todo un hito en la por entonces emergente corriente historicista. Huelga decir que hoy día se tocan los instrumentos originales con mayor seguridad y mejor afinación pero aquellos discos de mediados de los sesenta y también los de Telefunken de principios de los setenta siguen teniendo un sabor especial y único.



DIOS TENGA EN LA GLORIA A ESTE GENIO Y A QUIENES LO SUCEDIERON
 

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